La verdad era esta: sin querer o al menos no conscientemente, había llegado al punto en el que mi vida no tenía sentido alguno, o tal vez era mi mente creyendo eso.
Cuando en realidad había mucho que disfrutar, atardeceres que emocionaban, días llenos de luz. Y aún así, también creía firmemente en que solo se vive una vez y era mi responsabilidad disfrutarlo al máximo.
Mi mente pocas veces coincidía con lo que mi alma anhelaba, aunque de ello dependía mucho mi estado de ánimo. Durante mucho tiempo, había una contienda dentro de mí, como si dos personas estuvieran en batalla. Una voz me decía: "Ya nada tiene sentido, es mejor acabar con tu vida", y la otra, refutándolo, respondía: "Solo se vive una vez".
Ninguna de las dos parecía darse por vencida, y al final del día, agotado, solo pedía un poco de calma.
Y la verdad era esta: si una voz ganaba, tal vez mañana estarías asistiendo a mi funeral, pero si la otra ganaba, estaría a punto de subir a un avión con rumbo a un lugar desconocido, pero con todas las ganas de conocerlo, de vivir.
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TODO SOBRE TI (✔)
RomansaEs cierto que somos seres únicos, y es precisamente en nuestras diferencias donde reside nuestro poder. Desearía que pudiéramos elegir nuestros pensamientos y sentimientos como elegimos nuestro almuerzo diario o nuestro atuendo para una cita, pero l...