𝑪𝑩|
Todos los niños morían a ir a Hogwarts, desde pequeños enseñaron que ir a la maravillosa escuela de magia era lo mejor que les podría pasar en la vida, hacer cientos de amigos, aprender uno que otro hechizo, divertirse pero sobre todo en sent...
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Al día siguiente, Scorpius se levantó emocionado mandando una carta para sus padres y otra para Mippy dándole cada detalle de lo que había sido la primera noche en Hogwarts, omitiendo lo que había pasado con Albus.
Él no entendía el por qué había estado tan molesto la noche anterior, aunque quizás los Slytherin no tenían buena fama, no significaba que era el fin del mundo.
Una vez que terminó, se levantó extrañado que Albus siguiera en el baño, tenían que ir a desayunar así que guardó las cartas en su mochila y tocó la puerta del baño.
—¿Albus?—hablo en voz alta—¿Sigues ahí?. Andando nos perderemos el desayuno.
Al no tener respuesta abrió la puerta y se sorprendió al ver el baño vacío. ¿A dónde tendría que ir tan temprano?. Se encogió de hombros y tomó su uniforme para entrar al baño y comenzar su día.
A L B U S
Veía sus pies balancearse mientras escuchaba a su padre hablar al punto de casi gritar hacia la directora.
—Mi hijo no puede estar en esa casa.—reclamó.
—Harry.—Mcgonagall sonrió—El sombrero seleccionador nunca se equivoca.
—Directora, usted sabe por qué no puede estar en esa casa.
—Sería bueno que me lo aclararas.—levantó una ceja.
—Ahí está el hijo de los Malfoy, de los Pucey, Parkinson y puedo seguir.—reclamó—Y todavía está en la habitación con un Malfoy.
—No le encuentro lo malo.
—Los Malfoy son como la peste, como una plaga...Los Malfoy no valen nada.—gruñó.
—Harry.—Ginny negó mirándolo—Creo que estás exagerando.
—Directora...
—Lo siento Harry, no puedo cambiar de casa a ningún alumno, ni siquiera por que es tu hijo, ahora...Albus, ¿Porque no vas al comedor?. El día será largo y sería bueno que vayas a desayunar.
Albus miró a sus padres, Harry masajeaba el puente de su nariz mientras Ginny sonreía a medias y se hincaba a su lado.
—Ve a desayunar cariño, seguro Scorpius te está esperando.
Albus asintio y se levantó saliendo de la oficina y caminando hacia el gran comedor.
—Hey, Albus.—se giro topandose a James, Fred y Rose corriendo hacia el.
—Hey.—levanto ambas cejas.
—¿Buenas noticias?—negó haciendo una mueca.
—La directora me dijo que no podía cambiarme de casa, ni siquiera por ser un Potter.
—Claro nuestros padres salvan al mundo y no nos pueden dar un pequeño favor.—Rose rodó los ojos.
—Da igual.—James se encogió de hombros—Pero creo que tengo una idea.—Albus frunció el ceño—Estoy seguro que Malfoy trama algo, no es bueno creerles papá lo ha dicho los Malfoy...
