†027

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[Habla con Dios, no hay suceso que él no perdone]

El tiempo pasaba junto a Joseph, día y noche juntos buscando recuperar el tiempo perdido durante estos dos años, se encargaba de hacerme felices o al menos mejorar mis días con sus acciones. El corazón aveces me dolía al saber la última vez que confié en él, él rompió en mil pedazos mi alma. Tambien dolía porque siento que es mi culpa que haya abandonado lo que más ama.
No puedo quejarme del sexo, era el punto justo entre romántico y caliente, aveces dulce y otras veces muy duro, simplemente todo estaba en orden.
Acordé los meses pasaban era inevitable no sentirme tambalear en un hilo que dependía solo de él, no pudo abandonar su religión de un día para otro y debia hacer demasiados documentos renunciando al clérigo, notaba su cara de angustia pero se le iluminaba al verme.
La última noticia es que James le perdió matrimonio a Dana delante de todos nosotros, Joseph lloró de emoción y los bendijo, eso se sintió incómodo para todos.
Michel, su padre, siempre que yo estaba presente tiraba algún comentario sobre lo sucedido. Decía lo sorprendido que estaba cuando Joseph había abandonado el sacerdocio para unirse a una mujer. Lili, su madre, por otro lado siempre levantaba mi ánimo cuando su padre hacía estallar la bomba. Era una gran mujer.

-Cuando vas a decirle?- Dan me miró mientras yo veía las revista de decoración de bodas

-Decir que cosa? De que hablas?- me hice tonta para no responder

-Debes decirle a Joseph sobre lo que sucedió- ella habló normal y tapé su boca

-Estas loca? Cállate- miré a la cocina para ver si ellos estaban cerca

-No, es su derecho saberlo y en los tres meses que han estado juntos...- ella habló después de quitar mi mano y suspirar

-En algún momento, ahora no es lo indicado- tomé la revista de nuevo entre mis manos

-Joseph está soñando en grande, habla con James sobre ti y formar una familia, casarse...- me miró diciendo todo aquello, un pinchazo en mi pecho hizo darme un malestar

-Que se supone que debo decirle? Estuve embarazada de ti, Joseph y perdí nuestro hijo por culpa de Mark- rodeé los ojos pero sentí un plato romperse que venía desde la puerta de la cocina

Su cuerpo estaba helado y mi impulso hizo que me levantara rápido, no tenía idea de que había escuchado, cuánto y aunque haya sido poco, creo que lo último no tiene explicación más que esa.

-Joseph- me acerqué a él y reaccionó, se agachó a levantar el plato con la cena

-No metas la mano, hay vidrios y puedes cortarte- habló en un hilo de voz

-Bien, buscaré algo para limpiar esto- traté de entrar a la cocina pero me detuvo

-Ve con Dan, yo puedo con esto- levantó su cuerpo evitando tocar todo, sus manos estaban llenas de salsa

-Joseph, yo...- él me interrumpió

-No, yo puedo con esto- entendí que no necesitaba mi ayuda

Suspiré y volví poco a poco con Dan, ella me miraba con pena en forma de disculpa. No había sido su culpa, más bien la mía.

NARRA JOSEPH QUINN

Podría hablarles sobre el amor a Dios, creo que es lo único que sé. La vida te golpea muchas veces y casi nunca tienes oportunidad de remediarlo todo, siempre queda una cicatriz o herida que dejaste sin sanar y lo peor es que algún día puede infectarse.

PECADO // Joseph Quinn+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora