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Tire de su brazo hasta la habitación de enfrente, su supuesta habitación. Bufé incrédula al ver lo enorme que era y el desastre que estaba hecha.

— Por favor póngase la ropa, para poder interrogarlo señor Min.

— Ya le dije inspectora, dígame Sugafer… ¿Quiere quedarse mientras me cambio? No se arrepentirá de las vistas, estoy hecho para el pecado.

Chiste sin creer su actitud arrogante y presuntuosa.  Me crucé de brazos y salí de la habitación con cierta molestia.

Este hombre me saca de quicio y encontrarmelo de nuevo, me enfada. Es como si el dichoso destino nos obligará a encontrarnos. Ya van dos casos fuertes en los que casualmente él está cerca.

— Listo, inspectora. —tocó levemente mi hombro.

Me di la vuelta, para mirarlo de nuevo. Nos quedamos en el arco de la puerta de esa habitación, prefería no entrar al apestoso lugar. Olía horrible a alcohol y a Mariahuana.

— ¿Qué desea saber, inspectora? —preguntó cruzándose de brazos y apoyando su espalda en el marcó de la puerta.

¿Qué se supone que pasó aquí? Tu amigo mató a una mujer y se fugó, o eso parece.

Él negó con la cabeza.

No es posible, Larson es una estrella. El no huiría así y menos mataría a alguien…

¿Larson? ¿Choi Larson, la estrella de baloncesto? —pregunté con curiosidad, mientras apuntaba el nuevo dato en mi agenda.

Ajam… El chico cumplio sus diecinueve y aún era virgen, quería liberar su pajarito y le lleve de fiesta.

Qué gran figura madura eres. —hice notar mi sarcasmo.

Lo sé, inspectora. Soy un gran ejemplo para la humanidad.

Bufé negando con la cabeza. Este tipo no entiende el sarcasmo o le encanta burlarse de mí.

Centrémonos en el caso por favor. ¿Qué es lo último que sabes de Larson?

La última vez que lo vi, fue anoche entrando en la madrugada. Se iba con esa mujer a su habitación… mientras que yo me quedé abajo hasta las cinco de la mañana aproximadamente, disfrutando de una buena fiesta.

Eres tan inmaduro… —susurré.— ¿Sabes dónde puede haberse escondido Larson?

El hombre de traje chasqueó su lengua y comenzó a caminar con la mano en su bolsillo. Le seguí al interior de la habitación al ver que quería algo más privado.

Inspectora, deseo encontrar a Larson y creo que yo, le sería de mucha ayuda.

No estoy segura de que sea buena idea… —fruncí el ceño cuando toco mi hombro.

Sus ojos negros como la noche se centraron plenamente en mi. Eran tan oscuros que podía perderme en ellos y jamás encontraría una pizca de luz.

Me necesitas y lo sabes.

Concluyó, dando por finalizada la conversación. Sacó su cartera y puso un par de billetes sobre la mesita de noche.

Vayamos a comisaría y concretemos mi contrato como asesor de la policía o ayudante, como prefieras, inspectora.

Dicho eso, salió de la habitación dejándome sola y desorientada con sus palabras. Salí tras él, sabiendo que ahora sería mi compañero. Aunque esperaba que el capitán no aceptará algo así.

Sugafer (𝙼.𝚈.𝙶) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora