- Hola- grito una voz- nosotras somos las hermanas Weasley.
- Por fin habéis llegado- gruñó Rose poniéndose en pie para abrazar a sus primas fuertemente.
- Albus te echa de menos- dijo una con una sonrisa, provocando el sonrojo de Rose.
- Eso no es verdad- dijo mordiéndose el labio nerviosa- seguro, que esta muy ocupado con su querida Jessica.
- Voy a presentarme, mi nombre es Amber Weasley tengo quince años y soy una orgullosa gryffindor- todas las casas, salvo la de las serpientes aplaudieron felices- odio el quidditch, pero siempre voy a ver a jugar a mis primos.
- Y yo soy Molly II- Molly I sonrió al saber que uno de sus hijos, la honraría tanto- tengo diecieseis años y pertenezco a la casa de los leones- se presento con una sonrisa- y, me parece que ya es hora de que revelemos quienes son nuestros padres... Percy Weasley y Audrey White- en ese momento los gemelos Weasley, Margo, Neville y Hermione soltaron una fuerte carcajada- por lo visto os tiene esto muy sorprendidos.
- Es que eso es imposible. Percy y Audrey se odian- dijo George sorprendido.
- Pues como veis no es tanto el odio que sienten el uno por el otro- se burlo Amber con una sonrisa- y ahora; ¿quien quiere leer?- pregunto observando a todos.
- Yo- dijo Elizabeth poniendose en pie.
La puerta se abrió de inmediato. Una bruja alta, de cabello negro y túnica verde esmeralda, esperaba allí. Tenía un rostro muy severo, y el primer pensamiento de Harry fue que se trataba de alguien con quien era mejor no tener problemas.
- Dime por favor que mi hijo no acaba de decir eso- suplico James.
- Tranquilo Corna, seguro que es una broma por su parte- dijo Sirius intentando sonar convencido.
- Los de primer año, profesora McGonagall- dijo Hagrid.
- Muchas gracias, Hagrid. Yo los llevaré desde aquí.
Abrió bien la puerta. El vestíbulo de entrada era tan grande que hubieran podido meter toda la casa de los Dursley en él. Las paredes de piedra estaban iluminadas con resplandecientes antorchas como las de Gringotts, el techo era tan alto que no se veía y una magnífica escalera de mármol, frente a ellos, conducía a los pisos superiores. Siguieron a la profesora McGonagall a través de un camino señalado en el suelo de piedra. Harry podía oír el ruido de cientos de voces, que salían de un portal situado a la derecha (el resto del colegio debía de estar allí), pero la
profesora McGonagall llevó a los de primer año a una pequeña habitación vacía, fuera del vestíbulo. Se reunieron allí, más cerca unos de otros de lo que estaban acostumbrados, mirando con nerviosismo a su alrededor.
- Bienvenidos a Hogwarts- dijo la profesora McGonagall- El banquete de comienzo de año se celebrará dentro de poco, pero antes de que ocupéis vuestro lugares en el Gran Comedor deberéis ser seleccionados para vuestras casas. La Selección es una ceremonia muy importante porque, mientras estéis aquí, vuestras casas serán como vuestra familia en Hogwarts. Tendréis clases con el resto de la casa que os toque, dormiréis en los dormitorios de vuestras casas y pasaréis el tiempo libre en la sala común de la casa. »Las cuatro casas se llaman Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin.
Todos aplaudieron al oír nombrar sus casas en la historia.
Cada casa tiene su propia noble historia y cada una ha producido notables brujas y magos. Mientras estéis en Hogwarts, vuestros triunfos conseguirán que las casas ganen puntos, mientras que cualquier infracción de las reglas hará que los pierdan. Al finalizar el año, la casa que obtenga más puntos será premiada con la copa de la casa, un gran honor.