Cuando Alan salió del aula, no pudo evitar sorprenderse al percatarse de que Éric se encontraba apoyado en la pared junto al marco de la puerta; parecía estar esperando a alguien. Alan lo miró brevemente como si hubiera visto algo insólito y giró hacia el otro lado, avanzando por el pasillo.
—Alan... —Éric lo paró, agarrándolo de la muñeca.
—¿Sí, Éric? —Se volvió— ¿Qué hacías ahí solo; me esperabas?
—Sí... Verás... Quería comentarte algo, pero no sé si debería...
—¿Qué pasó, E? Me estás asustando... Es que acaso.... ¿algo va mal en casa?
—No, nada. Todo está bien. Yo, en realidad, quería hablar sobre tí...
—Ya veo: vas a censurar mis actos o criticarme duramente...
—¡No! ¿Por quién me tomas? Claro que no voy a regañarte, para eso ya tienes a Isabella todo el día encima... y a tu padre.
—¿Entonces?
—Sabes que a mí me trae sin cuidado lo que hagas con tu vida, pero hay algo que he estado meditando este finde y... no sé si estará bien que te lo diga, pero... creo que debería hacerlo porque eres mi mejor amigo... así que espero que lo entiendas, porque para mí...
—Por favor, Éric, no te ralles. Dime y ya, no creo que pase nada. ¿Te das cuenta de que me estás haciendo perder el tiempo a la par que tú pareces estúpido con esa actitud de crío inseguro?
—Vale... Tienes razón, lo siento. Esto va sobre Pablos.
—¿Y piensas contármelo algún día? Ya sé que soy divino, pero por el momento no puedo adivinar las cosas.
—Tengo cierta sospecha de que él es... —Éric hizo una pausa dramática, dirigiendo la mirada hacia el suelo.
—¿Medio tontito? No te preocupes: eso ya lo sabía.
—¡NO! No es eso, ****, ¡escucha!
—Perdón... pero que conste que no volveré a consentir que me hables así, ¿entiendes? —Alan situó su mano sobre el hombro de Éric— Ahora dímelo: te escucho...
Las profundas miradas de ambos amigos se encontraron, dando muestras de su mutua preocupación.
—Creo que él es... gay (?)
Alan puso una mueca en la cara como de haber comido algo en mal estado y, algo confuso, preguntó:
—¿Disculpa? No creo haberlo oído bien: te agradecería si tuvieras la cortesía de repetírmelo.
—He dicho que creo que Pablos es... gay.
—¿Por qué...? Es decir... ¿cómo podrías saberlo? No: no es posible: él no puede ser gay. Me habría enterado. De hecho... ¿cómo iba a ser yo amigo de alguien así? ¡Ax! ¿Sabes lo que estás diciendo? Osea, incluso hemos dormido juntos sobre el mismo lecho... ¡Santo Cielo! ¡Qué grima! Creo que hoy lo mejor será que no vengas a comer con los bros... No me gustaría que estropearas la comida con más bromas de pésimo gusto.
—Te olvidas de mencionar que tú lo besaste...
—Por favor, no me lo recuerdes: ¡qué asco!
—¿Por qué lo hiciste?
—Porque... Pablos para mí es... Es decir... —Alan suspiró— Por lástima.
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Mi Tóxico Mejor Amigo el Playboy Hot ¿Enamorado de un Vampiro Gay? {Hipolento}
Teen FictionNota: el libro en realidad se llama Américan Hippogryff (a.k.a «Hipolento»), el título la de historia es clíckbeit más que nada 🙃 «Querías un chico caliente... pero, nena, conmigo no te equivoques: aunque también quemo, no estoy caliente: porque lo...