- Espero que cumplieses eso- le advirtió su padrino con una cálida sonrisa asomando por sus labios. Harry se encogió de hombros devolviendo le la sonrisa.
- Alumnos, profesores, visitantes,... ya pueden ustedes comer o salir a dar una vuelta por la escuela y sus alrededores, sin traspasar la...- comenzó Dumbledore.
-... entrada al Bosque Prohibido- respondieron todos a la vez. Él asintió.
- Por cierto, si no es mucha molestia, liberen al señor Dursley- añadió mirando en dirección a la mesa de los leones. Estos asintieron sin poner mucha atención a las palabras del director. Era obvio que al final tendrían que sacarlo de aquella jaula, pero, por hacerle sufrir un poquito más, no pasaría nada malo.
-¿Quien quiere jugar un partidito?- pregunto James I poniéndose en pie emocionado.
- Yo, yo, yo- gritaron todos siguiéndolo a los jardines.
-¿Venís?- pregunto Albus a su padre y tío.
- En un rato vamos- le respondió Harry; su hijo asintió antes de salir corriendo del Gran Comedor- Bien y, ¿de que querías hablar?- Tras recorrer el Gran Comedor con la mirada, suspiro.
-¿Que pensarías si te dijera que...?- comenzó él.
- Te gusta Hermione- le interrumpió Harry.
-¿Que? No, te equivocas- contesto Ron.
- Tío, que no era una pregunta. A ti te gusta Hermione- le aseguro Harry riendo ante el sonrojo de su amigo- por Merlín a Ron le gusta Hermione- canturreó.
- Como se te ocurra volver a decir eso, te mato- le advirtió el pelirrojo abandonando la sala a grandes zancadas- te mato.
- Si, seguro- susurró Harry revolviéndose el cabello divertido.
En el Campo de Quidditch:
- Ya era hora de que llegarais- gruñó George mirando mal a su(s) hermano(s).
- Tranquilo Georgie, que ya estamos aquí- le respondió Ron poniendo los ojos en blanco.
- Y, ¿que querías?- dijo Harry.
- Debéis formar parte de mi equipo- añadió obvio.
-¿Contra quienes jugamos?- pregunto Ron rascándose la cabeza.
- Contra nosotras, si es que os atrevéis- respondió Ginny acercándose hacia ellos.
- De acuerdo- respondió Harry dando un paso hacia delante.
- Aún podéis echaros hacia atrás- les recordó ella.
- Nah. Os vamos a machacar.
...
- Ganadoras las chicas por ciento sesenta a setenta- recitó por quinta vez Lily L.
- Todo por tu culpa, Weasley- gruñeron todos.
-¿Que hemos hecho?- respondieron ellos a la vez.
- Dejaros ganar.
En la Sala de los Menesteres:
- Por fin te encuentro- dijo Margo asustando a Fred- llevo un rato buscándote.
- Lo siento. Necesitaba pensar en mis hermanos y amigos, mi muerte, nuestra hija, ya sabes...- se encogió de hombros-... pero dime, ¿para que me buscabas?
- Creo que tu confesión merece una respuesta- «Puedo hacerlo»- yo... yo también te amo- susurro. Fred se puso en pie de un salto tirando a Margo.