8 | Es mi sobrina

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Después de que las emociones hubieran disminuido y el aire se hubiera calmado en la manada, Fugaku se encontró en un rincón apartado con Mikoto

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Después de que las emociones hubieran disminuido y el aire se hubiera calmado en la manada, Fugaku se encontró en un rincón apartado con Mikoto. El sol se ocultaba en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y anaranjados, creando un ambiente más tranquilo y sereno.

Mikoto se apoyó contra un árbol, mirando a su esposo con una mezcla de preocupación y comprensión en sus ojos oscuros. Fugaku se acercó a ella, sintiendo el peso de sus responsabilidades como líder y Alfa.

—Fue un día intenso —Comentó la mujer en voz baja, rompiendo el silencio que los rodeaba.

Fugaku asintió, su expresión reflejando la fatiga que sentía después de enfrentar los desafíos de ese día.

—Sí, lo fue. Las tensiones en la manada han estado creciendo, y no podemos ignorar los sentimientos de la gente —respondió con seriedad.

Mikoto suspiró, con una mirada llena de empatía hacia su esposo.

—Danzo siempre ha sido impulsivo, pero su propuesta de matar a la mujer humana fue demasiado lejos. No podemos permitir que el miedo y la ira dicten nuestras decisiones —dijo ella con firmeza— Hay que actuar de una buena vez.

Su esposo la miro confundido.

—Ya hablamos de esto—Dijo Fugaku, en un tono brusco—, de ninguna forma.

—Debo ir a Dunkeld—Insistió su esposa, mirándolo con algo de reproche—, nuestra gente pide respuestas, es nuestro deber evitar más infortunios que puedan separar a la manada. Hoy fue Danzo, mañana será una multitud. 

—¿Estas loca de remate, mujer? ¿Quieres que te maten?—Pronunció completamente enfurecido.

—¿Realmente piensas que desfilare por ahí luciendo como uno de los nuestros? Creí que confiabas en mi, soy tu esposa. 

—Y como mi esposa quiero tu protección.

—Se cuidarme sola.

—Mikoto...

—¡Casi te arranco la cabeza la ultima vez que me hiciste enojar! ¿Ahora tienes dudas?—Exclamó, mientras empujaba el pecho de su marido con uno de sus dedos. 

Fugaku suspiro abatido, ¿Desde cuando perdió el respeto de su mujer?

—¿Qué harás exactamente?—Cuestionó, en un tono burlesco— ¿Vagar por las calles y esperar encontrártela por mera casualidad?

Mikoto bufo haciendo la vista aún lado algo avergonzada.

—Si no queda de otra...

Fugaku miró a su mujer con ojos llenos de cariño y ternura. Un suave destello de amor brilló en su mirada mientras las palabras brotaban de sus labios.

—Serás tonta —Murmuró él, con una voz cálida y cargada de emotividad. Mikoto arqueó una ceja con una sonrisa curiosa, intrigada por el comentario inesperado de Fugaku.

FOREST | SasusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora