Cápitulo I parte 3

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Al salir de casa, se dirigió a la consulta del psiquiatra, ubicada en la avenida Dolson. Nick llevó consigo su antigua pero efectiva cámara fotográfica. Durante la caminata hacia la consulta, que se encontraba a unas diez cuadras, volvió a colocar un cassette en su estéreo. A continuación, escuchó uno de sus temas favoritos, que lo definía por completo: "Hell is for Children" de Pat Benatar. Mientras la música sonaba, observó a la gente moverse de un lado a otro, como si fueran robots atrapados en su rutina diaria. Era evidente que la mayoría, sin saberlo, entregaba su alma al sistema, vendiendo su tiempo a cambio de un miserable sueldo.

Después de observar todo aquello, Nick concluyó que esos humanos robots no trabajaban para vivir, sino para sobrevivir en aquella jungla de cemento.

Se sintió ajeno a esa realidad, ya que su existencia dependía de los acontecimientos interesantes que pudieran hacer que esos robots dejaran de lado su rutina. Su objetivo era que se detuvieran por unos minutos a leer el periódico, lo que solo ocurriría si una fotografía impactante lograba captar su atención. ¿Cuándo lograré tomar esas fotos? se preguntó con creciente preocupación.

En ese momento, su ansiedad era como una piraña devorando su mente, llenándola de ilusiones invisibles para él. Mientras avanzaba, presenció una huelga de obreros que exigían un aumento de salario por horas extras en una faena. Nick reconoció que esta situación podría ser una noticia interesante, ya que se trataba de una de las constructoras más grandes de la ciudad. Al encontrarse en medio de la huelga, sacó su cámara y comenzó a fotografiar desde distintos ángulos, con el propósito de documentar lo que sucedía.

Los obreros mostraban una furia palpable, sus rostros desfigurados por la rabia. Vestían ropajes sucios y desgastados, moviéndose y saltando con tal intensidad que levantaron nubes de polvo a su alrededor, dificultando la captura de imágenes con la claridad deseada.

Nick estaba cansado de observar, a través de una ventana, cómo otros luchaban por sus metas. Se sentía un completo fracaso, agobiado por el temor de que nada saldría bien. Esa falta de amor propio era la raíz de su frustración, atrayendo inseguridad a su vida y haciendo que el universo no le ofreciera lo que realmente deseaba. Su energía negativa lo seguía a todas partes.

La Senda de las Almas, El Espejo Astral.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora