Nela Michet, una chica de veinticinco años. Inspectora de homicidios desde hace más de tres años de carrera, nunca tuvo un mínimo problema en sus casos, hasta que en su vida apareció el mismísimo lucifer.
O eso es lo que dice ser el.
Su carisma, s...
Lo miraba tan confundida. Jeon se interpuso en mi visión.
— Nela, ¿quieres bailar? —sonrió mostrando sus adorables dientes de conejo.
Me señale a mi misma sorprendida. ¿En serio el mocoso este me estaba pidiendo bailar? Jeon sonrió al ver mi cara confusa, agarró mi mano tirando hacia la pista de baile improvisada cerca de la piscina de esa lujosa azotea.
Decidí dejarme llevar un poco, eso nos ayudaría a acercarnos al tipo. Tal vez nos soltamos demasiado y tomamos varias copas de más. Me dejé caer en uno de los sofás de la azotea, mientras Jungkook seguía bailando y saltando, haciéndome reír.
— Inspectora, veo que se está divirtiendo.
El hombre sin camisa tomó asiento a mi lado. Lo miré curiosa, mientras él admiraba con mirada oscura, el lugar.
— ¿Conoces a Lee YungSo? —pregunte directamente, sin tapujos.
— ¿Quién? No me quedo con los nombres de mis ligues.
Saque con dificultad mi teléfono del bolso y le mostré la foto, el agarró mi teléfono y se lo acercó entrecortado sus ojos.
— Aah hablas de Soonie, ese chico solía venir al club y era una especie de amante de Nahin.
— ¿Amante? Deberías haber dicho esto, está mañana.
— Nadie me preguntó sobre él… Bueno, inspectora, debo seguir con la fiesta. Debo calmar a Hwasa.
No me dejó terminar, se puso en pie alejándose de mi vista. Jungkook tomó asiento donde estaba. Decidí que era momento de irnos, cuando el chico ya iba demasiado bebido.
Al llegar a casa dimos por finalizada nuestra noche de fiesta. Tuve que llevar a Jungkook directamente a mi habitación, para que no hiciera ruido y no despertará a la cotilla de la vecina.
Jungkook borracho es como un niño de siete años. Me tocó cambiarle de ropa y acostarlo en mi cama. Yo hice lo mismo, me puse mi pijama y me metí rápidamente en la cama. Mañana sería un día pesado.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Y así fue, tuve que madrugar y encima aguantar a un Jungkook borracho. Fui a comisaría bastante pronto, dejando al pequeño con resaca en casa. Ya vendría más tarde a trabajar.
En cuanto tomé asiento en mi mesa, Taehyung se acercó curioso. Apoyó el codo sobre mi mesa, dejando su barbilla apoyada en su mano. Me miraba curioso, mientras apretaba sus labios en una sonrisa adorable.
— Deja de mirarme, Kim. Es incómodo.
— Eres muy extraña, tu belleza es increíble Noona.
Bufé incrédula y levanté la vista.
— ¿Qué quieres, Kim Taehyung?
— Un poco de acción, me aburro aquí, Noona. Alec está ocupado con su caso y Valeria me echó del depósito diciendo que soy un pesado…
