Capitulo 17

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Aliste mis maletas mi mamá y Dante estaban seguros que no estar sola en casa y estar en un lugar más tranquilo como el rancho de mis abuelos me haría bien, para mí era mejor, Camille y Dante me llevaron en su auto, yo iba en silencio solo tenía la radio del auto para escuchar música.

Cuando llegue al rancho mire que ya habían terminado el cerco y ya estaban las reses ahí, mi abuela preparo picadillo de carne y también había hecho flan de coco, seguro mi mamá le había contado lo que pasó en casa y ella trataba de animarme, era triste ver cómo personas a las sí le importaba se esforzaban por verme feliz y yo estaba aferrada con personas a las que nunca les importe.

-animo, ellos están feliz de tenerte aquí- me dijo Dante.

Yo asentí sonriendo. Camille se acercó a mi abrazándome.

-Shazam y tus abuelitos te animarán- me dijo.

-cuídense- le dije.

Fui adentro con mi abuela ella me miró.

- ¿Qué haces? - le pregunte.

-iremos al mercado para comprar unas cosas, haremos una recolecta para la iglesia del pueblo, llevaré un pastel para la subasta ¿Quieres ayudarme? - me preguntó.

Dante tenía razón, mis abuelos estaban muy entusiasmados de tenerme en su casa y no podía pasármela triste o de malas con ellos.

-claro- le dije.

Pasamos toda la tarde en el pueblo, paseando y comiendo en el mercado no era mi lugar favorito, pero me distraía además que mi abuelo me compraba todo lo que quería.

Al pasar los días estaba bien, no aparentaba estar triste ayudaba a mis abuelos en su casa, con sus animalitos y todo eso, también iba mucho al río no me metía a nadar solo me gustaba estar en el muelle, otras veces me subía a las ramas de un viejo árbol leía un libro o simplemente me quedaba mirando Shazam estaba todo el tiempo conmigo y otras veces correteando las gallinas.

-si ella está bien, ha comido bien y sale de la casa- escuché a mi abuela que le decía a mi madre.

Ella marcaba todas las tardes y se quedaba preguntando de mi a mi abuela, ella pasaba un buen rato en el teléfono.

Cómo dije, todos en mi familia pensaban que ya estaba mejorando, pero era solo una fachada, yo por dentro estaba rota, me sentía vacía y sin motivos. En los ratos que estaba a solas no dejaba de pensar en cómo pude confiar en personas tan frívolas e hipócritas, me sentía molesta hasta conmigo misma por ser tan estúpida.

En una tarde que estaba en el río el pensamiento de dejarme caer desde la rama del árbol y no surgir más me pareció una buena idea, dejaría de existir, de sentir todo este dolor que me apenaba los días, simplemente desaparecería y también pensé en que todas aquellas personas que alguna vez me lastimaron sentirían la culpa pero hubo algo que me hizo reaccionar, el ladrido de mi mejor amigo de cuatro patas él y yo nos miramos a los ojos, fue como si Shazam supiera mis pensamientos suicidas y ese ladrido fue un "Detente" o "No lo hagas" por esa mirada la más pura e inocente mis malos pensamientos pararon aquella vez.

iba muy seguido al río se había vuelto mi lugar favorito, se podría decir que pase el 75 % de mis vacaciones ahí, es que era solitario a pesar de contar con enormes árboles que brindaban sombras y una vista hermosa casi nadie lo visitaba. Yo podía estar ahí sentada en el pasto, arriba de un árbol o nadando sin ser molestada.

Esa tarde quería estar por última vez en un lugar tan sereno, en la ciudad todo era ruidoso, entendí porque mis abuelos no querían dejar el pueblo. Me senté en la orilla metiendo solo los pies al agua, pero Shazam se quiso dar un chapuzón.

Para el que nunca fue.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora