Capitulo 32

6 0 0
                                    

-te volviste mi mejor amiga y hablar contigo me hizo olvidar mi vida solitaria, al menos tenía una persona que me entendía o me escuchaba, me gusta tenerte en mi vida- me dijo.

Sus palabras me estaban conmocionando mucho, no quería comenzar a llorar pero las lágrimas eran amenazadoras.

-pensaba que tú eres mi alma gemela y ya lo puedo confirmar ahora, nunca encontrare a alguien como tú así vaya por todo el mundo buscándola- dijo riendo.

-basta me harás llorar- le dije aguantando las lágrimas.

-esta bien...puedes llorar si quieres- le dijo.

Tomo mi mano.

-me gustas y no es poquito, puedo asegurarte de que me estoy enamorando de ti, de todo lo que eres tú, Beatriz Milán-

Cerré mis dos lágrimas rodaron por mis mejillas. Por alguna razón yo me sentí triste al escucharlo, no quería que Carlos me amara, eso fue lo que pensé en ese momento.

-Carlos...-

-sé que tú sientes cosas por Josh aún que lo niegues sigue siendo importante para ti-

-eso no es verdad. A Josh lo pienso tan poco y estoy dispuesta acabar con todo que tenga que ver con él, mi problema soy yo y no hay nadie más que me pueda resolver que yo misma-

-pero no tienes que llorar- me dijo.

Seco mis lágrimas.

-no mereces a alguien que vive en la oscuridad como yo-

-es que yo quiero iluminarte a ti-

Me dijo mientras acunaba mi rostro entre sus manos y yo lo miraba con mucha tristeza.

No quería perder a Carlos, era mi mejor amigo y coincidía con él al pensar que nuestra conexión era fuerte y mucho más.

Mi intención nunca fue hacer que él sintiera esas cosas por mi, mucho menos lastimarlo era lo menos que yo quería ocasionar. Pero en esas cosas no tiene nada ver qué la razón, simplemente te enamoras de la persona sin importar que vaya a pasar.

-es que era evidente de que él sentía esas cosas por ti, nunca me imaginé que fuera tan fuerte pero la verdadera pregunta está en ¿Tú qué sientes por él?- Danna me cuestionó.

-es mi mejor amigo y lo quiero muchísimo, no quiero perderlo ni hacerle daño-

-sé honesta conmigo Beth, abre tu corazón, tus sentimientos, sabes que te escucharé- me dijo.

En una gran parte de mi vida mis sentimientos fueron invalidados por personas a las que pensaba que eran importantes, casi siempre fueron amigos o en el caso más fuerte mi propio padre. También hubo esa parte de ya no querer ser un problema para otros, cómo fue mi madre quien a pesar de mantener una casa, mantener una profesión, un trabajo, curar sus heridas que le dejo el divorcio tuvo que soportar mis sufrimientos y Dante, quien literalmente hizo su vida personal a un lado por un tiempo para componer la mía, ellos dos no merecían eso así que preferí silenciarlos y esconderlos pero ahora tiene sus repercusiones en mi.

No podía, era como si me hubiera olvidado que los tenía por ahí escondidos para ser un poco feliz.

No podía decir que quería Josh, tampoco podía decir que sentía algo por Carlos.

Por muchos días y muchas noches pensando y dando vueltas a mi cabeza al final descubrí algo y me dolió muchísimo darme cuenta de que, podía corresponder a los sentimientos de Carlos pero nunca sería igual a lo que sentí con Josh.

Llore muchísimo al darme cuenta de que así sería, no importaba cuando fuera mejor Carlos yo no lo querría de la misma forma en como lo hice con Josh y me dio coraje, por qué no lo merecía, no merecía la manera tan intensa y rara en que lo amé.

Aún que en los días siguientes Carlos y yo no tocamos ese tema y seguíamos como siempre, siendo buenos amigos.

-¿Ya compraron sus boletos para el baile?- nos pregunto Alex.

-no- conteste.

-no sé si quiero ir- respondió Carlos.

-¡¿Que?! ¿Qué les pasa? Es la última vez que estaremos todos juntos- comento Danny.- ustedes comenzarán la universidad, Charlie también, Danna hará la universidad y su música, Alex seguirá si sueño de ser futbolista profesional y yo comenzaré a trabajar y posiblemente empiece la universidad- dijo riendo.

Danny tenía razón pero no era mis mejores días para pensar en un baile.

Fui a la biblioteca ya que la maestra Karina me mandó a llamar, tenía que dejar todo en reglas antes de irme.

-tus papeles del servicio están firmados y sellados, yo misma me encargue de eso-e dijo entregando las hojas.

-gracias- le dije recibiéndolas.

-fuiste una gran ayuda en estos años Beth, yo nunca te vi como un ratón de biblioteca no seas tan dura contigo, hay muchos que te percibimos como una gran persona y muy inteligente- me dijo sonriendo.

Asentí. Para mí, escuchar esas palabras de una de las maestras que más presencia tuvo en toda mi escolaridad y de cuál sirvió de mucha ayuda, me hizo sentir feliz de que se sintiera orgullosa de mi.

-la voy a extrañar mucho maestra- le dije.

Ella me abrazo.

-no por mucho...espero pronto verte y poder llamarte colega- dijo.

Iba de regreso atravesando pasillo que conectaba el edificio dos con el tres, llevaba dos libros que la maestra Karina me había regalado. Mire a Lisa que estaba tomando del brazo a Carlos justo cuando yo estaba llegando.

-¿Tienes con quien ir al baile?- escuché que le pregunto.

Carlos no se percató de mi presencia por qué estaba de espaldas.

-si y no me gusta que me toquen- le dijo quitándose la mano de lisa en su brazo.

-¿Con quién? ¿Con Bethy?- lisa me miró.

Carlos se volteo.

-no, simplemente no quiero ir contigo- le dijo Carlos.

Lisa se fue de ahí, Carlos se acercó a mi.

-ella llegó a hablarme-

-ya sé, intenta desesperadamente molestar- le dije riendo.

-te estaba buscando- me dijo.

-estaba entregando unas cosas en la biblioteca y despidiéndome de la maestra Karina- le dije algo triste.

-yo también me despedí de algunos maestros y del entrenador quien me dijo que tenía buen brazo para golpear- soltó riéndose.- este año fue mejor de lo que pensé- añadió.

-estoy muy de acuerdo contigo- respondí.

-te quería decir si quieres ir conmigo al baile. Solo como amigos, nada más- me dijo.

Sonríe asintiendo.

-si acepto, después de todos cuándo nos volveremos graduar de la prepa- sonreí.

-aaaah no puedo creer que seré un adulto y no sé declarar al SAT, probablemente iré a la cárcel-

Reímos.



Para el que nunca fue.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora