Capitulo 9

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En mi casa todo estaba bien, me ocupaba de shazam, salíamos a caminar todas las tardes y siempre orinaba en el mismo árbol de roble que estaba en una esquina del parque.

Las clases de teatro no estaban nada mal me ayudaban a trabajar la confianza en mi pero había algo que no terminaba por gustar, no me sentía agusto y sabía que no eran los demás, era yo.

Las vacaciones de diciembre llegaron, mi madre había planeado pasar las fiestas en casa de mis abuelos que vivían en el pueblo, se hacía una hora en auto, Dante y Camille irían también, pero los planes cambiaron un poco por a mi madre le toco cubrir turno en el hospital así que llegaría solo para año nuevo.

Subí mi maleta y a Shazam al auto de mi hermano, mi madre se despidió de mí con un abrazo y un beso en la frente.

-prometo ir para el año nuevo- me dijo.

-está bien mami, te esperaremos- le dije.

Subí al auto a esperar a los otros.

El trayecto me gustaba por la vista que había, los campos, los cerros, el aire fresco que se respiraba. Estaba contenta porque vería a mis abuelos no convivo mucho con ellos como me gustaría porque no visitan mucho la ciudad, no le gusta mi abuelo dice que es ruidosa. Ellos habían vivido toda su vida en el pueblo compraron el rancho con los ahorros de sus trabajos, criaron a mi madre ahí, en esa casa estaba toda su historia. Mi abuela tenía muchos animales que criaba para luego venderlos.

Mire a mis abuelos esperarnos en la entrada de la casa, en sus rostros se le dibujaron unas enormes sonrisas, en cuanto baje fui a ellos con los brazos abiertos.

-abuela- le dije.

-cada vez estas más grande Beth, ya no crezcas- hablo mi abuelo.

Yo reí.

-hola cami-

-señora Sonia ¿Cómo esta? - le pregunto Camille.

-feliz de que estén aquí, prepare comida carne puerco en salsa verde y arroz rojo-

Solo de describirlo mi apetito despertó.

Dante ayudaba a mi abuelo a terminar la cerca comprarían unas reses, yo ayudaba a mi abuela a alimentar sus pollos, no podía ir al rio porque era invierno. Estaba dejando el plato con las croquetas para Shazam cuando miré a un hombre arriba de un caballo acercarse a la casa, pude verlo bien cuando estovo cerca, era un señor con bigote canoso, sonrió mientras se bajaba del caballo.

-hola linda ¿está tu abuelo? - me pregunto el señor juan.

Lo reconocí, era el amigo de mi abuelo, asentí y fui al interior de la casa.

-abue, afuera te busca el señor juan-

Mi abuelo salió saludando a su amigo.

-hey, amigo tu nieta esta enorme, es igual a su madre- le comento.

-lo sé, ha venido a pasarse las fiestas aquí, julieta y yo aprovechamos por que más mayor evitara venir como su hermano- mi abuelo le dijo.

-al menos una viene, yo en cambio no he mirado a mis nietos en mucho tiempo solo por el celular, pero yo no sé mucho de esas cosas- le dijo riendo.

-creí que irías con ellos- le dijo mi abuelo.

Dante y Camille llegaron en el auto, en la mañana habían ido a la ciudad para comprar lo de la cena de navidad. La sorpresa nos la llevamos cuando mi madre bajo de la parte de atrás, yo fui ayudarla con su maleta.

-hola mi vida- me abrazo.

-creí que trabajarías- le dije.

-me dieron los días, fui una de las afortunadas- me dijo sonriendo.

Al parecer le habían respetado sus días de vacaciones.

-Angie- mi abuela se alegró tanto de ver a mi madre.

La casa pareció cambiar de color se ilumino más y ya no había silencio, mi abuelo había invitado a su amigo a pasar navidad con nosotros, su esposa llevo toda la comida y ayudaba a mi abuela a preparar más, mi madre y Camille también limpiaban el patio, dante ayudaba a mi abuelo y a su amigo a cortar la leña para la fogata.

-Beth tu eres la única que no estás haciendo algo, toma esos manteles y pónselo a la mesa- me dijo mi madre

En la tarde todos nos alistábamos para ir primero a misa mis abuelos eran muy tradicionales, entre a la habitación de mi madre para mostrarle como me veía con el vestido que me había comprado.

- ¡uy! Que bonita estas- me dijo.

-Bethy- Camille me jalo de la mano llevándome a la cama. -vamos a maquillarte- me dijo.

Después de la misa regresamos a la casa todos nos sentamos alrededor de la mesa, yo comía pavo y ensalada de papas que mi madre había hecho especialmente para mí.

Después de la media noche y de haber dado el abrazo a todos, tome el celular y llame al número de mi padre, tres intentos hice y las tres veces me envió a buzón.

-tal vez está ocupado manejando- me dijo dante.

-si eso debe de ser, el llamara- asegure.

Aunque yo sabía que no era así me seguía engañando con falsas esperanzas.

Nos sentamos alrededor de la fogata para quemar bombones, mi abuelo saco su guitarra y comenzó a tocar.

-chiquita dime porque...-

Esa era la canción que cantaba para mí. Mama cuenta que cuando lloraba mi abuelo me cantaba esa canción y siempre lo hace cuando toca la guitarra. Mi noche mejoro.

Estábamos por irnos a la casa de ciudad otra vez, me acosté con mi abuelo en su hamaca.

-quédate aquí con nosotros- me dijo.

-prometo venir todas las vacaciones para estar con ustedes- le dije.

Mi abuela nos dio recalentado hasta para guardar para el otro año.

-ellos deberían de venir con nosotros ellos ya no pueden estar solos- dijo Camille.

-mi madre se la ha propuesto un millón de veces, pero dicen la que ciudad no es para ellos- le contesto dante.

Nosotros daríamos todo porque mis abuelos estuvieran en nuestra casa, pero ellos no querían y no podíamos obligarlos.

Me gusta visitarlos en el rancho y si no fuera por ellos yo ya no creyera en el amor, cuando miro a mis abuelos sé que el amor puede ser para siempre pero entonces miro a mi madre y entiendo que no es para todos.

Para el que nunca fue.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora