Episodio 25.

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Postrado en la cama no logra conciliar el sueño, Taeyong no tiene idea de dónde se encuentra pero tratándose de su salud, su cuerpo estaba recuperándose. Sospecha que sufrió al ser sometido ha alguna clase de actividad, tampoco sabe de qué, sólo deduce debió ser culpa de aquella mujer. Esa bruja.

Se había encontrado en un estado de trance por lo que supo fueron cuatro días, bebiendo nada más que agua. 

Jaehyun era quien después de aquellos días le trajo comida, fue ahí donde Taeyong comenzaba a recobrar consciencia pero había algo extraño. Tenía un lapso de tiempo perdido, después de su acuerdo con Jung, desde entonces Taeyong no recuerda nada.

De esos cuatro días... No tiene memoria de ellos. Sino fuera porque Jaehyun respondió a unas pocas preguntas de las que Taeyong siguió insistiendo.

No obtuvo tantas respuestas como deseó, por eso Taeyong seguía preocupado pero no podía hacer nada.

Y a pesar de que su cuerpo estaba recuperándose, la magia en él había desaparecido. Porque cuando intentó atacar a Jaehyun, no pudo, sí, lo intentó y no sucedió lo esperado, no hubo fuego de sus manos, su fuerza había desaparecido, sospechaba que tenía algo que ver con aquella bruja, algo debió hacer ella con él en esos cuatro días de ausencia en su memoria.

¿Dónde se encuentra ahora? ¿Qué había sucedido con su gente? ¿Dónde estaban sus hermanos y Yuta? ¿Ellos estarán bien?

Tampoco había salido de esa habitación, Jung se encargaba de mantenerlo dentro y Taeyong no había hablado con nadie más que ese hombre.

Pudo conciliar el sueño poco después y luego fue despertado por Jaehyun.

Taeyong tuvo que meterse a bañar y cambiarse de ropa a regañadientes, había aceptado que sin sus poderes era demasiado débil.

En cuánto salió ya vestido, acomodó sus cabellos fulminando con su mirada al hombre que se encontraba de pie con las manos en los bolsillos de su pantalón, su mirada tan fría, recostado en la pared a lado de la puerta.

—Eres mi fortuna, Taeyong.

El nombrado se tensó. Había escuchado incontables veces aquello. Ahora sabía que Jaehyun siempre fue sincero respecto a sus palabras que no eran en nombre del amor, sino más bien eran una verdad disfrazada de otras intenciones, la revelación de sus planes.

Por supuesto, Taeyong era la fortuna que Jaehyun quería obtener y quedarse con todo. 

—Esto no será así para siempre —espetó Taeyong—. En cuanto esté libre de todo lo que has atado en mí, juro que de tí no quedará nada.

—No eres el único condenado, estamos atados al otro, no creas que me agrada estar atado a tí. Ya quedó claro que ninguno ama al otro, pero —Jaehyun se mantuvo serio—, al menos que uno muera, aunque sabes que mi muerte no será fácil. Sé cuánto ansias deshacerte de mí, Taeyong, no creas que te la dejaré fácil.

Taeyong tiene claro que podría ser controlado por él, ésta es una de sus desventajas.

Su collar desesperadamente necesita de alguien que apacigüe la angustia del abandono. Jung al tener poder sobre su collar, era el único que podría calmarlo. Y Taeyong lo odia.

Llegando al extremo de no poder quitar el objeto alrededor de su cuello porque cada vez que lo intentó, salía con sus manos heridas, éstas comenzaban a sangrar como si el collar fuese algo tan filudo que dejaba cortes en sus manos.

—Veremos al consejo dimensional de Tay.

Taeyong frunció el ceño sin comprender.

—¿Consejo?

Sin Aliento ⋮ YuTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora