Nela Michet, una chica de veinticinco años. Inspectora de homicidios desde hace más de tres años de carrera, nunca tuvo un mínimo problema en sus casos, hasta que en su vida apareció el mismísimo lucifer.
O eso es lo que dice ser el.
Su carisma, s...
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Los dos estábamos concentrados en los papeles. Miraba de reojo al pálido de ojos negros como la noche.
Era algo muy llamativo de él, su piel de porcelana y sus ojos oscuros. Tan oscuros que podría jurar que me perdería en ellos.
— ¿Ya le parezco atractivo, inspectora? Veo que no me quita los ojos de encima. —bromeó sin apartar su vista del papel que mantenía en sus manos.
— Solo estoy supervisando que no hagas nada raro. —me defendí, cruzando mis piernas en una postura más cómoda.
— ¡Lo encontré! —Gritó dando un pequeño salto en el sofá y poniéndose en pie.
— ¿¿Tienes su domicilio??
Él asintió con su cabeza, mientras leía aún el papel.
— Lo tengo inspectora Larson cuenta con dos propiedades, un lujoso piso aquí en pleno centro de Seúl y una casa de campo a las afueras.
— Si fueras un chico asustado o un asesino irías a esconderte en una casa alejada ¿no crees?
— Si yo fuera el asesino no hubiera huido como cobarde.
— Eres desagradable, Sugafer.
— Aww gracias inspectora, sé que soy un caso irresistible.
Puse los ojos en blanco, mientras agarraba la correa del perro para dirigirme a la salida. El tipo me siguió los pasos,mientras acomodaba bien su americana.
Tuvimos que poner la dirección en el GPS del coche, Yoongi se encargó de poner música.
— ¿Por qué hiciste un video porno?
Su pregunta me pilló por sorpresa, incluso frene un poco en seco. Volví a concentrarme en conducir, pero esta vez nerviosa.
— Digamos que tuve una infancia un tanto extraña y una adolescencia aún más extraña.
— ¿Padres divorciados? Los humanos echan la culpa a eso de gran parte de sus problemas.
Negué con la cabeza, acomodando el cinturón mejor.
— Mi familia era económicamente buena, mis padres eran personas ocupadas. Padre policía y madre actriz, ya puedes hacerte una idea…
— Te entiendo, mis padres tampoco tenían tiempo para mí… Y después me mandaron al infierno para librarse del niño rebelde. —agacho su cabeza pensativo.
Deduje que por infierno se refería a un internado. Solté un largo suspiro, ganando toda su atención.
— En mi adolescencia viví la muerte de mi padre, tenía apenas dieciocho años. Me junte con personas que no debía y terminé borracha y haciendo un estupido video que me atormentará de por vida.
