Todos se miraron sin entender, desde cuando que un niño viviera era algo extraño?.
- El señor y la señora Dursley,
- Dursley, no es el apellido del novio de tu hermana hija/ Lily- preguntaron los señores Evans, Alice, Marlene y Jess, ella solo pudo asentir.
-, que vivían en el número 4 de Privet Drive, estaban orgullosos de decir que eran muy normales, afortunadamente-dijo la profesora McGonagall, escupiendo aquellas palabras con rabia-. Eran las últimas personas que se esperaría encontrar relacionadas con algo extraño o misterioso, porque no estaban para tales tonterías- todos fruncieron el ceño, por semejantes palabras.- El señor Dursley era el director de una empresa llamada Grunnings, que fabricaba taladros (que són los taladros-pregunto inocentemente Sirius. Pero nadie le hizo caso, él hizo un puchero y Marlene rió y le dio un tierno beso en los labios cosa que hizo sonreír a varios).- Era un hombre corpulento y rollizo, casi sin cuello,
Mi hombre ideal-dijo con fingida voz de enamorada Alice, Frank frunció el ceño cosa que no paso desapercibida por Lily, Marlene y Jess que sonrieron encantadas.
-aunque con un bigote inmenso.-continuó la profesora McGonagall, pero una vez mas se vio interrumpida.
- A la morsa al fin le salió bigote- dijo Lily, y todos comenzaron a reírse mientras, felicitaban a Lily por aquellas palabras.
- La señora Dursely era delgada, rubia y tenía un cuello casi el doble de largo de lo habitual, lo que le resultaba muy útil, ya que pasaba la mayor parte del tiempo estirándolo por encima de la valla de los jardines para espiar a sus vecinos.- en este punto todos se abstuvieron de hacer algún comentario, porque si a Liliane Evans le llegaba a molestar, lo pasarían fatal, ya que les haría la vida imposible y James Potter la ayudaría.-Los Dursley tenían un hijo pequeño llamado Dudley, y para ellos no había un niño mejor que él.
- Apuesto, a que Harry es mejor que él- dijeron los merodeadores, los Potter, Lily, Marlene, Alice, Jess, Frank y los Evans. Hermione sonreía mientras asentía.
- Los Dursleys tenían todo lo que querían, pero tambien tenían un secreto, y su mayor temor era que lo descubriesen: no habrían soportardo que se supiera lo de los Potter.
La señora Potter era hermana de la señora Dursley, pero no se veían desde hacía años;tanto era así que la señora Dursley fingía que no tenía hermana, porque su hermana y su marido, un completo inútil,
-Ah no, te puedes meter conmigo todo lo que quieras, pero con el amor de mi vida no. Te voy a hacer la vida mierda querida Tuney; hermanita.- los que estaban cerca de ella se alejaron, menos sus amigos y su novio, que la abrazaron; mientras que sus padres los miraban orgullosos.
- eran lo más opuesto a los Dursley que se pudiera imaginar. Los Dursley se estremecían al pensar qué dírian los vecinos si los Potter apareciesen por la acera. Sabían que los Potter tambien tenían un hijo pequeño, pero nunca lo habían visto. El niño era otra buena razón para mantener alejados a los Potter: no querían que Dudley se juntara con un niño como aquél.
