Capítulo Doce (2n Parte)

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-¿Cómo puede ser? Si toda mi familia está muerta... déjame mirar de nuevo...

- Lo has tenido toda la noche, déjame un ratito más.

- Pero si estás sosteniendo la copa de quidditch, ¿qué tiene eso de interesante? Quiero ver a mis padres.

- No me empujes.

Un súbito ruido en el pasillo puso fin a la discusión. No se habían dado cuenta de que hablaban en voz alta.

-¡Rápido!

Ron tiró la capa sobre ellos justo cuando los luminosos ojos de la Señora Norris aparecieron en la puerta. Ron y Harry permanecieron inmóviles, los dos pensando lo mismo: ¿la capa funcionaba con los gatos? Después de lo que pareció una eternidad, la gata dio la vuelta y se marchó.

- No se, como consigue salir airoso de todas esas - susurró Lily I.

- No estamos seguros... Puede haber ido a buscar a Filch, seguro que nos ha oído. Vamos.

Y Ron empujó a Harry para que salieran de la habitación. La nieve todavía no se había derretido a la mañana siguiente.

-¿Quieres jugar al ajedrez, Harry?- preguntó Ron.

- No.

-¿Por qué no vamos a visitar a Hagrid?

- No... ve tú...

- Sé en qué estás pensando, Harry, en ese espejo. No vuelvas esta noche.

-¿Por qué no?

- No lo sé. Pero tengo un mal presentimiento y, de todos modos, ya has tenido muchos encuentros. Filch, Snape y la Señora Norris andan vigilando por ahí ¿Qué importa si no te ven? ¿Y si tropiezan contigo? ¿Y si chocas con algo?

- Pareces Hermione.

- Te lo digo en serio, Harry, no vayas.

Pero Harry sólo tenía un pensamiento en su mente, volver a mirar en el espejo. Y Ron no lo detendría. La tercera noche encontró el camino más rápidamente que las veces anteriores. Andaba más rápido de lo que habría sido prudente, porque sabía que estaba haciendo ruido, pero no se encontró con nadie. Y allí estaban su madre y su padre, sonriéndole otra vez, y uno de sus abuelos lo saludaba muy contento. Harry se dejó caer al suelo para sentarse

frente al espejo. Nadie iba a impedir que pasara la noche con su familia. Nadie.

Excepto...

- Entonces de vuelta otra vez, ¿no, Harry?

Harry sintió como si se le helaran las entrañas. Miró para atrás. Sentado en un pupitre, contra la pared, estaba nada menos que Albus Dumbledore. Harry debió de haber pasado justo por su lado, y estaba tan desesperado por llegar hasta el espejo que no había notado su presencia.

- No... no lo había visto, señor.

- Es curioso lo miope que se puede volver uno al ser invisible- dijo Dumbledore, y Harry se sintió aliviado al ver que le sonreía- Entonces- continuó Dumbledore, bajando del pupitre para sentarse en el suelo con Harry- tú, como cientos antes que tú, has descubierto las delicias del espejo de Oesed.

- No sabía que se llamaba así, señor.

- Pero espero que te habrás dado cuenta de lo que hace, ¿no?

- Bueno... me mostró a mi familia y...

- Y a tu amigo Ron lo reflejó como capitán.

-¿Cómo lo sabe...?

- No necesito una capa para ser invisible- dijo amablemente Dumbledore- Y ahora ¿puedes pensar qué es lo que nos muestra el espejo de Oesed a todos nosotros?

Harry negó con la cabeza.

- Déjame explicarte. El hombre más feliz de la tierra puede utilizar el espejo de Oesed como un espejo normal, es decir, se mirará y se verá exactamente como es. ¿Eso te ayuda?

Harry pensó. Luego dijo lentamente:

- Nos muestra lo que queremos... lo que sea que queramos...

- Sí y no- dijo con calma Dumbledore- Nos muestra ni más ni menos que el más profundo y desesperado deseo de nuestro corazón. Para ti, que nunca conociste a tu familia, verlos rodeándote. Ronald Weasley, que siempre ha sido sobrepasado por sus hermanos, se ve solo y el mejor de todos ellos. Sin embargo, este espejo no nos dará conocimiento o verdad. Hay hombres

que se han consumido ante esto, fascinados por lo que han visto. O han enloquecido, al no saber si lo que muestra es real o siquiera posible.

Continuó:

- El espejo será llevado a una nueva casa mañana, Harry, y te pido que no lo busques otra vez. Y si alguna vez te cruzas con él, deberás estar preparado. No es bueno dejarse arrastrar por los sueños y olvidarse de vivir, recuérdalo. Ahora ¿por que no te pones de nuevo esa magnífica capa y te vas a la cama?

Harry se puso de pie.

- Señor... profesor Dumbledore... ¿Puedo preguntarle algo?

- Es evidente que ya lo has hecho- sonrió Dumbledore- Sin embargo, puedes hacerme una pregunta más.

-¿Qué es lo que ve, cuando se mira en el espejo?

-¿Yo? Me veo sosteniendo un par de gruesos calcetines de lana.

Harry lo miró asombrado.

- Uno nunca tiene suficientes calcetines- explicó Dumbledore- Ha pasado otra Navidad y no me han regalado ni un solo par. La gente sigue insistiendo en regalarme libros.

- Tú siempre igual, ¿eh Dumby?- dijo Remus divertido.

En cuanto Harry estuvo de nuevo en su cama, se le ocurrió pensar que tal vez Dumbledore no había sido sincero. Pero es que, pensó mientras sacaba a Scabbers de su almohada, había sido una pregunta muy personal. Fin del capítulo- anunció Lily.

- Muchas gracias señorita Evans. Antes de leer el nuevo capítulo, les daré unos minutos de descanso- anunció Dumbledore poniendose en pie para seguidamente desaparecer por la puerta del Gran Comedor.

- Lily, ¿podemos hablar un momento?- pregunto Petunia interrumpiendo la conversación que esta mantenía con sus amigos.

...

Y ahora fin del duodécimo capítulo. Por cierto en los próximos capítulos, os sugeriré un grupo de vines y musical·lys realmente bueno. Y si veo que os gusta mucho y los seguis, subiré un maratón de 4/4 capítulos de Viaje al pasado... Conociendo a la Primera Generación... 😍 Os amo chicos. Y hasta otro momento, que ahora estoy enmedio de un examen de inglés y no quiero que la profe me pille. Bye guys.

Viaje al pasado... conociendo a la Primera GeneraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora