Episodio 18.

62 9 2
                                    

Habían recorrido las orillas de Sea cerca del mar y Taeyong había tenido que recurrir a cubrir sus cabellos ante todas las miradas que recibió. El gorro negro acampanado que Yuta escogió para él hizo pasar desapercibido a sus amados blanquecinos cabellos.

Aunque a Yuta no le agradaba porque apenas estuvieron a solas le quitó el gorro sin importar que el contrario se quejara. 

El pelinegro se tiró a la arena de la playa bajo el cielo oscuro y cerca los restaurantes eran su iluminación. Habían cenado hace una hora y sólo queda ir devuelta al palacio ya que Taeyong no ha avisado aún de su repentina desaparición.

—¿No vas a sentarte o acostarte? —preguntó desde abajo mirando a Taeyong que está de brazos cruzados

—Yuta, sólo llévame devuelta. Ya es tarde ¿No lo sabes? —dijo preocupado, eran las nueve de la noche pero Yuta todavía quería pasear por ahí.

—Entonces ayúdame a levantarme.

Estiró sus brazos y el peliblanco no dudó en ofrecer sus manos para ayudarlo pero Yuta sonrió malicioso tirando de sus brazos hacia sí. Taeyong se quejó cuando Yuta lo atrapó entre sus brazos no permitiéndole alejarse.

—¿Todavía no lo entiendes? —su voz salió triste, Taeyong lo miró confundido—. Quiero tenerte a mi lado por más tiempo. Estoy seguro que has venido aquí por varios motivos y seguro que en tus planes no estoy incluido pero no has querido decírmelo.

Taeyong se tensó en su lugar escondiendo su rostro en el pecho del joven cual corazón latía de prisa, Yuta lo abrazó más fuerte.

—Dijiste que has reunido y has entrenado más hombres, eso significa que tienes más planes. No puedo quedarme quieto al saber que volverás a irte.

—Entonces ven conmigo —Taeyong levantó su cabeza besando su barbilla—. Puedo sentir todos tus sentimientos, tú ves lo míos a flor de piel pero si tomamos caminos distintos será definitivo, no volveré a buscarte jamás. Mi destino está en Tay.

Taeyong que estaba sobre él, Yuta giró sus cuerpos quedando sobre el peliblanco mirándolo a los ojos por largos segundos.

—Dame un poco más de tiempo.

—¿Hay algo más que tampoco me estés diciendo, Yuta?

Cerró los ojos y explicó con pesadez sintiendo las caricias en su rostro; —Mi padre está enfermo y mis hermanos planean llevarlo a una isla. Ellos no lo quieren cerca porque ya han formado su propia familia pero un anciano como él no sobrevivirá estando solo, he estado cuidando de él —abrió los ojos para besar la coronilla de su chico—. Déjame convencerlo, necesito hablar con él más allá de padre e hijo. Tampoco quiero estar lejos de ti... Yo... ¿Puedo llevarlo...?

—¡Yuta! Por los cielos ¿Estás preguntándome algo así? ¡Es tu padre! ¿Por quién me tomas? Por supuesto que puedes llevar a tu padre pero ¿Podrás sacarlo de aquí?

—Ahora sí puedo, lo siento. Lo que no quiero es incomodar con estas cosas, sé que Tay tampoco está en buenos momentos. Tienes mucho peso encima como para traerte más preocupaciones.

—Yuta... —susurró con cariño—. Si vamos a estar juntos, dime todo, no guardes lo que tu corazón no puede resistir, estaré a tu lado.

—Gracias, rey Yong.

Taeyong sonrió cuando Yuta dejó caer su peso sin aplastarlo tanto, besando su rostro.

—Te quiero Yuta —murmuró con su brillante mirada

—Dos años fueron tan eternos y tenerte aquí... Parece un sueño, yo también te quiero Yong.

Ambos volvieron a olvidarse del tiempo cuando unieron labios dejando caricias el uno al otro.





Sin Aliento ⋮ YuTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora