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❝ Y lo más doloroso no era lo
mucho que me gustabas sino,
tener que soportar el hecho
de que nunca te fijarías en mí...
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Inicio: 30/10/22
Finalizada: 26/07/23
Observar el movimiento de las hojas fuera del salón era mucho más interesante que la aburrida clase de logaritmos que parecía nunca acabar.
Choi Seungcheol no es el tipo de personas que llegan tarde a las clases de matemática que tanto le cuestan, pero ese día lo hiciste.
Con la voz entrecortada y una respiración profunda te disculpaste con la profesora y fuiste a tu lugar. Nada parecía fuera de su sitio excepto por tu cabello…
Estaba más corto de lo normal y ahora donde antes había cabello ahora se veían tus lindos ojos oscuros que hicieron contacto con los míos, pero que rápidamente se desviaron hacia los de ella.
Joo Ryu Seol, la chica sentada cerca de ti, la cual te regaló una de sus hermosas sonrisas, y ví cómo señalaba tu cabello y los dos se sonreían alegremente.
Siempre ha sido así, ¿nunca te cansarás de Ryu Seol? Digo, todos saben que el próximo año se irá a Rusia junto al grupo de bádminton y probablemente no retome sus estudios. Pero no puedo culparte, Ryu Seol es simplemente encantadora.
Mientras que de mí , no hay mucho interesante que decir, probablemente lo único bueno de mí es que asisto a la mejor academia de baile de la ciudad.
Pero no me des mucho crédito por ello, es bastante cara, así que si no estoy todo el día trabajando para poder pagarla estoy ensayando para ser la mejor de la clase o por lo menos intentarlo.
¡Oh! Aunque eso ya lo sabes, ¿no? No sabes la vergüenza que sentí cuando fuiste por primera vez a la tienda de conveniencia en la que trabajo. Casi me derrito al verte, me diste una hermosa sonrisa que nunca olvidaré.
Por dios, Choi Seungcheol ¿Algún día te fijarás en mí, tanto como yo me fijo en ti?
[…]
Dejé mi diario debajo de mi almohada y me dispuse a dejar de escribir tonterías para por fin dirigirme al colegio, el cual no quedaba particularmente cerca de mi casa.
Tomé mi bicicleta y partí con mis auriculares y mi pequeño reproductor de música rosa en mi bolsillo como cada día aparque mi medio de transporte donde siempre, me dirigí al salón y como costumbre ahí estaba…
Sentado junto a Ryu Seol, pero sin prestarle mucha atención, Choi Seungcheol con sus auriculares puestos tarareando su canción favorita y con su oscuro y ondulado cabello perfectamente desordenado.
Su uniforme, que a pesar de que su camiseta era un poco más corta de lo normal y tener un pequeño hueco en la parte de la cadera, hoy se veía mejor de lo que acostumbraba.
Saludé tímidamente a Seokmin, el mejor amigo de Seungcheol, e ingresé al salón rápidamente para dejar mis cosas y volver a salir para poder ver al chicopor un rato más. Al mismo tiempo que acomodaba mis cosas, HongJoong llegaba y dejaba las suyas junto a las mías.
—Buenos días, preciosa Soo Hana es un gusto para mis ojos verla tan hermosa como siempre una mañana más.
—Buenos días, señor HongJoong, ojalá mis ojos vieran todo con tanta belleza como los suyos —le seguí el juego mientras salíamos del salón.
—No quiero saber nada de logaritmos el día de hoy — Mencionó mi amigo ahora sin emoción alguna y yo asentí demostrando que pensaba lo mismo.
— ¿Será que el día de hoy sucede algo que le ponga emoción a mi aburrida vida? —dije en dirección a mi amigo.
—No creo que eso suceda — Respondió este y me empujó dentro del salón nuevamente.
HongJoong no se equivocaba, las clases terminaron igual de aburridas que siempre. Me despedí de mi amigo, no sin antes invitarlo a vernos después de mis clases de danza y este aceptó.
Me encaminé en búsqueda de mi bicicleta cuando alguien tocó mi hombro con delicadeza, al darme la vuelta ahí estaba.
Choi Seungcheol, ¿en el aparcadero de bicis? Eso sí que era raro, él siempre caminaba a su casa así que no tenía sentido que viniera a esta parte del colegio.
—Oye Hana ¿Puedo preguntarte algo?
—Ya lo hiciste… — Este sonrió tiernamente y negó varias veces con la cabeza.
— Entonces serán dos preguntas, Tú… ¿gustas de mi verdad?
Me quedé espantada, mis manos (y mi cuerpo entero) empezó a temblar, mi corazón comenzó a bombear más sangre de lo normal y yo estaba a punto de vomitar el jugo de naranja que había bebido unos minutos antes.
—No que asco…
Lo siento, no tuve mucho tiempo para pensar una respuesta que no delatara lo mucho que me gustaba aquel muchacho. Pero aunque intenté sonar lo más convincente que pude, estoy segura de que una sonrisita se coló en mi rostro y me delató.
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