Capitulo II (Parte 2)

37 3 0
                                    

Al mirarla con rabia y frustración, comenzó a tiritar como un perro asustado. Poco a poco, un aire helado y espeso recorrió su espalda, adormeciendo todo su cuerpo. De repente, vio cómo la oscuridad empezaba a envolverlo y sintió un peso creciente en su cabeza, hasta caer descontrolado sobre la mesa, como si estuviera borracho.

Treinta minutos después.

Al abrir los ojos, Nick descubrió que estaba sentado en una banca frente al bar. Lo que más le inquietó fue la presencia de un mendigo a su lado, con el rostro desfigurado. Desconcertado, notó que ya no estaba junto a la chica de sus sueños y, entonces, pensó que quizás todo había sido una fantasía. Pero, si era así, ¿por qué estaba allí y no en su habitación?

Aún confuso, empezó a sospechar que la hipnosis tenía algo que ver, sobre todo con esos repentinos desmayos. Aquellos episodios le ocurrían cada vez que algo lo excitaba, como si esa adrenalina acabara provocándole un desvanecimiento por unos minutos.

La situación lo preocupaba; no podía dejar de pensar en la prostituta, la única que parecía tener respuestas sobre lo que realmente había ocurrido esa tarde.

Con inquietud, Nick emprendió el camino hacia la comisaría donde aquella mujer había dado su declaración. Su caminata se le hizo interminable, como si marchara sobre arena en un desierto sin fin.

El deseo de descubrir lo que había pasado aquella tarde le daba fuerzas para continuar, a pesar de los obstáculos del clima.

Nick comprendió que todo lo que estaba viviendo formaba parte del precio del éxito que empezaba a saborear. Su vida estaba cambiando: ahora podría dejar aquella miserable habitación, alquilar un lugar decente, vestirse con ropa moderna y quererse más, alejándose del fracaso.

Al aproximarse a la comisaría, sintió un extraño ardor en la mejilla izquierda. Al tocarse, descubrió un rasguño considerable; la sangre en sus dedos le confirmó que no era poca cosa, pero decidió ignorarlo y entró al recinto para investigar sobre el caso de la prostituta.

Nick sacó la credencial de prensa que siempre llevaba en su billetera y pidió hablar con el detective encargado. Tras unos minutos de espera, lo condujeron al cuarto de interrogatorio, donde lo esperaba el detective Ferrer, un hombre cordial y robusto que le indicó que tomara asiento. Mientras mordisqueaba una rosquilla y bebía café, le preguntó:

—¿Qué lo trae por acá, señor? ¿Es usted del diario El Suceso?

—Así es, detective. Estoy investigando el caso de la prostituta de la avenida Stanford.

—¡Ah! Ese caso aún no está cerrado. Lo que sabemos hasta ahora es que los tipos que la acosaban están graves en el hospital, tras recibir una fuerte paliza. Según las declaraciones de la mujer, apareció un hombre de la nada, quien la rescató de esos dos criminales. Los golpeó un misterioso héroe que, según ella, llevaba una máscara negra.

La Senda de las Almas, El Espejo Astral.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora