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En la mañana ya se habían dado los avisos preventivos para todos los habitantes de Outer Banks sobre el huracán que se les estaba acercando, llamado por algunos, Huracán Ágatha.

El día anterior, luego de haber ido junto a Dean a su propia casa para asearse y arreglarse, fueron dónde el club de afiliados que les otorgaba el Club de golf dónde la castaña estaba inscripta -al igual que con el gimnasio -  y luego Dean quién tenía algunos beneficios por ser cercano a Hayley y que su familia ayude a varias caridades.

—Buenos días cariño —saludo la mujer dejando un beso sobre la mejilla de su hija.

Hayley solo sonrió —Dormí pésimo, esto del huracán desorganizó mis planes.

—¿Qué tenías pensado hacer? Por cierto, te preparé su batido de uvas.

—Oh gracias mamá, te amo — levantándose rápido del sofá donde estaba, camino hacia la cocina— ¡Tenía pensado salir de la isla con Dean! —gritó esperando que su madre la escuchará. 

Saco el batido del refrigerador, y antes de llevarlo a la sala para acompañar a su madre le agrego un cubo de hielo, y pensó en su agarrar algo para acompañarlo, negó con la cabeza y fue hacia la sala.

—¿Salir de la isla? —pregunto pinchando las frutas que tenía frente a ella.

—Dean quería salir, y hay una discoteca fuera de la isla, la única creo.

Su madre dio un robo a su café — Ya veo..., Bueno, podrían irse hoy en nuestro bote y en vez de ir a una discoteca podrían ir a otro lado y volver en un unos días.

Hayley abrió los ojos con el sorbete entre sus labios— ¿Hablas en serio?

—Te conozco cariño, y conozco a Dean. Aparte ya tienes 18 años, yo no puedo prohibir que salgas.

Hayley lo pensó.

—No te merezco ¿Lo sabes, no? —su madre junto los labios como si le estuviera besando— Lo hablo con Dean y te digo.

Su madre ladeó la cabeza — Cariño si van a ir les recomiendo que empiecen a irse ahora, con lo del huracán los hoteles estarán llenos y de seguro todos estén muy atareados por allí.

—Si si, ahí le estoy llamando, te aviso cualquier cosa, muah —saludo al final.

Con el batido en la mano se dirigió nuevamente a su habitación.

—¿Dean? ¿Qué piensas de hacer un cambio de planes?

RAFE CAMERON
-side-

Con el tiempo Rafe Cameron se había acostumbrado al dolor de cabeza, ya sea por sus salidas matutinas, la exigencia de la escuela en su momento, o también las sustancias que por un lado le calmaban esas presiones.

Tal así como era costumbre sentir la opresión en los costados de su cabeza, también lo era desayunar todos los días solo en el jardín de su casa. Tenía a sus hermanas, Whezzie y Sarah, una más desagradable que la otra opina  el rubio, la diferencia es que la mayor de ellas se bañaba en beneficios y la otra era igual de excluida que él.

Eso opinaba desde su punto de vista, no determinaba que fuera cierto, le importaba poco saber la verdad, al final del día no le faltaba nada. -Y con nada se refiere a sus sustancias -

El café negro usualmente lo ayudaba a retomar sus días, extrañamente hoy no estaba logrando eso, lo que lo ponía de mal humor, y ver las tostadas en el plato solo le provocaba náuseas.

De mala gana agarró sus anteojos decidido a ir a cualquier lado excepto permanecer en su casa.

—Rafe, tu padre necesita que te hagas cargo de algo —haciendo oídos sordos, continúo con su camino fuera de la casa— Rafe, ¿Me estás escuchando?

—Dile que lo veré más tarde, adiós Rose.

—Ve y dile tu, Rafe, ¡Rafe!

Lo último que escuchó fue el grito de Rose con su nombre, no es que le importará demasiado, podía asegurar que a Rose tampoco le importaba que él estuviera en sus asuntos y no haya acudido en el instante al pedido de su padre.

Porque era más preferible escuchar un regaño más a que lo vea a los ojos y deduzca la causa de su estado.

Sacó el celular del bolsillo, metiéndose a la aplicación de Instagram, lo primero que vio fue una foto del amigo de Topper, Dean Williams. Era toda una secuencia de fotos de él en una fiesta, suponía que debía ser la de la noche anterior que lo había dejado en el estado que estaba ahora, deslizó el dedo en busca de algo más interesante.

En vano.

Apagó la pantalla y lo volvió a guardar en su bolsillo.

Mientras avanzaba por las calles de obx escucho a unas cuadras lejanas la bocina de un auto sucesivamente, lo que definió y sintió como agujas a su piel, aún con los lentes de sol vio a, nuevamente,  Dean Williams, pero esta vez el apoyado en su auto frente a una casa.

De ella salió casi corriendo una chica castaña que lo saludo con un beso en la mejilla y se subió a su auto sin esperar.

Ver cómo los demás a su alrededor parecían estar muy felices le recordaban lo miserable que se había tornado su vida desde los dieciséis años. Saludo a unos conocidos de sus padres que se le cruzo en el momento y a pesar de no saber dónde ir, decidió ir al bar de Kook's.


Hayley Langford
-side-

Apenas llamo a Dean supo que aquel aparecería en su puerta en el menor tiempo posible, y podría ser por su atención como mejor amigo o que la cercanía de ambas casas le facilitaba aquello.

Supo la respuesta inmediatamente cuando escucho la bocina de un auto reiteradas veces en la calle de su casa.

—¡Hayley! —grito su madre desde el balcón del piso de arriba que daba a las calles.

Bajo las escaleras con una sonrisa, el bolso en manos y apenas estuvo en la puerta bajo las escaleras a la acera.

—Entonces...

—¿Te agrado mí cambio de planes? —pregunto luego de saludarlo con un beso en la mejilla.

—La idea de ir a una discoteca me apetecía más pero no diré que no a noche de películas con tu madre. —sonrió.

—Solo debo aclararte que no pienso dejar que elijas la película.

—Siempre dices lo mismo, y al final terminamos viendo lo que yo quiero. —Dean dijo mientras avanzaba por la calle.

—No esta vez, aparte de que tu gusto decayó este último tiempo.

—Madurar Hayley, acaso crees que veré una película de ponis.

—¿Qué te hace creer que yo si lo haría?

—Mira que no les tengo nada en contra, muy bonitos todos ellos, pero a nivel de interés personal son un charco de alegría y no tiene nada de acción —hizo un puchero quitando la mirada de la calle para llevarla a Hayley.

—Si aja, mirada al frente. Y para que sepas, tengo pensada otra película, una que sé que a mí madre le encantará, así que conduce.

Dean sin quejas pero a sonrisa pequeñas obedeció al pedido de la castaña, aumentando la velocidad del auto.

—Quiero buscar una película, no una multa Dean.

note

¿Qué opinan??? :))

𝑂𝐶𝐴𝑆𝑂 | obᴿᵃᶠᵉ ᶜᵃᵐᵉʳᵒⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora