Capítulo 10 - ¿Cuál actitud?

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Mi día pasa entre hablar con mi hermana y ver TV, llegan las cinco de la tarde y decido enviarle un mensaje a Andruw

Yo: hola guapo, quería saber dónde nos encontramos para nuestra salida

Un rato después me llega la respuesta a mi celular

Andruw: pásame tu ubicación y yo te recojo

¿Se volvió loco o qué carajos?

¿Cómo cree que dejaré que me recoja?

Yo: No tranquilo

Yo: solo dime dónde vernos y yo llego hasta donde estas

Andruw: ¿Qué pasa doctora sexy?

Andruw: ¿No me diga que le da miedo ser recogida en la puerta de su casa para ser tratada como toda una princesa?

Me río por su respuesta

Yo: No es eso, solo que si llegas hasta acá tendré que hablarle a mi papá de ti y aún no sé qué hay entre nosotros, ni para dónde va

Yo: No puedo simplemente decirle pa' estoy teniendo sexo con ese hombre cuando me pregunté quién me vino a recoger

Andruw: ok tienes un punto ahí, pero si te digo algo, no va a pasar mucho para que te recoja cualquier día y a la hora que quiera

Andruw: Así que hoy hablaremos de eso

Frunzo el ceño

Ok

Yo: Bien

Yo: ¿dónde nos vemos?

Andruw: te envío la dirección del apartamento en el que me quedo y llegas ¿te parece?

Yo: hecho, envíala; te veo en un rato

Pongo mi celular a cargar para luego entrar a ducharme y como dice un gran amigo "irme de latonería y pintura", así puedo estar provocativamente sexy para mí aún estúpido médico.

Una hora después de mi latoneada, estoy lista con un jeans negro ajustado, camisilla roja, un saquillo beige y unas plataformas beige, me maquillo sobrio combinado mis labios rojos y mi cabello suelto con ondas y pequeños accesorios.

Cuando estoy lista llamo a Fabián y termino de aplicarme el perfume, minutos después bajo y no veo ni a papá o ni a mi hermana por ningún lado, lo que se me hace un gol de buena suerte porque aún no quiero hablarle a papá que me gusta alguien.

Fabián llega, me monto al taxi dándole la dirección que me envió Andruw y minutos después estoy afuera del edificio, cancelo la carrera y me despido de él dándole las gracias.

Saco mi celular del pequeño monedero que decidí traer y le envío un mensaje diciéndole que estoy abajo, no pasan ni cinco minutos cuando lo veo salir tan imponente con una camisa azul manga larga pero recogida hasta sus codos, un jeans desgastado y unos tenis.

¡Dios!

¿Este hombre podrá ser más perfecto?

Con solo de verlo me caliento

Se acerca a mí y me planta un beso en los labios que me deja sin aliento para después tomarme de la mano

¡Oh por Dios!

- Ven, vamos a mi auto – lo miro confusa y el entiende mi confusión porque se supone que él no vive aquí – me la entregaron ayer, aquí se demoran en todo porque la había comprado desde que llegué y hasta ahora me lo entregan – dice y no puedo creer que en estos momentos sea él quién tiene una conversación unilateral; eso me hace sonreír – sabes que es muy extraño que estés tan callada y yo sea el que hable

Arrebato en la Perla IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora