𝑪𝑩|
Todos los niños morían a ir a Hogwarts, desde pequeños enseñaron que ir a la maravillosa escuela de magia era lo mejor que les podría pasar en la vida, hacer cientos de amigos, aprender uno que otro hechizo, divertirse pero sobre todo en sent...
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A D E L I N E
Veía a todos organizar, hablar y decidir sobre la habitación que sería del bebé mientras ella estaba sentada en una mecedora con una taza de té de tila, perfecto para el estrés de esos momentos.
Su madre y su suegra decidían colores, sus hermanas cunas y Elena cambiadores.
Su ahora enorme barriga permitía que pudiera estar todo el día sentada con la falsa mentira de que era demasiada pesada, no lo era en realidad solo no quería cansarse de más y le encuentro cierto encanto a que los demás hicieran todo por ella.
—Iré al baño.—Adeline habló dejando la taza en una mesita de noche.
Nadie le prestó la suficiente atención así que sin pensarlo se levantó y caminó fuera de la habitación dirigiéndose a la suya, al entrar encontró a un Draco sin camisa secándose el cabello.
—Hola tu.—guiño un ojo.
—Hola tu.—sonrió y se acercó a él dejando un corto beso en sus labios.
—¿Cómo va todo en aquella habitación?
—Es estresante, lo único bueno es que puedo decir que estoy demasiado cansada para ello.—Draco rió y colocó ambas manos en su abultada barriga.
—¿Te sientes bien hoy?
—Lo hago si.—asintió.
—Que bueno.—beso su frente—Hoy llego una carta de Scorpius.
—¿Ah sí?—Draco asintió—¿Pasó algo?
—Tiene un nombre, y déjame decirte que a mi me gusto.
—¿Cual es?—levantó una ceja.
—Zayden.—contesto y Adeline levantó ambas cejas.
—Zayden Malfoy Slytherin.—asintió—Me gusta.
—Tenemos nombre entonces.—sonrió antes de juntar sus labios una vez más—Cambiando de tema, vi a Cara cuando llego, ¿Esta bien?
Pequeña gran noticia, semanas antes Stella le había llamado a Adeline informando sobre el próximo divorcio entre Cara y Enzo.
Los padres de Adeline habían sido lo suficiente sigilosos para que nadie en el mundo mágico se dieran cuenta...Aún, porque claro un divorcio para los Slytherin era signo de fracaso.
—Pues...No habla de ello.—negó—Se supone que yo no sé...Ni Stella...Ni tu.—agregando sus ojos—Así que es un secreto.
—¿Por qué no lo dicen y ya?—pregunto—Es un divorcio, pasa todo el tiempo.
—Somos Slytherin, aceptar un divorcio es signo de rendirnos...Una ofensa si me preguntas, generaciones atrás muchas mujeres fueron abusadas psicológicamente por sus esposos y solo por mantener la apariencia del matrimonio perfecto no se alejaban.
