Tomamos el bus después de haber estado un buen rato con Danny, nos bajamos cerca de mi casa.
-vivo a cuatro cuadras de tu casa- soltó asombrada.
- ¿Qué?, Estamos tan cerca ¿Cómo es posible que nunca nos hayamos topado? - la mire.
-no lo sé- rio - que cool tendré a quien visitar cuando no quiera estar en mi casa- me dijo.
-claro, siempre voy al parque de la esquina a pasear a Shazam- le dije.
-yo siempre voy a fumar ahí, es extraño nunca habernos encontrado- me dijo.
Cómo habíamos quedado Danna y yo nos encontramos los días siguientes en el parque, ella se fumaba un cigarrillo y yo jugaba con Shazam.
No sabía si podía considerarla mi amiga en tan poco tiempo ella ya me había contado gran parte de su vida, Danna no era como lo imaginaba, era muy tierna y siempre demostraba afecto cosa que yo no estaba acostumbrada a recibirlo de parte de amigos, hacia chistes muy pesados y al igual que yo ella amaba leer pero en los gustos musicales éramos muy diferentes aún que no me desagradaba algunas de sus canciones favoritas.
Danna y yo habíamos decidido pasar la última semana de vacaciones en salidas y ver películas, ella se teñiría el cabello de otro color ella no estaba dispuesta a iniciar un ciclo escolar con el mismo color.
- ¿qué te parece un rojo cereza? - me preguntó.
-creo que se te mirara muy bien además creo que ese color nunca te lo he visto- le dije.
-exacto- rio.
Revise el catálogo de colores fantasía que había, Danna se me acerco.
-yo creo que este morado se te vería lindo- me dijo.
-nunca me he teñido el cabello- le dije.
-siempre hay una primera vez para todo, amiga mía, se te verá lindo- me dijo insistiendo.
No tenía nada que perder solo era cabello y si no me gustaba el resultado podía cortarlo o teñirlo de nuevo de negro, compré todo lo que necesitaba para hacer un cambio de look radical.
-que bien, tengo una idea- me dijo Danna.
Estábamos en el baño de mi casa el área de la regadera estaba manchada de tinte morado y rojo, Danna tenía toda su cabellera envuelta en una bolsa del súper parecía una persona pelona, lavaba mi cabello. Yo no podía creer que estuviera haciendo eso, siempre me pareció divertido cambiar tu cabello de colores pero nunca me atreví hasta ahora.
-rápido tenemos que terminar antes que mi madre llegué o nos matará a las dos por dejar de colores su baño- le dije riendo.
Cuando mi madre llegó ambas estábamos secando nuestros cabellos, la pobre mujer solo dejo salir un pesado soplido y sonrió.
-hola má- le dije.
-¡Wow Beth! ¿Qué es todo este cambio? Me gusta, me gusta como luces- me dijo.
Sentí alivio al ver que le gustaba mi nueva aparecía.
-le queda muy bien ¿Verdad? - Danna hablo.
-sé ven divinas las dos, espero que no hayan dejado mi baño como galería de arte urbano- Soltó mi madre.
Ambas negamos, habíamos dejado impecable.
Mis vacaciones oficialmente se habían acabado, no me sentía entusiasmada como hace un año, era increíble todo lo que me pasó en meses y ahora me encontró triste e infeliz de comenzar un nuevo ciclo y tener que ver el rostro de la persona que me lastimo. Volver a ver a lisa me daba mucho pesar, desee que desapareciera, pero rápidamente borre los pensamientos de mi mente, sentí como si le deseara la muerte y mejor no.
Escuché que Dante y Camille habían llegado así que salí de mi habitación y fui a recibirlos.
-Bethy ¿Estás lista para mañana? El segundo año es más divertido, es donde empiezas a disfrutar la prepa- me dijo sonriendo.
-no lo creo, odio la prepa- le dije de malas.
Dante rio, Camille y él me entregaron una caja cuando la abrí mire un celular, abrí mis ojos asombrada.
-gracias- le dije contenta.
-solo no lo arrojes cuando estés molesta- dijo riendo Dante.
-lo prometo que no lo haré, muchas gracias-
Le di un abrazo, fui a mi habitación para comenzar a manejar mie nuevo celular lo primero que hice fue descargar aplicaciones y abrir mis redes sociales.
Envié un mensaje a Danna y a Carlos avisando que tenía nuevo celular.
Danna paso por mí en la mañana, nos iríamos juntas a la escuela al menos tenía a Danna y no estaría tan sola.
-es de los buenos, ojalá mi hermana mayor fuera tan noble como el tuyo- dijo riendo Danna.
Íbamos camino a la parada, no pensábamos caminar hasta la prepa, apenas eran las seis de mañana y ya hacía mucho calor.
-no creas que es de a gratis, Dante es muy exigente con mis calificaciones- le dije
- ¿Eres niña de diez? -me miró.
Yo negué. Cuando llegamos a la parada mire a Josh ahí, pare en seco poniéndome nerviosa no esperaba mirarlo tan pronto ni si quiera me acordaba de que me seguía gustando.
-podemos ir caminando si no quieres tomar el autobús- murmuro Danna.
Ella misma me tomo del brazo llevándome hacia atrás de vuelta. En el resto del camino permanecí en silencio, sabía que esto sucedería ahora me sería más difícil tratar con todos.
-no tienes que hablarles a ellos, puedes sentarte conmigo- me dijo Danna.
Yo la miré y sonreí.
-eso iba hacer- le dije.
-que bien, no te lo había dicho por qué no era de mi incumbencia, pero lisa me cae muy mal y lo que te hizo... ¡Aah dios es una perra! - soltó.
-si lo es- le dije riendo. - pero ya no quiero pensar en eso- le dije.
-mmju.... Ahora que llegues debes demostrar a todas esas estúpidas, de que no te hicieron ningún daño al contrario te hicieron brillar más- me dijo dando ánimos.
Y así fue, cuando entramos al aula ni si quiera me atreví a voltearlos a ver simplemente pase de largo y me senté junto a Danna, me di cuenta de que Charlie también se sentó lejos de lisa. Josh llegó después y como era de esperarse fue con su amigo.
Los primeros días no eran tan interesantes solo era presentarse y conocer a los nuevos maestros, estresarse por nuevas materias algebra era horrible, la odiaba con tan solo una semana de clases.
-Hey par de sanguijuelas- saludo amablemente Danny.
Estábamos sentadas debajo de las escaleras había encontrado un lugar perfecto para no ser vista por nadie, ni molestadas.
-hola Danny- le dije.
-las busqué por todos lados supuse que estaban aquí- nos dijo.
Se sentó y de su pantalón saco una cajetilla de cigarros, agarro uno y lo encendió.
- ¿Quieren? Tomen uno-
Dejo la cajetilla en el suelo, no podía creer que estaba fumando en la propia escuela como si nada, no le importaba ser descubierto por los prefectos. Danna le siguió el juego encendiendo un cigarrillo, yo los miraba muy asombrada.
-ustedes sí que están locos- le dije riendo.
- ¿No fumas? - me miró Danny.
Yo negué.
ESTÁS LEYENDO
Para el que nunca fue.
Romance"Recordar es vivir" Muchos dicen eso y yo soy una de esas personas, no lo creía antes de que le contará a mi propia sobrina sobre mi adolescencia que fue una muy oscura pero también brillante, un viaje de autodecubrimidnto y emociones encontradas, a...