III. La Srtª Wickham besa a Alan 💋

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Estaba siendo un día muy intenso.

Tras el cambio de cabello ya quedaba poco por hacer.

Hemos de ir al boticario: los chicos se han olvidado del jarabe para la tos —Pablos miró a su amigo con desaprobación—. No me mires así, es una fiesta. Además, sé que tú también acabarás bebiendo.

Sabes que no me gusta...

Sé que es muy triste y lamentable, pero si no hay bebida nadie irá. No puedes oponerte a la presión del grupo.

¿Y qué? Es mi fiesta.

La he organizado yo. Y si vas a adoptar esa postura lo mejor será que no acudas.

¿Me estás echando de mi propia fiesta de cumpleaños?

Sí: porque eres un egoísta y solo piensas en tí. Mis fiestas son míticas... y tú nunca has hecho ninguna... No serías capaz. Si me haces esto quedaré en ridículo ante todo el mundo: ¿es esa tu forma de agradecerme todo cuanto hago por tí?

Pablos no se resistió más y acompañó a su amigo a la botica regentada por la señora Drake, quien les vendió el jarabe.

Pronto se agotarán todos estos jarabes, puesto que la farmacéutica hace tiempo dejó de fabricarlos... —comentó— Divertíos mucho en la fiesta, chicos...

Vaya... Muchas gracias, srª Drake.

Los chicos abandonaron al fin la botica. Ya faltaba muy poco para que el gran evento diera comienzo.

Alan... No sé si está bien...

¡Pardiez, Pablos! No hemos hecho nada malo. ¿Sabes lo que habría sido ilegal? Comprar alcohol... Pero esto sólo es jarabe para la tos. Y vamos, que si no te gusta simplemente no lo tomes. Sólo lee las indicaciones, ¿qué pone?

«El jarabe de heroína es completamente inofensivo y, por lo tanto, muy recomendable para las criaturas» —leyó Pablos—. También hay un certificado del departamento de salud de Yugoslavia que dice que el medicamento ha superado todas las pruebas pertinentes en 1904. ¿Qué es una Yugoslavia?

Era un país de Europa, hace mucho tiempo. Mi padre era de allí, y también la familia de Skënder, antes de que se disolviera...

Nunca me hablas de tu país...

Es el lugar más maravilloso del mundo. Lo añoro... Pero desde lo de mi madre no he vuelto a las tierras de nuestro condado palatino. Así que mejor no me hagas recordarlo.

Finalmente llegaron agotados​ a la enorme mansión de Alan, y ambos fueron a cambiarse. Alan cuidó de que la apariencia de su amigo se viera perfecta, poniendo mimo en cada detalle.

Mi Tóxico Mejor Amigo el Playboy Hot ¿Enamorado de un Vampiro Gay? {Hipolento}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora