- Bien, ¿quien quiere leer el siguiente capítulo?- pregunto la profesora McGonagall.
- Yo creo, que este capítulo, tendría que leerlo Sirius- dijo Marlene tras leer mentalmente el título.
-¿Que?, ¿por que yo?- se quejo él.
- Ven aquí Black- gruñó ella. Él asintió, y cogió el libro que su novia le entrego.
- Debemos esperar a que se presenten los visitantes- dijo apartándose el flequillo de la cara.
Unos segundos después, como pronostico él, aparecieron dos chicas.
-¿Que hay?- saludo la rubia con una sonrisa- ehm... yo soy Victoire Weasley Delacour, y soy la primogénita de William y Fleur...
- Al final, el pequeño Bill se llevó a la preciosidad de Fleur- dijo Fred pícaro.
- Oh... callate- le ordeno él totalmente sonrojado- continua cielo- la animo.
- Tengo 21 años, estoy casada y tengo una hija- la sonrisa de todos los Weasley se borro al instante- tenéis prohibido, tocar a mi esposo. ¿Os ha quedado claro?- les pregunto amenazante. Ellos asintieron asustados- ¿ves Teddy? No te van a hacer nada- dijo. Ted suspiró aliviado, pero por precaución se alejo un poco de todos ellos- en Hogwarts fui una gryffindor y ahora, trabajo en el hospital San Mugo- acabo.
- Y yo, soy Dominique Weasley Delacour, hermana pequeña de Victorie- se presento la pelirroja- tengo dieciséis años y soy una orgullosa ravenclaw. Amo el quidditch, pero no juego porque "sin querer" podría matar a alguien- gruñó molesta.
-¿Acaso F.G. ha vuelto a hacer de las suyas?- pregunto Frank II.
-¿Cuando no lo hace?- le respondió ella furiosa.
- Y a todo eso, ¿quien es ese tal F.G.?- pregunto Bill interesado.
- Cuando llegue, lo sabreis- le respondió ella enigmáticamente- y, creo que eso es todo. Señor Black, continué con la lectura, por favor- Sirius asintió sorprendido al oír como lo llamaban.
- Capítulo 11- los grises ojos de Sirius adquirieron un brillo especial y, su comisura se curvó en una gran sonrisa- Quidditch: Cuando empezó el mes de noviembre, el tiempo se volvió muy frío. Las
montañas cercanas al colegio adquirieron un tono gris de hielo y el lago parecía de acero congelado. Cada mañana, el parque aparecía cubierto de escarcha. Por las ventanas de arriba veían a Hagrid descongelando las escobas en el campo de quidditch, enfundado en un enorme abrigo de piel de topo, guantes de pelo de conejo y enormes botas de piel de castor. Iba a comenzar la temporada de quidditch. Aquel sábado, Harry jugaría su primer partido,
- Si- exclamo James emocionado.
- después de semanas de entrenamiento: Gryffindor contra Slytherin.
- El clásico- suspiro Sirius auto interrumpiéndose.
- Es gracias a estos placeres, que la vida es tan deliciosa- dijo Fred dejando que su hija apoyara su cabeza en su hombro.
- Si Gryffindor ganaba, pasarían a ser segundos en el campeonato de las casas. Casi nadie había visto jugar a Harry, porque Wood había decidido que sería su arma secreta. Harry también debía mantenerlo en secreto. Pero la noticia de que iba a jugar como buscador se había filtrado, y Harry no sabía qué era peor: que le dijeran que lo haría muy bien o que sería un desastre. Era realmente una suerte que Harry tuviera a Hermione como amiga.