Capítulo 22: Fuerte

44.7K 2.8K 181
                                    


"Las cosas nunca suceden del mismo modo dos veces"

P.O.V Sam

-¿Cómo que se ha ido? –grito alterado el alpha Tyler por cuarte vez consecutiva. Una hora había pasado y aún seguía con la misma pregunta. Hay que ver si era terco el hombre.

-Como ya he dicho, James se fue –contesto Titán sentado en el sillón que estaba junto a la encendida chimenea.

-¿Así como así? ¿No dejo nada? –pregunto Alec muy preocupado. Era de entenderse, James era su mejor amigo. A mí también me había dolido su partida, pero creo que lo estaba disimulando muy bien ya que no había dicho nada. Los tres hombres del despacho parecían haberse olvidado de mi presencia, y eso era algo que agradecía profundamente.

Sabía que si pedían mi opinión, no tardaría en romper en llanto. En esos momentos tenía ganas de llorar, pero debía aparentar fortaleza.  Era de vital importancia tener la mente fría en momentos como este. Si tomaba decisiones apresuradas, las cosas saldrían mal y estaba más que claro que nadie quería que eso pasara.

-Dejo una carta para ti –dijo Titán dirigiéndose a Alec. ¿Escucharon ese ruido? Bueno, fue mi corazón rompiéndose. Después de todo lo que vivimos, mínimo se podría haber despedido de mí. Requerí de toda mi fuerza de voluntad para lograr mantener una cara inexpresiva.

Mi vista se fijó en las brasas ardientes de la chimenea. No quería llorar, por lo menos no aquí. Vi de refilón como Titán le tendía un gran sobre a Alec. Comenzaron a hablar sobre no sé qué cosa, yo no estaba prestando atención. Estaba en mi mundo, donde mi madre estaba viva y mi padre también.

Con el paso de los minutos sentía que no debía estar en ese despacho, me estaba agobiando. No me creía capaz de seguir mucho tiempo aparentando ser fuerte. Por eso me levante, me despedí de todos y subí rápidamente a mi habitación.

Me metí en la ducha y deje que las lágrimas que había guardado hasta ese momento cayeran por mis mejillas, mezclándose con el agua tibia.  Debía admitir que yo era más de las que sufren en silencio. No me gustaba que las personas me vieran en un momento de debilidad.

No me consideraba una persona muy fuerte que digamos. Cuando Alec me rechazo, tiempo atrás, no supe hacer otra cosa que llorar en medio del bosque, siendo consolada por Clary. Ella sí que era fuerte, me apoyaba en todo.

Salí de la ducha con los ánimos por el suelo, la situación me estaba superando. Me vestí con mi pijama, que consistía en una remera vieja de James (si, lo sé, soy algo masoquista) y un short viejo. Salte a la cama y me tape hasta la cabeza, queriendo abstraerme del mundo que me rodeaba.

Quería soñar con mi ángel salvador, así que sin esperar mucho, caí rendida en los brazos de Morfeo.

P.O.V Alec

Titán me había dado el gran sobre que quemaba entre mis manos. Me encontraba en mi habitación, intentando no romper aquel sobre. James fue mi mejor amigo durante casi toda mi vida, pero jamás pude perdonarle que haya engañado a Sam. Sin embargo, una amistad de tantos años no puede olvidarse de un día para el otro.

No quería pero si quería saber que contenía ese sobre. Debía ser valiente en momentos como este. Por eso, con movimientos lentos, abrí el sobre. En su interior había dos cartas, una de ellas tenía mi nombre con el número unos a su lado, la otra no tenía destinatario, solo decía "De James".

Tome la carta que estaba dirigida a mí y la apreté fuertemente entre mis manos pero procurando no dañarla. Tenía miedo de lo que podría decir.  Pero me arme de coraje y la leí.

"Alec:

Espero que no hayas pensado que comenzaría con esas cursiladas de "Querido Alec" porque claramente no es mi caso. Creo que nunca en mi vida he comenzado una carta de esa manera. Me estoy yendo por las ramas, últimamente me pasa muy a menudo.

