Capitulo 19.

159 26 2
                                    

Takemichi tallo su cara con ambas manos, tenia que ir a comprar cosas pues ya se le habían acabado los jugos y las comidas instantáneas.

—Tenemos que ir a comprar— Escucho a Hanma detrás—.

—Si, ya me di cuenta— Soltó un suspiro, ese día no quería salir— ¿Vas por...?—.

—Vamos a ir por comida, te espero, vete a cambiar— Soltó un quejido y rápidamente fue a su habitación— ¡Y esta vez si te haré visitar a Baji si no sales a tiempo!—.

—¿Qué Baji qué?— Chifuyu interrumpió la escena—.

—¿Conoces a Baji?— Hanma se asusto un poco—.

—Es el chico con el que me choque en la cafetería... Justo hoy tengo que ir— Se sentó y puso la cara contra la mesa— Ehe ico esh mu indo—.

El mayor frunció su ceño no entendiéndolo pues había salido todo distorsionado por la posición en la que estaba su amigo.

—¿Qué carajos dijiste?— Y la única respuesta que recibió fue un ronquido—.

Negó, Chifuyu ayer no había hecho casi nada, nunca hacía nada, estaba de vacaciones y aún así dormía más que Takemichi el cual se escapaba en las madrugadas a hacer más pinturas u otras cosas para el museo pues aún tenia tiempo de sobra.

Escucho la puerta del susodicho ser abierta para luego verlo frente a la mesa del comedor.

—¿Chifuyu?— El rubio iba a mover a su compañero—.

—Solo déjalo ahí, esta muerto, ya vámonos— El menor iba alarmarse cuando escucho el ronquido del pelinegro— Vámonos, no quiero limpiar la saliva que va a tirar—.

Y antes de que el contrario pudiera decir algo se lo llevó.

—¿Por qué vinimos en auto?— Takemichi cerró la puerta de su coche—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Por qué vinimos en auto?— Takemichi cerró la puerta de su coche—.

—Porque es más rápido— Hanma guardo las llaves—.

—Literalmente vivimos a unas cuadras— El rubio revoloteo los ojos y se estiró— Vayamos por café, tú y Chifuyu se lo acabaron—.

—Más Chifuyu— Dijo el pelinegro con rubio recordando que el menor se hacía de 3 a 4 tazas de café en todo el día—.

—Si, si, solo compremos lo esencial— Tomaron una canasta y entraron al supermercado—.

Iban de pasillo en pasillo, viendo lo que necesitaban y lo que no, en un pasillo (exactamente el de cocina), el mayor se detuvo, vio los sartenes, ¡Estaban en oferta!.

Se distrajo viendo que vendían un sartén grande y un sartén pequeño en tan solo 8000 yenes, era una verdadera oferta, así que los tomo, después de todo lo necesitaban, al estarlos viendo con más atención noto que eran de calidad.

Gracias por esta oportunidad— Cerró los ojos casi llorando, pero los abrió pues el repentino peso en su canasta lo sorprendió— ¿Eh?—.

Otra Oportunidad - [AU. Tokyo Revengers].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora