- Por ti hariamos lo que fuera Hazz y, lo sabes- dijeron Neville y Hermione.
- Claro que lo sabe- respondió alguien. Todos se giraron para ver a quien correspondía esa voz.
-¿Quien eres?- pregunto Neville asustado.
- ¿Acaso no asiste junto a vosotros a clase?- cuestionó la profesora McGonagall poniendose en pie mientras sujetaba con fuerza la varita entre sus dedos.
- Profesora McGonagall, puede estar tranquila- dijo Dumbledore consiguiendo que esta volviese a su sitio- si no me equivoco, usted debe pertenecer al grupo que envio estos libros.
- Como siempre has acertado Dumby- la alabo la joven con una sonrisa- bueno, hola primera y parte de la segunda generación. Mi nombre es Rosebud Weasley, aunque a quien se le ocurra llamarme asi lo pagará muy caro- añadió fulminando a toda la sala con la mirada- tengo quince años y soy una orgullosa ravenclaw- con eso, la mesa de las aguilas aplaudió satisfecha.
-¿Una Weasley que no pertenece a la casa de Gryffindor?- preguntaron todos sorprendidos.
- Si, lo se, eso es algo muy raro. Y, seguro que si mis tios Fred y George estuviesen aquí, dirian que el fin del mundo se acerca- eso provoco la risa de toda la sala- con mis primos, decidimos hacer esto, para poder evitar algunas cuantas muertes inecesarias, como las de...- calló buscando a alguien entre los alumnos, y tras posar la mirada en Marlene sonrio retomando la palabra-... ya os enterareis. Mi padre es Ron Weasley. Vuestro sexto hijo- añadio mirando a sus abuelos- mis padrinos son mi tía Ginnebra Weasley y...
-¿Has oído eso Arthur?- chillo Molly feliz- vamos a tener una niña, una...
-... ¿una joven que aparte de pelirroja, será hija de Molly?- pregunto James realmente asustado.
- Yo no quiero vivir en un mundo así Gabian- dijo Gideon atemorizado.
- Ni yo Fideon- le respondió Fabian abrazandose a su gemelo.
-¿Cuando madurareis?- gruñó Molly cruzándose de brazos con una sonrisa.
- Nunca- recitaron los dos a la vez enseñando la lengua de forma infantil.
-¿Quien quiere leer el próximo capitulo?- pregunto Remus observando inquieto el comedor.
- Señorita Evans, por favor lea el tercer capítulo- dijo Dumbledore en tono afable observando a Petunia.
-¿Yo?- pregunto ella sorprendida. Él asintió, a lo que ella se puso en pie y se acerco a Remus, quien le entrego el libro un tanto reticente, carraspeó un poco antes de emprender la lectura- La fuga de la boa constrictor le acarreó a Harry el castigo más largo de su vida.
- Que buena forma de comenzar- gruñó interrumpiéndose a si misma.
- Es culpa tuya- le advirtió Hermione cruzandose de brazos obvia.
Cuando le dieron permiso para salir de su alacena ya habían comenzado las vacaciones de verano y Dudley había roto su nueva filmadora, conseguido que su avión con control remoto se estrellara y, en la primera salida que hizo con su bicicleta de carreras, había atropellado a la anciana señora Figg cuando cruzaba Privet Drive con sus muletas.
Todos ahogaron un grito, al oír lo anterior dicho por Petunia.
-¿Cómo se le ha ocurrido atropellar a una de las más antiguas hadas que el mundo mágico posee?- pregunto Dumbledore sorprendido. Petunia carraspeó un tanto incómoda mientras retomaba la lectura.