Capítulo 21 - Alma de pirata

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Llego a la casa de Lucia, pero su cara no es mejor que la mía.

¡Rayos!

Espero no haya pasado nada malo

Suficiente con saber que tengo a una bruja por suegra

–¿Qué pasó sociópata? ¿por qué esa cara? –pregunto y ella hace una mueca.

–Déjame servir algo de tomar y te cuento porque lo vas a necesitar.

–Créeme, aun no me has dicho y ya lo necesito.

Lucia va a la cocina y sale con dos micheladas, le da un gran trago a la suya antes de hablar –Me suspendieron por una semana sin pago –¡Diablos!, quedo fría, eso no puede ser, ni siquiera sé que decir, ella ve mi cara de impresión y sigue hablando–. A oídos del director llegó el chisme y también mis amenazas, la acción es suspenderme una semana, lo malo es que creo que está esperando hablar contigo, deberías llamarlo –Termina de hablar, solo asiento.

¡Mierda!

Me van a despedir

Tomo mi cerveza prácticamente en un solo sorbo, ella abre los ojos horrorizada »sé que tienes alma de pirata, pero no abuses que apenas es medio día.

–Creo que me van a despedir –Respiro frustrada–, vengo de conocer a mis suegros y puedo jurar por mis tetas que no les agradé, aunque en la cara de mi suegra estuvo más que claro –Lucia me mira incitándome a hablar y empiezo a contar mi corta presencia en el restaurante y a medida de avanzo queda más horrorizada–. Creo que llamaré al director mientras tu procesas la información.

Tomo el celular de Lucia, saco el número del director y marco, después del tercer tono responde con su tono siempre profesional.

–Director, ¿cómo está?, le habla Alexa Weber, me dijeron que necesitaba hablar conmigo.

–Así es, quería comunicarle que está suspendida por quince días, debería decirle esto en mi oficina pero la información de lo ocurrido en su consultorio llegó también a la junta directiva, no tengo más nada que decirle sino que su suspensión inicia a partir de mañana además de recordarle que esperamos que no vuelva a ocurrir un incidente de estos, por favor aconséjele a la enfermera Lucia que no se cómplice ni participe en encubrir sus asuntos de los demás –Eso ultimo hace darme cuenta que es mi culpa la suspensión de Lucia.

¡Por Dios!

¿En qué estaba pensando a momento de hacer semejante estupidez?

–Si señor, no volverá a suceder, que pase una buena tarde.

–Igualmente –Se despide y cuelga.

Me acerco a Lucia –Lucia siento tanto que te vieras involucrada en esto, la verdad no estaba pensando cuando cometí semejante estupidez –digo dando vueltas en el mismo lugar, deteniéndome al final–, pero necesito un par de favores tuyos.

Frunce el ceño –Tranquila bonita que no me obligaste a nada, además cuando me entere quién fue el sapo, se los verá conmigo, va a saberlo que es tener en contra a los enfermeros del hospital.

–Lucia no quiero que hagas nada de eso, yo merecía ser despedida por tal falta.

–¿TE DESPIDIERON? –grita abriendo los ojos

–No, solo me suspendieron, pero eso no es lo que me importa, quiero reponerte los días que estés suspendida, déjame pagarte para que no te veas más afectada de lo que ya estas.

–¿Qué?, estas completamente loca, no voy aceptar un solo peso tuyo, ¡por Dios Alexa!, eres mi amiga además tu no me pediste hacer nada, solo deja la pendejada, tomemos esto como unas vacaciones obligatorias, ¿qué te parece si nos vamos de paseo? –pregunta con una cara de picardía que me encanta.

–¿A dónde vamos?

–Hay que comprar boletos, nos vamos al rio multicolor

–¿Estás segura? –pregunto porque nunca nos habíamos alejando tanto de la ciudad.

–Si, es más voy a llamar a mi hermano para ver si quiere ir, así no nos exponemos –dice y asiento. La veo hablar por teléfono y de un momento da un brinco de la emoción, río al ver que ha conseguido lo que buscaba, cuando termina la llamada brinca como niña pequeña y se me tira casi casi encima–. Mi hermano ha aceptado y no solo eso, sino que ya va a comprar los tickets para salir hoy mismo, ve alistate y te aviso a qué hora te recogemos.

–Ok –Es lo único que puedo decir, siempre creí que Isabel y yo éramos rumberas, pero Lucia y su hermano son otro nivel.

Me llama un taxi mientras hace planes y planes, solo la escucho hablar y ahora comprendo lo que sienten los habitantes de mi casa cuando hablo sin parar, deben de quererme demasiado para soportar todo mi parloteo; por fin llega el taxi y me despido colocándome en marcha a mi casa.

En el camino decido enviarle un mensaje a Andruw

Yo: Hola amor, sé que no es lo más adecuado, pero te quería avisar que salgo esta noche de viaje, nos vemos en una semana, disfruta de la visita de tu familia. Te mando un beso.

Cuando voy llegando a casa mi celular vibra, veo el mensaje de Andruw y aunque dudo en abrirlo, finamente lo hago.

Amor: ¿Dónde estás?

Yo: Acabo de llegar a mi casa

Le escribo, termino de bajar del taxi y al entrar a casa no encuentro a nadie.

Respiro quedando tranquila al saber no debo someterme a sus preguntas.

Subo a mi habitación y empiezo hacer mi equipaje, al tener todo listo me desvisto quedando en ropa interior cuando suena el timbre, me envuelvo en la toalla y al ver quién toca, trato de verme relajada dándole una sonrisa que imagino ha salido como una mueca.

–Hola. –saludo, su respuesta es un abrazo.

–Pequeña ¿qué sucedió?

–¿De que? –pregunto haciéndome la inocente, salgo de sus brazos y camino hasta mi habitación y él me sigue cerrando la puerta a su paso.

–Dime que pasó

Suspiro

¿Es que no se va a quedar tranquilo?

–Me suspendieron por quince días y a Lucia por una semana, quise compensarle el pago de esta semana, pero no aceptó, al contrario me invitó de paseo y acepté para evitar estar aquí encerrada.

–Pero mis padres estarán esta semana aquí

–Me alegro por ti, de verdad, así podrás disfrutar de su compañía sin restricciones.

–Yo quería que te conocieran...

–Amor, ¿te diste cuenta que a tu madre no le agradó mi presencia? –Frunce el ceño y sonrío porque es algo ciego–, al parecer no quiere y querrá más nuera que la tal amiga tuya esa –Intenta decir algo, pero lo interrumpo–, además quiero que disfrutes de tu familia, de verdad que no soy una persona con mucha paciencia y lo que más deseo es evitarle un disgusto a todo el mundo.

–Pequeña no es como piensas, mi madre...

–Tu madre me dejó en claro hoy que no soy la mujer para ti Andruw, y creo que deberías pensártelo, porque creo que lo sabes, que toda mi familia está loca, cada uno a su medida, creo que has visto un poco de lo que yo puedo ser cuando me enojo y la verdad tu madre es una persona mayor, no querrá escuchar mi repertorio al momento de mi enojo.

–No seas exagerada

–Amor, tú debes conocer mejor que yo a tu madre, así que no te mientas a ti mismo

–¿Osea que me vas a dejar?

–No, solo me voy a disfrutar mis vacaciones forzadas y dejaré que tu disfrutes de tu familia –Me saco la toalla para ir a bañarme–, si quieres cuéntale que tienes novia y me cuentas como te va cuando regrese –Sonrío y él solo asiente, aunque esté triste, me acerco y lo beso, es un beso que sabe a despedida, pero a medida que pasan los segundo va cambiando, volviéndose más intenso, y no sé en que momento estamos desnudos en mi cama por segunda vez, mientras él me susurra al oído que me ama y que nada lo separará de mí.

Arrebato en la Perla IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora