Capítulo 12

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Pasaron varias semanas desde esa noche. Estabamos muy bien pero en público aún no solíamos exponernos, ningún de los dos parecía querer dar el paso a hacerlo primero.

Él

Llevabamos un mes viendonos cada tarde, para ver el atardecer mientras comíamos chuches, la llevaba por ahi con la moto, pasábamos por el rio o ibamos al parque donde nos dimos nuestro primer beso, que parecía enamorarse del sitio más cada vez que la llevaba.

Todo parecía ir muy bien pero aun tenía miedo de hacerlo oficial, que todo el mundo nos mirara en el instituto y ella se sintiera incómoda, nunca le ha gustado ser el centro de atención de tantas miradas hambrientas por juzgar y crear rumores, yo tampoco era fan de la idea de que pasara y mucho menos de que dejaran de verme como me quería mostrar.

A veces es mejor que todos crean que eres un chulo sin sentimientos, que su único propósito es hacer reír en clase, no estudiar y pasar la tarde con amigos o por ahí. No me parecía en nada a esa imagen pero me respetaban, me tenían en un altar y eso era lo que necesitaba para que me dejaran en paz.

Aunque no quería hacerlo oficial públicamente, quería que ella sí se sintiera mía, que no había ninguna más con la posibilidad de estar en su sitio, ese sitio solo tenía su nombre y apellidos y si lo dudaba tenía hasta sus huellas, un sitio único, imposible de remplazar. Decidí que picnic en el muelle del lago era lo idóneo, lo que le iba a ilusionar y hacer su mirada brillar.

Preparé todo, tuve que pedir algún favor a mis amigos que los cabrones me pedirían de vuelta a saber con qué pero ese pequeño riesgo merecía la pena. Con las motos llevamos el manten de cuadros rojos, la comida y utensilios y lo preparamos todo en el muelle, con velas incluidas. Un amigo haría de camarero, para servirle la cocacola a la dama y encender las velas antes de llegar, los demás se quedarían allí vigilando todo hasta que llegáramos, después se perderían por ahí como les dije.

Ella

Bajé de mi edificio, él me esperaba abajo en la moto, me había pedido que me pusiera el outfit que más ganas tuviese pero que a la vez fuese cómodo para estar sentados, se suponía que íbamos al centro comercial y de paso cenariamos, no quiso entrar en más detalles.

Le pregunté donde me llevaba al ver que no era en esa dirección.

-Te voy a llevar a un sitio especial pero es una sorpresa-

Sonreí, no me esperaba nada aquello y simplemente disfruté de no saber su plan.

Aparcó en el parque, donde dimos nuestro primer beso y me pidió permiso para vendarme los ojos

-¿Confías en mi? - Me preguntó

-Sí, a estas alturas no creo que seas un asesino- Me ajusté mejor la banda y comencé a andar. Él me dirigía con nuestros brazos unidos.

-Pues crees mal porque tenía pensando tirarte al lago, me han dicho que hay monstruos marinos y payasos de esos que te dan miedo-

-Bueno mi madre me ha dicho que está bien salir de la zona de confort de vez en cuando, a lo mejor son majos-

Nos reímos y llegamos al sitio en silencio, oi voces susurrando, logré escuchar un "mierda dame el mechero" "que me quemas tonto, ah joder ya está" "que guapo vas bro" "¿me has tocado la nalga?" eran gritos camuflados en susurros, yo me reía y no entendía que hacían sus amigos ahí y porqué le habían tocado el culo a alguno de ellos.

Oi pasos corriendo lejos, y otros que se acercaban a mi y reconocía perfectamente.

-Te voy a quitar esto, ¿preparada?-

-Eso creo- y deshizo el nudo, dejó caer la banda y me quedé ahi, de pie, con la boca abierta y sus ojos brillando bajo la luz de la luna admirandome desde su sitio.

Era un picnic, en el muelle, el lago reflejaba las luces de las farolas en la lejanía y de la luna, el cielo estaba despejado y se podían contemplar las estrellas, habían velas colocadas en zonas concretas para hacerlo más atractivo, un mantel con comida de todo tipo encima y cojines y mantas para el fresco de la noche.

Él

Vi una lágrima recorrer su mejilla y desparecer en su sonrisa, la abracé con todas mis fuerzas y ella empezó a llorar pero de emoción.

-Es lo más bonito que han hecho alguna vez por mi, esto... no, no sé como agradecertelo, te quiero- Dije entre sollozos y  pasando la mano por la mejilla.

Nos separamos del abrazo pero nos quedamos muy cerca, le limpié las lágrimas y le di un beso corto y tierno.

*tos tos* se oyó, olvidé que un amigo estaba tieso a unos metros, esperando a servir la bebida y marcharse a alguna discoteca a liarse con la que pillara, así eran mis amigos, o algunos de ellos.

Ella se rio al verlo ahí parado, quieto como una estatua con cara de querer matarse de mil formas distintas. Nos sentamos y al pasar por su lado de di un golpe en el pecho
-Perdona bro, vete ya si quieres-

-Me estas pidiendo que me vaya ya a tomar por culo y os deje a solas de una forma muy elegante pero lo acepto porque estos pavos me esperan en la puerta del Magos (discoteca), venga suerte pececitos-

Y nos quedamos a solas. Empezamos a picotear de lo que había mientras le contaba como preparé el menú y por qué elegí el sitio.

Estuvimos unas horas allí, se acabaron los temas de conversación y el silencio nos llegó a media noche. La luz de la luna se reflejaba en sus ojos, sus pupilas estaban dilatadas y desde que llegamos tenía una sonrisa en la cara que no habia forma de borrar. Ni falta que hacía.

Me apoyé en la valla del muelle y ella se quedó entre mis piernas, con la cabeza en mi pecho como antes del primer beso y pusimos música. Eligió una canción en especial, reconocí los artistas con en segundos.

Strong- 0ne directi0n.

Le sonreí y la abracé más hacia mi. Comenzamos a cantar bajito y terminamos cantando a pleno pulmón, nadie nos escuchaba más que la naturaleza. En aquel momento sin firmarlo antes, la luna y las estrellas guardaron nuestros secretos y momentos con llave y la tiraron al lago. Solo nosotros eramos conscientes de este momento y Strong quedó marcada como nuestra canción.

* I'm not scared of love
'Cause when I'm not with you, I'm weaker *

Un minuto a su ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora