La Senda de las Almas, El Espejo Astral.

Capitulo III (parte 3)

Cuando llegó al lugar, se dirigió a la secretaria personal del gobernador, llamada Mary. Mientras la interrogaba, la tímida mujer mordía su lápiz como si fuese una galleta de jengibre. Tras varios minutos de insistencia y habilidad periodística, Nick consiguió que ella revelara detalles sobre la rutina del difunto gobernador.

Entre las actividades diarias del señor Peterson, la que más había llamado la atención de Nick era su visita nocturna al hogar de menores. Aunque su rutina resultaba bastante monótona, en ocasiones acudía de madrugada a su oficina para terminar informes. Era evidente que el asesino conocía sus hábitos y había aprovechado esa oportunidad para acabar con su vida.

Decidido a profundizar en el asunto, Nick preguntó a la secretaria sobre el orfanato. Mary explicó que el lugar acogía a niños de escasos recursos y que el gobernador sentía un gran afecto por ellos, especialmente por un niño llamado Ben. El pequeño, conocido por su carácter reservado, despertaba un cariño especial en Peterson, quien solía consentirlo y llevarlo de paseo con frecuencia. Ese dato había avivado la curiosidad de Nick, quien, tras agradecer a Mary por su cooperación, se dirigió al orfanato con apremio.

Nick sentía que estaba en el camino correcto y que pronto descubriría la verdad sobre la muerte del gobernador. Mientras avanzaba bajo la lluvia, su determinación lo mantenía firme. Al cruzar la avenida Raminton, reparó en un cartel publicitario que anunciaba un gran espectáculo. Aunque la distancia le impedía leerlo con claridad, al acercarse reconoció con sorpresa al joven mago que había encontrado abatido días atrás. Aquel descubrimiento lo llevó a reflexionar sobre las segundas oportunidades y cómo, pese a las dificultades, las personas podían alcanzar sus objetivos.

Tras una larga caminata, llegó al orfanato, situado a dos cuadras del bulevar de la avenida Basmont. Una alta reja negra lo detuvo, y Nick preguntó al portero por la directora. Empapado por la lluvia, mostró su credencial de reportero, lo que le permitió acceder al lugar.

Una vez dentro, se dispuso a esperar a la señora Kelly, la directora del orfanato. La anciana, con más de veinte años de experiencia en el hogar, lo recibió con amabilidad y una dulce sonrisa que iluminaba su rostro.