Eres un amigo, un enemigo, un confidente, eres tantas cosas que ya no sé cómo calificarte. Los caminos de la vida nos separaron. Compartimos un maravilloso tiempo juntos. Que gay que sonó eso. Bueno, es probable que no me vuelvas a ver así que me permitiré vomitar arcoíris sobre esta hoja amarillenta.

Sé que te enojaste con migo por lo que le hice a Sam, y tienes toda la razón. Pero no puedo decir que me arrepienta de haber hecho lo que hice, todo tiene un porque en esta vida. A todos nos ocurre algo que nos hace cambiar.

Deje de luchar contra mis demonios internos. Ahora estamos del mismo lado. Tenlo presente por si alguna vez llegas a verme. En este momento de lucidez, te pido que me mates en cuanto tengas la oportunidad.

El otro sujeto me está ganando poco a poco. Demonios, estos minutos fueron los únicos en los que pude tomar el control. No te explicare de quien estoy hablando, perdería tiempo.

Lo malo de esto es que aun teniendo el control, el me sigue influyendo. Estoy empezando a perder las esperanzas. No sabes lo doloroso que es ser consciente de lo que hago pero no poder hacer nada para cambiarlo.

La carta que no tiene destinatario es para Sam, dásela si yo muero en la guerra. Te sugiero que hagas lo mismo, prepara una carta, despídete. Nunca sabes que puede llegar a ocurrirte. Es mejor estar preparado para el final.

Sé que voy a morir, todos lo sabemos. Pero yo quiero tener una razón para hacerlo. Quiero morir luchando, morir de pie. No importa si lo consigo o no. Pero al menos sabré que lo intente y moriré satisfecho con migo mismo.

Solo puedo decirte que cuando el otro yo está al mando. Solamente quedan memorias del James que alguna vez fui.

Se me agota el tiempo, está despertando.

Te quiero amigo.

Cuida a Sam.

James"

 Paralizado, estaba paralizado. No podía creer las palabras que estaban plasmadas en esa hoja. Aún estaba un poco mareado, no entendía muy bien a lo que James se refería con su otro yo. Supongo  que en el fondo era algo bipolar.

Con respecto a la sugerencia de dejar una carta de despedida para Sam, estaba totalmente de acuerdo. Si algo me pasaba, quería que ella supiera de mis sentimientos y se enterara de mi puño y letra.

Escondí la carta  que era para Sam en un cajón que cerraba con llave y la que estaba dirigida a mí la deje sobre el escritorio. Tome una hoja en blanco y me concentre en plasmar todo lo que quería que Sam supiera y también lo que no. No omití nada, prácticamente le relate todo lo que sucedió entre nosotros, incluyendo mi rechazo.

Telefonee a Alaric para contarle la idea de dejar cartas  y acepto. Me di una ducha rápida y me puse el pijama. A último momento se me ocurrió la idea de ir a ver a Sam.

Cuando llegue a su cuarto entre sin tocar. Ella estaba durmiendo plácidamente, por eso, sigilosamente, me acosté a su lado.

La amaba, porque su voz silenciaba todos mis demonios. Su mundo se estaba desmoronando pero aun así, ella sonreía. Era una persona magnifica, que nunca dejaba que sus problemas la absorbieran, que salía adelante, que le peleaba de igual a igual a la vida, que seguía de pie después de cada golpe. Esa era Sam, la mujer que yo amo.

Sé que ella es fuerte y que superara cualquier obstáculo. Pero aun así, sabiendo que ella no necesita de nadie para ser feliz. Me gusta pensar que soy su ángel salvador.

*******

Hola, espero que les haya gustado el capítulo. Debo admitir que no estoy muy inspirada que digamos pero aun así tengo planeado lo que resta de la nove. Irónico, lo sé. Confirmo que la historia tendrá 27 capítulos más el epilogo.

No habrá segunda temporada, aunque en algún momento pensé en hacerla.

Saludos y gracias por leer. 

SERÁ TARDE (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora