Capitulo 25.

107 16 0
                                    

Takemichi termino todo lo que estaban haciendo, de inmediato se subió a su auto y sin esperar a que Hanma cerrara por completo la puerta, arranco.

El mayor solo pudo aferrarse a su silla una vez la puerta se cerro por el arranque repentino, mientras tanto el menor iba enfocado en poder llegar a aquella comisaria en donde lo estaban esperando desde hace unas horas.

—Creo que deberías tranquilizarte— El pelinegro con rubio abrocho su cinturón de seguridad—.

—Tienen a Baji o a Kazutora, ¿Tú crees que Izana solo va a darle la bienvenida con los brazos abiertos?— El rubio miro serio a su amigo, este ultimo solo lo miro con una ceja arriba— Bueno, tal vez el que conocíamos si lo hubiera echo, pero este no—.

—No lo sé, siento que ambos lo hubieran molido a golpes antes de siquiera dejarlos hablar— Ahora la expresión seria del menor cambio a una asustada— Pero este Izana debería ser diferente, ¿No crees?— Ahora el contrario intentaba remediar lo que habia echado a perder—.

Takemichi ya no dijo nada y solo se enfoco en su camino, no quería que sucediera un accidente, mucho menos justo cuando estaba por ir a arreglar algo muy importante.

Pero de la nada su celular se escucho por todo el auto, lo tomo y lo puso en alta voz.

—¿Bueno?— Frunció su ceño al escuchar la voz de Naoto— ¿Ya te informaron sobre Kazutora y Baji?— Ambos mayores se miraron confundidos— ¿Takemichi?—.

●●●

El albino aplasto su cuarto vaso de café vacío y lo tiro al cesto de basura.

—Debería dejar de beber eso, le hará daño— El pelinegro dejo de lado su computador y miro al mayor—.

—Esto es nada para mi, Kakucho— Este ultimo solo negó para después volver la mirada al computador— Por cierto, ¿Tú que tanto estas viendo en la computadora?, ¿Cosas ilegales?— Izana alzo ambas cejas de forma picara—.

—No soy usted, Kurokawa-San— El mayor revoloteo los ojos, le molestaba cuando era formal— Y por si no se ha dado cuenta es una computadora del trabajo, es obvio que no puedo hacer nada más que trabajar—.

—Bueno, en realidad podrías hacer cosas más interesantes, como hackear la oficina, robar los mejores datos, tomar casos que jamás te darían por tu posición, tal vez y quien sabe, te puedes encontrar una cuenta de banco de alguno de los prisioneros— El pelinegro miro con sorpresa al mayor, este solo desvió la mirada y se fue hacer otro café—.

Kakucho sabia que habían despedido a Izana por sus crueles métodos de confesión, también por faltarle el respeto a sus superiores cada que podía y algo más que hasta ahora nadie sabia... Sin embargo y desde entonces, aquel albino se la pasa trabajando solo, haciendo justicia como él lo crea necesario.

Cerro los ojos y se inclino sobre su silla, ¿Habia sido buena idea dejar en sus manos el caso de Takemichi Hanagaki?, ¿Debió haber peleado para que Naoto le diera el caso completo a él?, Abrió los ojos y miro de reojo la habitación en donde se encontraba Hanemiya Kazutora, ¿Qué era lo que iba a pasar cuando Takemichi llegase?.

Se sentó bien y trono sus dedos, tomo aire y se levanto con fuerza para luego exhalar todo el aire que habia tomado, miro a su mayor.

—¿Necesitas algo, Hitto?— El ojo morado lo vio retador, sabia que el menor iría a decirle algo—.

—Izana Kurokawa, le pediré de la manera más atenta que usted deje el caso de...— No pudo terminar de hablar—.

—¡Perdón por el retraso!— Takemichi abrió de un portazo interrumpiendo la charla de ambos policías—.

Otra Oportunidad - [AU. Tokyo Revengers].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora