N. Bienvenido, conde Alan 🧛

32 1 0
                                    

Todos ya habréis oído hablar aguna vez sobre los vampiros, esos críptidos chupasangres de ultratumba... Y tal vez algunos penséis que no es más que una tontería fantasiosa... Ay, ingenuos... Si tan solo supiérais lo equivocados que estáis... 

Veréis: hace unos 200.000 miles de años, es decir, millones de años antes de que los alienígenas ancestrales construyeran las famosas pirámides de Egipto, en el Mundo Vampiro ya tenían vampicompu, vampimóvil, vampichismes, vampidólares, vampifórmula, vampivisión, e incluso CDs para aprender a volar... ¿Os parece imposible? Pues nada más lejos de la realidad...

Y de entre todas las antiguas leyendas que han llegado hasta nosotros, ninguna es tan enigmática como la del conde Dránola. Se trata del vampiro más sanguinario y draculino que existe. Los primeros testimonios que acreditan su existencia se remontan a la época de Herodes. Desde entonces, el conde Dránola no ha dejado de aparecer a lo largo de la historia como un ser misterioso, oculto en las sombras. Un seductor irresistible, erudito de lo misterioso, señor de lo innombrable, el líder en las sombras... Pero con la llegada de la era moderna su rastro desapareció completamente: la sangrienta huella que había dejado durante milenios del mar Caspio al Lejano Oriente, se esfumó. Y ya no queda nadie vivo que lo haya visto, ni nadie que haya encontrado la cripta donde se oculta... Hasta ahora.

Según algunos de los códices precolombinos más antiguos que han podido ser descifrados hasta la fecha, tras el descubrimiento de Ámerica por los europeos un terrible mal innombrable comenzó a maldecir el continente. Los antiguos cahualatikis se convirtieron en el pueblo más temido por aquel entonces: rápidamente alcanzaron un gran dominio tecnológico y conquistaron a todas las demás tribus, dejando un reguero de sangre y destructión allá por donde pasaban. ¿Qué les llevó a hacer aquello? Simple: su único objetivo era conseguir sacrificios humanos, cuya sangre goteaba incesantemente por las escaleras de las pirámides para alimentar a un nuevo dios que se les había aparecido. Naciones enteras fueron exterminadas de la faz de la tierra... Todo con tal de saciar la temible sed de sangre del dios de la muerte. ¡El conde Dránola había encontrado finalmente el lugar perfecto donde esconderse! Pero cuando los conquistadores derrotaron al imperio Cahualatiki y lo evangelizaron, el vampiro volvió a desaparecer, llevándose consigo el secreto de la fuente de la eterna juventud. Y por más que lo buscaron para darle muerte, todo fue en vano... Sin embargo, los nuevos emperadores cristianos trazaron una línea con agua bendita y enterraron cruces alrededor de todas las fronteras del imperio tibecuateca, de modo que quedase bendecido y protegido de los diablos para siempre... Lo que ellos no sabían es que, así, habían encerrado al conde Dránola dentro del Tibecuador. Y, si mis cálculos son correctos, todas las pistas indican que, cuando vosotros seáis adolecentes, Dránola volverá, como un asesino en serie, para cumplir el vaticionio arcano y traer consigo los tiempos finales...

Así que jamás olvidéis esta canción:

Desde ultratumba va a salir
Y a mucha gente hará morir.
Toda tu sangre chupará
Y nada jamás lo dentendrá.
De día ya no lo verás dormir,
Pues a la prepa va a acudir:
El conde Dránola ahí buscará
Al chico más ingenuo y virginal
Para la pofecía hacer cumplir
Y al orbe entero maldecir.
Al virgen va a esclavizar,
Entre promesas de amistad,
Pues necesita para eterno vivir
Un corazón puro, aunque viril.
Si a Dránola sus labios deja besar,
El vil chupasangres lo hechizará.
El maleficio solo tendrá fin,
Si el joven virgen hace así: 

Al oír un toc-toc en la puerta, Huffy Cazavampiros interrumpió su lección y se acercó a abrir la puerta. 

Buenos días, profesor Humphrey, y disculpe que lo moleste —dijo la directora de la escuela, que llevaba a un niño de la mano—. Este lindo jovencito Alandro, el conde palatino Alandro FitzWittiza van Horvath; apenas tiene cinco añitos y acaba de mudarse a América desde Transilvania por motivos... algo privados. Sólo estará aquí unos meses, hasta fin de curso, ya que en la escuela privada de élite no había más plazas para aceptar otro alumno hasta próximo año escolar... Pero no creo que eso le pueda impedir hacer muchos amiguitos, así que espero que todos sus compañeros le den una calurosa bienvenida... Pero, Alandro, por favor, ¿qué haces aún ahí parado? Venga, pasa la clase... ¡Qué gusto da lo educados que son los niños europeos! No entran a ningún lado si no se los invita... —la directora sonrió plácidamente mientras abandonaba el aula. 

Huffy Cazavampiros, sin dudar un instante, sacó su celular y realizó una rápida llamada al buró central del Área 61. 

El mal ha resurgido... Repito, el mal ha resurgido... Y recen sus mejores oraciones, porque me temo que ya nada ni nadie podrá pararlo. 

Todos los niños miraron al pequeño Alandro fascinados. Tenía algo que les hacía sentirse muy atraídos hacia él, pero su compañero también parecía emanar cierta aura amenazante que les daba miedo, por lo que ninguno se acercó a él. Solamente el pequeño Pablos sintió un ardiente deseo por conocer y hacerse amigo de aquel misterioso recién llegado... Pero era tan tímido que no se atrevió a hablarle hasta el último día de clases, sin saber que no volvería a verlo ni durante las vacaciones, ni cuando retomase las clases de nuevo, ni durante los años que seguirían...

—H-h-holiwis, Alan... ¿Q-quieres ser m-mi a...

Alan sonrió levemente, pero entonces apareció el chófer de su familia y lo metió en su limusina, antes de que su padre pudiera llegar a verlo hablando con un plebeyo. 

Mi Tóxico Mejor Amigo el Playboy Hot ¿Enamorado de un Vampiro Gay? {Hipolento}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora