Otra Oportunidad - [AU. Tokyo Revengers].

Capitulo 15.

Mitsuya saco las llaves que tenia del departamento de Takemichi y comenzó a abrir, ya sabia de ante mano que el mayor no se encontraba en casa y seguramente Chifuyu junto con Hanma estarían durmiendo.

Iba a meter la llave para abrir, pero grande fue su sorpresa cuando alguien le abrió del otro lado.

—Tachibana-San, ¿Se encuentra-...?— No pudo terminar de preguntar si el contrario estaba bien, cuando este ultimo le puso la mano frente a su rostro—.

—Takemichi no está y yo no estoy bien, ahora si me disculpas, debo encontrar al maldito de Shuji— Una vez termino por decir eso se fue dando pisotones fuertes—.

—Si que esta enojado— El peli morado se encogió de hombros y entró al departamento, debía hacer su trabajo—.

Hanma regreso al auto por cuarta vez en el día, Chifuyu iba a preguntarle si todo estaba bien, pero se encogió en su lugar cuando el contrario azoto la puerta con fuerza y de la nada arranco a una velocidad increíble.

—¡¿Qué te pasa maldito loco?!— El pelinegro se aferro al asiento y es que aun cuando tenia el cinturón de seguridad no se sentía seguro—.

—Nada, solo busco a mi hermanito— Y como si el auto pudiera dar más, piso el acelerador a fondo sin importarle como el menor gritaba tal cual niña—.

Draken suspiro una vez más, él seguía hablando y Takemichi seguía sin decir nada, era como si solo estuviera hablando con una pared y eso le molestaba.

—¿Qué sucedió realmente?— Se levanto y limpio sus manos con un trapo que tenía en su pantalón—.

—No quería estar ahí, solo eso, ya te lo había dicho— El menor bajo la mirada— Me sentí confundido al despertar y a la única persona que se me ocurrió llamar fue a ti—.

—Eso lo entiendo, ¿Pero que pasara con tus amigos?— El mayor se inclino un poco sobre el contrario— Solo fui porque me lo pediste casi al borde de las lágrimas, si no hubiera sido por eso te hubiera dejado ahí hasta que Hanma fuera por ti—.

—Es que si te lo digo no lo entenderías— Sintió las manos del menor tomarlo de las mejillas, sus manos eran realmente suaves—.

—Si nunca lo dices jamás lo entenderé— Ahora el tomo las mejillas del contrario— Solo dime—.