—Me impresiona la forma en la que pones tus cartas. —el anciano meditó desde su asiento en el trono con una sonrisa torcida.
Taeyong miraba con fijeza al hombre.
—Un Tay frente a mí ahora... El mayor... —sonrió—. La última vez que ví a tu padre fue antes de la primera caída de las dimensiones, ustedes físicamente tienen el mismo parecido.
—Mi padre siempre fue un buen hombre.
—No digo lo contrario, tu tío aunque quiso seguir sus pasos terminó contradiciendo a todos.
El anciano llevó unas uvas a su boca, lamiendo sus dedos después. Taeyong se abstuvo de hacer una mueca.
—Quiero saber dónde está el último Tay, usted lo sabe, de eso estoy seguro. —Desvió su mirada al ver entrar a dos hombres más, mayores, al parecer no era suficiente los guardias tras de él creyendo que podría ser un enemigo, tal como su tío, era una ofensa muy grande que quisieran compararlo con el hombre a quién llamó padre alguna vez.
—Tranquilo, te llevaré con tu hermano. El respeto que tenía por tu padre no se perderá si seguimos con nuestra alianza
—Téngalo por seguro. —Respondió apacible
El anciano señaló a los hombres que antes habían ingresado.
—Ellos son mis guardianes más viejos, llevan años resguardando nuestra gran SEA.—Impresionante.
—Se encargarán de reunirte con tu hermano.
Los sujetos se presentaron después para llevarlo a uno de los vehículos tardando horas en atravesar gran parte de las islas, le sorprendía poder ver Sea desde gran altura ahora que se encontraba sobrevolando por el mar.
RenJun era su hermano menor, su madre habló de Taehyung también, ahora tendría que encontrarlo y hablar con él.
Sumergido en sus pensamientos no había caído en cuenta de que habían llegado ya a una de las islas sino fuera por el aviso del conductor, miró la puerta sin saber si realmente debía salir en ese momento.
—Hemos llegado señor. —Volvió hablar el hombre.
Asintió un poco cohibido saliendo del vehículo, aunque era una isla, estaba bastante habitada con grandes casas modernas. Se sentía fuera de lugar a pesar de que él también había vivido en lujos.
Fue guiado por otros caminos, llegando dentro de largos minutos deteniéndose frente a una gran casa, se veía cómoda por fuera y no esperaba menos por dentro. Fue él quien se encargó de reportarse por un aparato extraño en la puerta después de las indicaciones de cómo usarlo.
Cuando la puerta fue abierta, el hombre no tardó en mostrar su rostro reflejando gran sorpresa.
—¿Taehyung? —preguntó, el hombre tenía un gran parecido a su madre, sin duda, éste era su hermano.
—Estaré contigo en unos días, no podré acompañarte ahora mismo ya que los trámites para salir de Sea son tediosos, cuidan mucho quién ingresa y quién sale. Aunque sea un Tay, no es fácil poder salir, he vivido aquí por mucho tiempo, me he convertido en un Seano también.
Esas habían sido las palabras de su hermano pero le garantizaba tener su apoyo. Al parecer el hombre no tenía idea de que tiene un hermano más, RenJun, al hablarle de él, Taehyung pareció maravillado de tener más familiares ahora, sus padres adoptivos habían fallecido hace tiempo quedando él solo.
Taeyong se sentía aliviado, tener el apoyo de alguien más de su sangre podría funcionar, así de esa forma podrían tomar el trono correspondiente de Worltay para poder salvar Blaktay.
Era una pesadilla.
Buscó estar solo después de llegar al reino de Sea. Era de noche.
Buscar a Yuta iba a ser complicado, no sentía su collar cerca, no estaba siendo guiado.
¿Y si Yuta lo había olvidado?
En dos años podrían suceder muchas cosas ¿Estaría bien?
Taeyong nunca dejó de preocuparse por él. Esperaba a que haya conseguido su objetivo, no quería pensar que podría haberle sucedido algo malo. Por el contrario a esos pensamientos negativos, no sentía el poder de su collar pero tampoco podía decir que estaba apagado por completo, hacía falta un nuevo ritual para sentirlo con fuerza.
En esos años ya no sentía la ira que antes tenía por Jaehyun, claro que lo seguía odiando pero no sintiendo el dolor de amar y ser traicionado, el rencor seguía allí aunque ahora es diferente. Taeyong busca liberar al pueblo por el que su vida está atada.
Sea es diferente y por más bella que es SEA, Taeyong seguía prefiriendo TAY. Había crecido allí, había amado toda su naturaleza, ahora entiende el por qué tanto amor hacia todo lo que le rodeaba y es que había nacido para eso, para amar TAY y estar sobre ella.
Por inercia llevó su mano a su pecho pero después nuevamente recordó que no tenía su collar, sonrió torpe sintiéndose tonto. Había estado haciendo eso desde hace tiempo, como una manía el tocar su pecho como si su collar todavía está ahí.
La luna brillaba con intensidad, sentado en una banca de un bonito parque la apreciaba.
Taeyong cerró los ojos intentando sentir el poder que emana su collar, sus sentidos trabajan a la par con intensidad.
Su piel se erizó y sus cabellos blancos se despeinaron ante el fuerte y repentino viento. Abrió sus ojos y una sonrisa orgullosa se apoderó de él.
Lo sentía, ahora sabía dónde buscar.
Pasó contando estrellas al llegar a la habitación que habían preparado para él dentro del enorme castillo. Amaba tener balcones cerca, así podía salir para sentir el viento y ver una vez más la luna.
Hasta que el sueño quería vencerlo y se adentró a la habitación dejando los ventanales abiertos.
En la cómoda cama pedía que Yuta siguiera siendo la misma persona que conoció. Porque esperaba por él.
Lo buscaría y esta vez no lo dejará ir.
Cerró sus ojos esperando ansioso a que de nuevo amaneciera, era agradable poder ver nuevamente el día. Quería despejar también las nubes grises de TAY.
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Sin Aliento ⋮ YuTae
FanfictionLiderar era su destino y su collar era su forma de vivir también.