Capítulo 9

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Ella

Él me esperaba junto a su moto, pude admirar por una milésima de segundo la sombra de una sonrisa tímida que se notaba que contenía para no mostrarla.

Le pregunté dónde me llevaría y no pudo sonsacarlo así que solo espere que fuera un sitio bonito donde se viera el atardecer, que era lo que más me apetecía después del día que llevaba.

15 minutos de trayecto después

Aparcó la moto en el lateral de un gran parque. Nada más bajarme de la moto me quite el casco para poder observar todo a mi alrededor, abrí la boca como una niña pequeña porque ese sitio había estado siempre tan cerca y no sabía de su existencia. La energía del sitio me hacía sentir como un libro de fantasía de los que siempre leía de pequeña antes de dormir.

Él

Su sonrisa me dio años de vida, todo merecía la pena si por unos segundos la hacía sentir bien. La observé en silencio mientras ella contemplaba el sitio donde la había traído.

-Anda tonta, cierra la boca que te vas a tragar un mosquito-

Me dedicó una mirada asesina y dijo - Tú siempre tan romántico- mientras giraba los ojos (😒)

Le sonreí con malicia, me encantaba nuestra confianza.
Le pasé un brazo por encima y comenzamos a andar, mientras ella admiraba el paisaje yo la admiraba a ella sin que se diera cuenta y cuando me buscaba con la mirada la quitaba antes de que me pillara, haciendome el distraído.

Recorrimos el paseo del parque, que estaba muy tranquilo a esas horas y apenas se escuchaba el ruido de niños jugando o perros ladrando. La tarde era pacífica, estaba resultando mágica, demasiado bonita para ser verdad.

Nos sentamos en el césped cuando me contó que estaba cansada de andar, me apoyé en un árbol y ella en mi, entre mis piernas y con la cabeza apoyada en el pecho, mientras miraba con la vista perdida el lago a lo lejos y los hombres pescando en silencio.

No saqué el móvil estando con ella pero le tomé mil fotos en mi mente para guardar aquel momento. Decidí romper el silencio.

-¿En qué piensas ahora mismo?-

Se acomodó para poder mirarme al responder.

-En nada y en todo, esto es tan bonito y me encanta haber descubierto este sitio, la paz que se mueve con el viento y que el sonido de la naturaleza sea lo único que haya alrededor. Lo que más me encanta es estar viéndolo contigo -

Eso último detono en mi una sonrisa que no pude ocultar.

Ella

A veces hablo antes de pensar, no dije ninguna mentira pero sabía que debía guardarme mis sentimientos hasta que supiera que era mutuo.

No pude evitar bajar la vista a sus labios cuando sonrió, su sonrisa parecía el sol después de días de tormenta y nubes. Sus brazos rodeando mi cintura me hacían sentir que mi presencia en el mundo estaba destinada a ese momento y a que fuera con él y que nada en mi tendría ningún sentido con
otro que no lo fuera.

No me di cuenta que mientras lo miraba, me contagió una pequeña sonrisa a la que el tampoco perdió tiempo en capturar con la vista.

Él

En el momento que nuestras miradas bajaron a la vez a nuestros labios y subieron para tener un contacto visual donde sin decir nada, decíamos todo lo que había que decir, sentí que se me secaba la boca y sus labios me parecieron un río de aguas transparentes en medio de un desierto de emociones.

-¿Sabías que en la arena, con lo fina que es son pedazos pequeñitos de miles de cristales, piedras y fósiles de hace milesimas de años? La vemos a simple vista y no valoramos lo que en realidad es-

Ella se rió suavemente - No sabía que eras un loco de la geología-

-No lo soy, pero es algo que me da curiosidad como muchas otras cosas ahora mismo- Recé porque no lo malpensara, porque tenía intención de desnudar todos mis sentimientos y pensamientos y dejar la ropa para otro dia en algún futuro si es que eso llegaba y que ahora mismo era lo que menos me importaba.

Ella

No sabía que responder. Muchas veces sentía su mirada curiosa, hambrienta de saber de mi, no paraba de preguntar tonterías mínimas con tal de saber algo y de una pregunta hacia miles y acaba sabiendo todo lo que quería de mi. Yo no me negaba en ningún momento a contestarle y le daba detalles cuando me parecía oportuno.

Algo en mi, mi yo insegura que siempre hacia presencia cuando menos quería, me recordaba que no debía fiarme de un hombre, que estaba jugando conmigo y que solo le interesaba algo de mi. Me obligué a ignorar esa yo insegura de hace años y disfrutar del momento sin más.

-Bueno¿ y como sugieres llenar esa curiosidad?- pregunté

Se lo pensó unos segundos
-Cuando alguien te pregunta, con quién te imaginas en un futuro, ¿qué tipo de persona se viene a tu cabeza?-

Vale, eso no me lo esperaba, analicé mis respuestas y elegí la que mejor me pareció.

-Supongo que con mis amigos, mi madre y si hablamos de novio que sea alguien que mire al cielo y lo único que no vea sea el color azul.

Un minuto a su ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora