Capitulo 37

3 0 0
                                    

El rostro de Allison estaba sin ninguna expresión, sonreí cuando termine de hablar tome un suspiro largo y hondo.

-pobresita Danna- dijo triste.

-si, tuvo que pasar por mucho pero me alegra que se haya recuperado, aún que Charlie siempre estará en su corazón- le dije.

-¿Y Josh? ¿Qué fue de Josh?-

- después del funeral de Charlie no volví a verlo y por mi bien no investigue de él nunca más.-

Allison se acercó a mi y me abrazo, yo también la abrace.

-no sabía por lo que habías pasado tía, sin duda eres muy fuerte y por si no lo sabías, muy valiente- me dijo.

-ahora sabes por qué te amo demasiado, tu me ayudaste a ser mejor persona sin conocerte aún- le dije sonriendo.

-te amo mucho tía-

Nos acostamos a dormir abrazadas, Allison había quedado contenta al escuchar la historia completa pero yo, estaba recapitulando todo lo sucedido, no sabía que aún podía ponerme triste.

El abandono de mi padre, mis pensamientos suicidas, la traición de lisa, sus palabras, sentí la vergüenza de nuevo, volví a recordar a Joshua Barrios y me pregunte ¿Dónde estaba? ¿Que fue de él durante este tiempo? ¿Me recordará o pensará en mi en algún punto de su vida?

A la mañana siguiente después de desayunar  juntas lleve a Allison a su casa, Camille estaba feliz de verla.

-llevatela más seguido- me dijo bromeando.

-lo pensaré- le dije riendo.

Tuve que irme rápido ya que Carlos me esperaba en la casa, cuando llegue lo encontré bebiendo una taza de café.

-hola guapo- le dije besando sus labios.

-hola guapa ....¿Paso un tornado por aquí?- pregunto riendo al ver el tiradero de almohadas y mantas en el piso

-no, solo fuimos Allison y yo teniendo una noche de chicas-

-oh ¿Hablaron mucho de chicos y de maquillaje?- dijo riendo.

-solo un poquito- sonreí.

Cuando desayunábamos en el comedor me estuve a mirar al increíble hombre que tenía como mi futuro esposo. Lo que sentía por Carlos era algo que nunca había sentido por alguien, me sentí culpable por comprarlo con Josh pero era inevitable no hacerlo.

Esa vez que llore por que supe que no lo amaría igual y me sentí muy mal por el, pero en realidad es que no era malo, la manera en que yo amo a carlos es mucho mejor por que aquí no hay dudas, no hay mentiras, no hay silencio que lastime. no somos perfectos pero soy feliz y no lo cambiaria por nada.

- oye ¿Tengo algo en mi cara o por qué me miras con esos ojos aborregados?- me preguntó algo nervioso.

-estoy enamorada de ti-

Carlos quedó en silencio sus mejillas se enrojecieron tanto, sus ojos se cristalizaron trataba de cubrir su rostro con sus manos, era como ver a un adolescente avergonzado.

Comenzamos a reír, tome sus manos y lo mire a los ojos.

-¿Que te pasa el día de hoy? De pronto eres así de romantica-

-siempre lo soy-

-mmm no tanto-

-oye lo dije enserio, ¿Por qué no me crees?-

Carlos acerco sus rostro.

-si te creo, pero me gusta ser el empalagoso de la relación-

Tocó mi nariz con su dedo índice.

Los días siguientes nos tomamos el tiempo de separar las invitaciones.

-son 35 tuyas y 35 mias-

-solo tomaré dos y el resto que mamá las reparta, confío que no va a invitar a la tía incomoda-

Reí.

-¿Enviaras la invitación a tu padre?-

Por más que quise ignorar su pregunta sabía que debía de responder, alce mi vista a Carlos.

-no lo creo, no he sabido nada de él en estos años invitarlo a la boda sería muy hipócrita de mi parte-

Camino a mi abrazándome.

-solo quiero te la pases bien ese día-

-oye nos vamos a casar ¿Cómo no podía ser ese el mejor día de mi vida?-

-crei que el mejor día de tu vida había sido cuando me consiste-

Reímos.

Faltaba exactamente una semana para la boda y se supone que esos días son los más intensos y estresantes pero para mí eran días normales. Cómo es mi rutina me levanté en la mañana prepare café, envié unos correos con mis redacciones, me dedicaría en la mañana a visitar a mis conocidos para entregar las invitaciones.

-me voy-

Carlos salió de la cocina, yo le pase las invitaciones.

-sé te olvidan-

-oh si ... Gracias-

Me dió un beso en la mejilla como despedida.

Iba en el auto escuchando música que hace mucho no escuchaba, ni siquiera recordaba que existiera. Hace mucho tiempo deje de escucharlas por qué me recordaba a esa época la iba cantando a todo volumen.

Cómo es posible que una simple canción, un simple fragmento te lleve en retroceso de un suceso, es increíble como una línea me hizo temblar el cuerpo de nuevo mientras recordaba.

-Puedes creer que le conté toda la historia a Alli-

-¿Le contaste todo, TODO?- me miró.

-si-

-en realidad nunca creí que lo fueras hacer, haces como si nunca paso que por un momento pensé en que lo habías olvidado-

-te equivocas, recuerdo todo, absolutamente todo-

-¿Aún recuerdas como es Josh?-

-si, también recuerdo como eras tú antes de cambiar tu look, recuerdo todo como si lo hubiera vivido justo ayer-

Danna sonrió, bajo la mirada y suspiro.

-te digo algo ... Temo olvidar como era Charlie-

-Danna-

Ambas nos miramos, tome sus manos, la herida de Charlie aún seguía abierta y para mi amiga siempre fue muy duro tratarla.

-sabes que me hace muy feliz tu boda, no puedo creer que en menos de una semana te vayas a casar con el hombre que te hace muy feliz-

-prometimos que nada de lágrimas, al menos no antes del gran día-

-lo siento es que .... No eres la única que ha estado nostálgica. He recordado mucho a Charlie y pensado en lo que hubiera pasado si él no..-

-seguro hubiera cumplido su promesa-

Le di un tierno abrazo a mi amiga deje que ella se desahogara en mi hombro.

-he conocido a muchos hombres y sabes que amo a Saúl pero Charlie, Charlie fue mi primer amor-

-el primer amor nunca se olvida sin importar que tan malo o bueno pudo ser. Charlie siempre estará en ti al igual que yo recordaré a Joshua, fueron personas que marcaron nuestras vidas y nos dejaron una enseñanza, debemos seguir adelante-

Danna me apretó  el abrazo.

-siempre dices cosas sabias, que bueno que tu eres la escritora- dijo riendo.

-y que bueno que tu eres cantante por qué cantarás gratis en mi fiesta- bromee.

-hablando de eso, tengo una sorpresa para ti y Carlos ese gran día-

Cómo buenas adultas ahogamos la pena en una copa de vino añejado y nos concentramos en lo que nos emocionaba.

Para el que nunca fue.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora