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—Si ven aquí. —El medico señalo la pantalla, viendo como la pareja asentía —. Su cachorro es un varón.

Alfa y omega cruzaron miradas con una gran sonrisa. Jungkook se inclinó para besar a Jimin, terminando por unir sus frentes.

—Tendremos un lindo cachorrito, Kookie.

—Estoy muy feliz, Mimi.

Jimin sabía que Jungkook era el padre, siempre lo seria, pero era inevitable algunas veces no pensar en que alguien más le había hecho a esa linda criatura que llevaba, por eso oír palabras como esas del alfa alegraban a su lobo.

Estando en casa, Jimin se sentó en la cama, suspiro feliz. —Hoy fue un gran día.

Jungkook se acercó a él, aún seguía en sus pantalones de vestir y camisa negra arremangada en sus fuertes brazos. Se habían encontrado después del almuerzo del alfa para ir con el médico. El pelinegro se veía tan sexy y apetecible a los ojos de Jimin.

La camisa negra se pegaba a los antebrazos de Jungkook, la tela moviéndose sobre el fornido y cálido pecho, eran cosas que siempre enloquecían a Jimin, pero aquella tarde en especial lo calentaban de sobremanera.

El alfa había estado repartiendo tierno besos por el rostro de Jimin, hasta que sintió un fuerte olor provenir del omega, la excitación de este era clara, sus ojos estaban dilatados, miraban al alfa con hambre.

—Mimi... —El calor de Jimin traspasaba su nariz, comenzaba a calentar su propio cuerpo, su sangre corría hasta su parte baja, los ojos de Jimin lo miraban con suplica, las manos del menor se movían sobre su pecho.

Jimin se levantó, moviendo sus manos del pecho hasta los brazos de Jungkook, acercándose a su boca para susurrar sobre ellos. —Alfa...

Tomaron sus labios con fuerza, los brazos de Jimin se enrollaron en el cuello del pelinegro, jadeando entre el beso al sentir como este bajaba sus manos hasta su trasero, apretándolo y cargándolo de este hasta la cama.

Se sentó a la orilla, con Jimin sobre él, jadeando sobre su boca mientras los dedos de este jalaban un poco su cabello. Su desesperación lo enloquecía. El omega se veía tan hambriento, sensual y tierno, una combinación que alteraba todo su ser.

—Agh...omega.

Jungkook jadeo al sentir los dientes de Jimin morder su cuello a la vez que movía su trasero sobre su creciente erección.

—Jungkookie. —El castaño tomo sus mejillas, haciendo que se miraran de cerca, sus respiraciones agitadas, sus labios rozando —. Te amo, te deseo tanto...mi alfa —. Jimin beso sus labios, casi robándole el oxígeno por unos segundos. Sus narices se movían, jugando entre ellas mientras sonreían —. Hazme tuyo, por favor...

Los ojos del pelinegro escanearon el rostro de Jimin, admirando a su ángel hasta después de acostarlo en la cama con cuidado.

Posicionándose sobre él, sin dejar caer su peso, lo beso profundamente. Las manos de Jimin lo desvestían, mientras el hacía lo mismo, exponiendo su hermoso cuerpo perlado.

El cabello castaño caía sobre la frente del omega, desnudo, mostrando todo de èl a su verdadero amor.

Jungkook admiraba cada parte de su cuerpo a detalle, desde sus coloradas mejillas, sus marcadas clavículas, su vientre hermoso y creciente, hasta sus piernas torneadas.

Jimin se alzó en sus codos, atrayendo a Jungkook a sus labios. Los besos del alfa comenzaron a descender por el cuello de Jimin, succionando con fuerza, haciendo jadear al menor.

Su boca atrapo el primer pezón chocolatoso, sacando el primer gemido de Jimin, fascinándose por aquel sonido. Bajo hasta su vientre, besando cada parte de la pancita del omega, pasando la punta de su nariz por esta, con la vista de Jimin sobre él.

Regalo del Cielo [Kookmin] OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora