Imprevisto Amor @LaDiosaDeLis

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"Imprevisto Amor" por LaDiosaDeLis
Género: Romance Juvenil

Crítica por: VarcoReza
(Recuerden seguir al realizador)

Título: Imprevisto amor. Un título simple, con la promesa bastante clara. Sin embargo, es tan simple que podría ser confundido fácilmente entre un mar de obras de romance.

Portada: La portada no da información sobre de que tratará la obra. Tenemos a una hermosa mujer con flores y es todo. No hace pareja con la sinopsis o el título presentados. Así mismo, el tipo de fuente usada en el título no combina con la ilustración y el nombre de la autora se pierde por efecto también del tipo de fuente y posicionamiento en la ilustración.

Sinopsis: Recién entramos, la sinopsis nos habla de un mundo injusto, donde muy lamentablemente la homosexualidad te convierte en un paria o “rata de laboratorio” en palabras del POV de la sinopsis (comparación curiosa por cosas a las que ahondaré más adelante en la trama). Esta promesa (al menos hasta la parte leída) no es cumplida. Y, desde un aspecto técnico, la sinopsis debe dar un preámbulo concreto que nos permita hacernos una idea del tono de la obra, por ejemplo, posicionar al lector en el espacio/tiempo narrativo, situación que la sinopsis presentada no termina de lograr.

Ortografía y gramática: La obra posee una ortografía impecable. Donde falla es en el uso de acotaciones de diálogos y muy en especial en el estilo. El estilo es un área de oportunidad importante (y puede dar la oportunidad de fortalecer la voz individual), por ejemplo, no recuerdo que se usara el verbo “decir”, en vez se usaba en demasía “indicar” (que no es el sustituto más adecuado de decir), aseguro que se podría cambiar el uso de “indico” por “dijo” y sonaría mejor. El estilo es una herramienta de inmersión, que bien usada puede hacer al lector olvidar que está leyendo, pero el estilo de la obra no permite una inmersión completa.

Trama: Usaré este punto para tratar el aspecto técnico de la narrativa. Tenemos un narrador en primera persona, cuya identidad nos es relevada al inicio de cada capítulo, por ejemplo, en el primero nos encontramos con Laia Müller, recién llegada a PhennyCity. Mientras avanzamos y conocemos la historia vemos el POV de Lara, Laia, Ximena y hasta dos de las madres de las protagonistas. Las tres explican su dinámica de vida, introduciéndonos a esta y la relación de amistad que van forjando a través de los capítulos.
El narrador en primera persona permite al escritor sacar provecho de una introspectiva más cercana al protagonista, incluso es más fácil generar simpatía. Sin embargo, el estilo de voz de cada personaje es demasiado similar, la única manera en la que distingues si es Lara, Laia o Ximena es porque te lo indica al principio o por señas muy especificas de su vida. Tanto es así que las tres usaron el mismo pleonasmo (incluido el médico). Es como tener tres platillos que saben y huelen igual, y solo los distingues por el emplatado y porque delante del plato hay una etiqueta con el nombre del platillo. Admiro el riesgo de la autora de meter varios POV, no es algo fácil, pero estoy segura de que puede pulir más la obra para dotar a cada protagonista de su voz particular.
Con 10 capítulos leídos (y los de Arlenne y Flor) debo decir que la promesa de la sinopsis no se ha cumplido. Es decir, recordemos que la sinopsis nos advierte que a las personas homosexuales los ven como parias, como “rata de laboratorio”. Y, aunque la homosexualidad de los personajes no es presentada como un solo estandarte para estos (cosa que se aplaude) no parece tener las repercusiones que se nos advirtieron. El worldbuilding en el aspecto social prometido no es entregado al lector, salvo por la mención de la madre de Lara que parece no aceptar la homosexualidad de su hija (no se entiende si es intrínseco o por un efecto por el hecho de culparla por la muerte de su marido). Salvo eso, no he leído a nadie que los trate con repudio. Entre amigos y familia hablan de su homosexualidad abiertamente, como cuando Lara le pide ayuda a Ted, o incluso cuando se habla de que Leonardo recién ha sido terminado por Joaquín. Así mismo, en la introspectiva de Arlenne no parece odiar a su hija por ser homosexual. Lo cual me deja con la pregunta ¿quién los trata mal? Ni siquiera se busca algún secretismo con el pretexto de “no nos pueden descubrir”, por tanto, (al menos hasta la parte presentada) ser homosexual no parece afectar la vida de las personas. ¿Será que la situación cambiará más adelante? Es una opción, pero a los 10 capítulos y no ver ni siquiera una pizca de esto puede desanimar mucho a un lector que entró por el preludio de la sinopsis.
Siguiendo con la geografía del worldbuilding, esta es algo ambigua, bastante. Porque no tenemos una información que nos haga figurar mentalmente el lugar donde acontece la historia. Estamos en una ciudad ficticia llamada PhennyCity, por el nombre imaginamos que estamos en un país anglosajón, pero de pronto sabemos que se habla ¿español? Deducción por el desconocimiento de Laia del idioma inglés, entonces, donde están ¿hablan español? También descubrimos que Laia es alemana, que, si bien Müller es un apellido germánico el contexto no te hace imaginarla como alemana. Y por otro lado el padre trabaja en Inglaterra (curioso), y tiene una tía con nombre “Piedad” y un hermano “Luis”, nombres hispanos. Y nos encontramos con más nombres hispanos. ¿Dónde están los personajes? Y no ayuda mucho la conversación con Magda por IG. O el uso de memes como “hasta aquí mi reporte Joaquín”. De hecho, la construcción de escenarios no es suficiente para que el lector pueda colocar en escena a los personajes. La obra adolece seriamente del posicionamiento de los personajes. La autora menciona que PhennyCity es un lugar creado por ella, que no existe en la realidad. Aún así, esta aura de misterio no termina de convencer por todos estos detalles mencionados. Más que considerarlo astuto o divertido, termina siendo molesto y poco serio.
Después de 10 capítulos, la única tensión que es hasta cierto grado tangible era la situación con la madre de Lara, pero esta parece querer solucionarlo. Entonces, la apuesta de los personajes no es clara, y se siente baja o inexistente. Por ejemplo, se nos habla de una enfermedad llamada “cripolerios”. Una enfermedad propia de la obra, quizás basado en el adjetivo en inglés: creep. Aun así, no parece representar un riesgo o algo en la obra, es decir, parece no contagiarse, no parece generar algún impedimento en la protagonista, etc. Se sabe que morirá por causa de la enfermedad, no se sabe cuando, pero la realidad es que es así en la vida real, todos moriremos algún día y no sabemos en que momento será.

