¡Marico Enclosetado! ⌔ Yoonmin

el comienzo después de un final.

Ahora, en la actualidad.

¿Cómo es qué pasó tanto tiempo desde que un joven obstinado se enamoró de un muchacho carismático y alegre, todo lo contrario a él?

Tres años... Tres años exactos desde que comenzaron a trazar sus vidas juntos, después de un final inconcluso.A lo largo de treinta y seis meses pueden ocurrir muchas cosas, pero lo único que se mantenía firme, constante y al parecer duradero; era la relación de Jimin y Yoongi, ese lazo que compartían parecía ser inquebrantable después de tanto. El q amor podía percibirse a leguas, no era un secreto, ellos realmente se encontraron para amarse.

A veces ni ellos mismos podían explicar cómo es que llegaron a comprenderse el uno al otro. Cómo a pesar de ser polos opuestos lograron complementar tal cual rompecabezas, cada pieza encajaba en el ser del otro a la perfección, desde lo más mínimo, era genuino poder sentir aquello que calentaba el pecho de ambos jóvenes, y es que pensar él uno en el otro era maravilloso para ambos, de verdad no podían haber coincidido mejor. Muchos podrán sorprenderse al profundizar una amistad con ellos y darse cuenta de que aquel par que lucían a simple vista como amigos, en realidad mantenían una relación de un poco más de tres años.

Las cosas desde la graduación en 2019 habían resultado según lo planeado, teniendo que resolver algunos asuntos para poder al menos, vivir con un poco de la deseada armonía. Bien dicen que no todo es para siempre, y nadie mintió cuando dijeron que el tiempo resolvería todo, así fue, ya no había martirios por los cuales mortificarse.

A el papá de Yoongi se le impuso una pena de cárcel de siete años por agredir a un menor de edad, añadida también la violencia doméstica y maltrato psicológico. Muy poco, peor lo suficiente para que mantuviera lejos de su ex esposa y su hijo. Ya no les podía perturbar la paz, había sido suficiente daño de parte de Gustavo Cardenas, aquel que recordaremos cómo un hombre malhechor, frío, tosco y enfermizo. Luego de tantos juicios, la verdad salió a la luz y las declaraciones de María Paula y la mitad del barrio bastaron para mandarlo a donde debió estar desde la primera vez que agredió a quien un día juró amar.

Paula no había vuelto a estar con nadie, y actualmente vivía en su antigua casa junto a su ex suegra. La señora Carmen jamás tuvo la culpa de la escoria de hijo que crió, así que por lo tanto, su ex nuera se responsabilizó de ella y la acogió como una madre.

En el caso de la familia de Jimin; su mamá había tenido otra pequeña bebé, después de dieciocho años decidió dar a luz a una hermosa niña, hija de su relación con Carlos Gustavo. Si bien estaba muy nostálgica por ver a sus hijos crecer, dejo que cada uno tomara el rumbo que quisiera en su vida. Vivía en el mismo barrio desde hace casi cuatro años, y sentía que su vida había mejorado considerablemente desde que sus hijos empezaron a tenerle más confianza, y se sentía agradecida con Yoongi y Jungwon por cuidar de sus retoños, ya que sus nueros eran como otros hijos para ella, estaba plenamente satisfecha de que Jimin y Jay hayan coincidido con tan buenos muchachos y supieran cómo desarrollar esas hermosas relaciones.

Jay recién se había graduado del liceo y estaba estudiando arquitectura en Caracas, mientras que su novio había preferido estudiar contaduría. Ambos estaban relativamente bien, al crecer empezaron a llevar su relación de mejor forma, y de ello había surgido un bonito romance adolescente con potencial futuro.

Jimin suspiró, frotando su cien estresado debido a los parciales, definitivamente no debió decidir estudiar Comunicación Social, amaba su carrera, por supuesto, pero odiaba con todo su corazón Periodismo de opinión. Más que todo a su profesor de la materia, solo podía pensar en pasar al sexto semestre y veía el día de presentar la tesis muy cerca, aunque le faltaban cuatro semestres y medio para eso.

—¡Te odio Víctor Muñoz! Mamagüevo, me tienes harto.—Gritó con frustración, corrigiendo por octava vez un párrafo de un artículo de opinión.—¡Ya no puedo más! Si dijera todo lo que siento me expulsan de la Unerg, pero es que ya estoy cansado, carajo.