- Wow Ginny, tu obsesión por Harry ha llegado a limites insospechados- se burlo Margo.
- No era yo- se quejo ella con el rostro totalmente rojo y brillante, al igual que Harry.
-¿Pues entonces quien era?- cuestionó Neville.
- Yo- dijo una voz. En ese momento apareció frente a todos un pequeño elfo que vestía con un saco de patatas.
-¡¡Dobby!!- chillaron emocionados. El ser se acerco a la mesa de los leones y uno a uno los fue saludando.
-¿Pero que haces aquí?- pregunto Ron tras darle un fuerte abrazo.
- Dobby ha venido a leer el nuevo capitulo- explico con una sonrisa dirigida a Hermione- Señor Harry, cuanto tiempo- dijo Dobby- lo he echado de menos.
- Yo tambien te he echado de menos. Sobretodo aquellos intentos de herirme de gravedad- le respondió Harry.
- Señor Dobby- le llamo la atención Albus- cuando a usted le parezca podremos comenzar la lectura del segundo capitulo.
- Capítulo 2: La advertencia de Dobby. Harry no gritó, pero estuvo a punto. La pequeña criatura que yacía en la cama tenía unas grandes orejas, parecidas a las de un murciélago. Las orejas de Dobby no tienen ningún parecido con las de un murciélago- se auto interrumpió.
- Me tomo por sorpresa encontrar un elfo domestico en mi cama- se disculpó Harry con una pequeña sonrisa.
-... y unos ojos verdes y saltones del tamaño de pelotas de tenis- el rostro de Dobby se contrajo nuevamente, y como si Harry ya estuviese viendo venir las replicas del pequeño ser, se adelantó.
- Tienes razón Dobby, el tamaño de tus ojos, no tiene nada que ver con el de unas pelotas de tennis, así que disculpa por el pensamiento.
- No importa señor Harry- respondió Dobby con una gran sonrisa, adornando su rostro.
-¿Porque no puedes simplemente pensar en comida como hace Ron?- lo reprendió Neville divertido.
- Pues porque tan solo Ron tiene esa gran obsesión- susurraron los gemelos Weasley.
- Hey- se quejo este cruzándose de brazos.
- Créeme, tengo cosas mejores en las que pensar- respondió Harry tras pensarlo bien. Guiñó un ojo a la pelirroja la cual lo observaba atentamente, y tras ver como el sonrojo consumía por completo el rostro de la joven Weasley, le dio la espalda sonriente «Me estas tentando mucho pequeña Weasley, y yo no soy muy bueno controlando mis acciones» pensó antes de seguir el hilo de la lectura.
- En aquel mismo instante, Harry tuvo la certeza de que aquella cosa era lo que le había estado vigilando por la mañana desde el seto del jardín. La criatura y él se quedaron mirando uno al otro, y Harry oyó la voz de Dudley proveniente del recibidor.
-¿Me permiten sus abrigos, señor y señora Mason?
- Ronnie- la voz del mayor de los Weasley's se hizo oír, consiguiendo erizar por completo los pelos de la nuca de su hermano pequeño- incluso un muggle es capaz de decirlo- le recordó.
- Ya... ya... lo he vis... visto- tartamudeó él fingiendo una gran sonrisa.
- De esta no te libras- se burlo Charlie.
- Aquel pequeño ser se levantó de la cama e hizo una reverencia tan profunda que tocó la alfombra con la punta de su larga y afilada nariz. Harry se dio cuenta de que iba vestido con lo que parecía un almohadón viejo con agujeros para sacar los brazos y las piernas.