Puede que estas situaciones como la localización y hasta la enfermedad estén relacionadas con la premisa de la sinopsis, de ser así, la información dada es demasiada escasa como para hacer conjeturas al respecto. El lector podría pensar que en realidad “no pasa nada”, más allá de las relaciones que se tejen no hay una sensación de progresión como tal ni una razón concreta para dar vuelta a la página. Por tanto, no puedo hablar mucho de la trama, más que se siente como historias de la vida cotidiana que enlazan a las tres protagonistas por alguna u otra razón.

Personajes: Primero, haré un paréntesis para sugerir un diferenciador entre Laia y Lara, son nombres muy parecidos, tanto en fonética como en gramática, fáciles de perder y un lector con poca concentración no sabrá en algún momento de quien se habla.
De las tres, mi favorita ha sido Lara, e incluso me parece que es quien de las tres puede llegar a ser más distinguible. También porque Lara da algo de apuesta en la trama (ahondaré en esto un poco más adelante) y representa una situación muy complicada por la que muchas personas deben pasar. De las tres, es con ella con quien siento más empatía. Laia, no tiene alguna característica que me llame en lo particular la atención, quizás su forma de menospreciarse de alguna manera (aunque las tres lo hacen en mayor o menor medida). Ximena tampoco ha logrado llamar la atención, solo por el detalle del divorcio y el extraño (y seguro cansado para ella) convenio de sus padres.
Así mismo, otra situación que podría hacer al lector habitual perder el hilo de la historia es la cantidad de personajes que nos son presentados. Más allá de las protagonistas, sus amigos, padres, tías, hermanos, etc. Puede ser complicado para el lector encariñarse con tantas opciones que son mostradas.

Conclusión: Al recibir la historia se me comentó que era del género romance. En términos amplios, lo clasificaría como YA, por la edad de las protagonistas (¿16 -18 años?). Quizás la pondría como novela social, ya que el preámbulo denota una carga alegórica y la vez directa a la discriminación que suelen recibir las personas de la comunidad LGBTQ+, en este caso, enfocándose en el lesbianismo. Imprevisto amor, es una obra que trata de la vida de tres protagonistas, quienes son vecinas y cuya dinámica se va entrelazando. La obra apuesta al tratar múltiples POV en primera persona. Sin embargo, necesita aún trabajo de edición, en especial de estilo. Es una historia de progresión lenta donde seremos capaces de explorar en el interior de varios personajes, no solo de las tres protagonistas. Las personas que les gusten historias realistas y de vida escolar/adolescente (YA) tendrán una opción con Imprevisto amor. Aunque hay que estar consciente de que, por lo mismo de los múltiples POV, puede ser complicada de seguir.

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