XVI. El padre de Alan lo reprehende 🤬

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Al sonar el timbre, todos los alumnos se apresuraron a terminar su almuerzo, como de costumbre, para poder acudir a la siguiente clase.

Bueno, ¿y qué? —preguntó Mýriam de camino al aula— ¿Ya sabes quién es Alan?

Sí, y realmente no me explico cómo era posible que pudiera haber estado tantos años viviendo sin conocerlo —respondió Stanley—. Es como si hubiera estado desperdiciando toda mi vida hasta hoy.

¿Y te ha caído bien? —cuestionó Álison esta vez.

¿Bromeas? ¡Nunca nadie me cayó mejor! Él también es un aficionado a galopar a la puesta del sol, y me ha invitado a jugar al tenis esta tarde, en su mansión: es como un sueño hecho realidad... Además —susurró—, me ha revelado el secreto de su pelo...

¡¿Qué?! —gritó Mýriam, haciendo que todos en el pasillo voltearan a mirarla desconcertados— No puede ser posible... ¿Cómo conseguiste que te lo contase? Tienes que decírmelo ahorita, pero ya, ¿eh? Necesito saberlo, tengo que saber qué es lo que se echa ese hombre en el pelo... No puedo morir sin saberlo. ¡¡¡Lo necesito!!!

Lo siento, pero es un secreto: no puedo decírtelo.

Vale, vale... —lo miró con un intenso odio— Pero te aviso de que acabas de ganarte una nueva enemiga en esta ciudad.

Okey... —repuso— Por cierto, enemiga... ¿Tienes problemas de estómago?

Ehm, no. ¿Por qué lo preguntas?

Por las marcas de tus dientes.

¿De qué hablas?

Tus preciosos dientes están deteriorados, por lo que he supuesto que vomitas a menudo. Así que o tienes problemas digestivos, o... un trastorno alimenticio (?)

Oh... —negó— Será por otra cosa, jeje...

No lo creo. Esas lesiones son muy características: sólo las crea el ácido digestivo del estómago. ¡Es más corrosivo que el ácido sulfúrico!

Pues vaya, tendré que ir al dentista...

Sí. Deberías, pero ya no podrás arreglar tus dientes: esas marcas no se pueden reparar de ningún modo.

Genial, me has alegrado el día. ¿No será que intentas hacerme una broma pesada por ser tu enemiga?

No. Como decimos en mi familia, "con las dentaduras, ni bromas ni dudas". Además, aunque seamos enemigos, me caes demasiado bien como para engañarte con algo tan serio como lo es tu salud.

Como digas, pero... Y tú ¿cómo sabes tanto de esto?

Mi padre es estomatólogo y doctor en odontología. De hecho, él puede hacerte una revisión, si quieres. Gratis, obviamente.

Gracias, ya te diré cuando pueda.

—Eres tan linda, Mýriam... Para mí será un placer poder apoyarte y ayudarte con todo.

—Y tú eres un encanto... Ya pensaba que no había más chicos como tú, pero tal vez me equivocaba ;)

El breve todos hubieron entrado en clase, y la Srtª Lightwood pasó lista.

Buenas tardes. Hoy vais a analizar morfológica y sintácticamente las siguientes oraciones. La primera de ellas —enunció cogiendo una tiza y escribiéndola en la pizarra—, es: «El ácido desoxirribonucleico se envanece de a ver sido imperioso para la subsistencia». Srtº Castléberry, ¿podrías decirme cuál es el sujeto de esta oración?

Mi Tóxico Mejor Amigo el Playboy Hot ¿Enamorado de un Vampiro Gay? {Hipolento}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora