Otra Oportunidad - [AU. Tokyo Revengers].

Capitulo 20.

Takemichi vio la hora 12:30 de la mañana, Chifuyu ya había ido a dormir desde hace unos minutos.

Ahora solo estaban él y la luna, haciéndose compañía el uno al otro.

Soltó un suspiro relajado, se acomodo más en la silla de su balcón, el silencio y el aire fresco era todo lo que él necesitaba, lleno sus pulmones con ese aire y sonrió, era realmente reconfortante.

Se hubiera quedado dormido ahí, sin importarle si se enfermaba o no, pero de la nada escucho la puerta ser abierta y como bolsas eran dejadas en la mesa, escucho los pasos firmes de aquella persona y volteo justo cuando está estaba detrás de él.

—¿Qué tal?— Le sonrio como si no supiera lo que hizo— ¿Si terminaste de hacer lo que tenias que hacer?—.

—Si, fue algo rápido— El mayor se cruzó de brazos— Demasiado rápido para mi gusto—.

—Bueno, supongo que eso está bien— Se levanto de su silla y se acercó al mayor— Deberíamos ir a dormir—.

—Tú deberías ir a dormir, tan solo mírate, estás echo un asco— Hizo una mueca ante eso— Corre, vete, mañana será un nuevo día—.

—Si, tienes razón— Soltó un suspiro—.

A pasos lentos llego a su habitación y se tiro de cara contra la cama, se quedo pensando en lo que habia sucedido ese día...

Fue entonces que lo recordó, cayo en cuenta de quien era al que le habia detenido el golpe.

—Fue... Era... Manjiro— Alzo la mirada, sentía sus ojos lagrimosos, iba a llorar— Pero no tengo porque hacerlo—.

Dejo su cabeza recargada contra la almohada, poco a poco las lagrimas comenzaron a salir por si solas y el no iba a hacer nada por detenerlas.

Despertó por la luz del sol, no se escuchaban los típicos golpes en la puerta de Hanma, tallo sus ojos lagañosos y se estiro bostezando.

No tenia ganas de levantarse, pero tenia hambre... Pero también tenia sueño, se balanceo de un lado a otro no sabiendo que hacer.

—¡Takemichi!— Soltó un grito y se cayo de la cama— Uy—.

—¿Qué quieres, Chifuyu?— Volteo a verlo con seriedad—.

—¿Puedes acompañarme al café de la otra vez?— Frunció su ceño— ¿Por favor?—.

Soltó un gruñido y se levantó como pudo, no se bañaria ese día, no tenia el ánimo para hacerlo.

—Espérame afuera, iré en unos minutos— Y antes de que su amigo pudiera decirle algo le cerró la puerta en la cara—.

Soltó un suspiro, no quería hacer nada ese día, solo se quería quedar en su cama, pensando en lo idiota que fue por dejar ir a Mikey...