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Sietes meses. Quien menos lo podía creer era Jungkook, el tiempo había pasado volando, mentiría si dijera que no extrañaría todos los momentos junto a su omega embarazado, pero sabía que al tener a su cachorro en brazos seria aún más feliz.

Jimin muchas veces lograba aburrirse en casa al estar solo, pero la compañía de Jin y sus dos hijos era demasiado agradable en el día, cosa que también lo ayudaba a que su lobo no se entristeciera por la ausencia de su alfa.

Como aquel viernes en donde casi puso sus ojos más tiernos de lo normal hacia Jungkook, pidiéndole que se quedara porque no deseaba que se alejara, para el alfa ver a su omega en aquella forma le rompía el corazón.

—Mi dulce y hermoso omega. —Jungkook beso suavemente los esponjosos labios —. Hoy regresare más temprano, no te deprimas, si no, me deprimiré yo.

Jimin bajo la mirada apenado. —No quiero que estés triste, solo quiero que estés conmigo.

Jungkook entendía gracias al médico que para los últimos meses Jimin estaría más sensible que nunca, sobre todo con la ausencia de su alfa, deseando tenerlo cerca en todo momento, abrazarlo, besarlo, ser mimado o simplemente verlo.

Solo por eso el ocupado alfa tomaba cada tiempo libre para hablar por video llamada con su lindo omega.

—Te llamaré. —Tomo el rostro de Jimin entre sus manos, besando su frente impregno un poco más su aroma para que se mantuviera relajado el resto de la mañana.

Jungkook miro por última vez a Jimin, este se mantenía de pie con la camisa que Jungkook había usado el día anterior, la que apenas si llegaba a cubrir su trasero. Manteniendo sus pies seguros del frio con unas largas medias.

El castaño acaricio su gran pancita, pasando su vista de ella a los ojos de su alfa, alzando la mano y despidiéndose. —Te amo, cuídate mucho.

—Te amo, y por favor, no estés sin zapatos o medias. —Jungkook le dio una mirada de advertencia. Estando en el auto saco su teléfono, buscando el número que necesitaba, marcándolo al instante —. Hyung, hola. ¿Estas libre hoy?

Jimin salió de la ducha con la bata de baño que Jungkook siempre usaba. Metiéndose en su armario busco la prenda con el aroma más impregnado del alfa, tomando una sudadera oscura.

Mirándose al espejo vio como esta llegaba a la mitad de sus muslos. Pensando en lo que el pelinegro siempre le pedía busco entre sus cajones los calcetines más coloridos, estando listo para no hacer nada hasta que su alfa llegara.

No es que Jungkook lo dejara hacer mucho. El alfa había estado pagando para que limpiaran el apartamento y así Jimin no se forzara, el omega no era tan bueno en la cocina, por lo que Jungkook normalmente cocinaba con gusto para él.

Jimin lo agradecía enormemente. Le encantaba ser mimado y saber que su alfa se preocupaba en lo mínimo por él, pero a veces solo deseaba hacer más que dormir, ver películas y comer.

Terminando de recoger su cabello mucho más largo en una pequeña coleta escucho el timbre ser tocado dos veces.

Al acercarse y ver por el orificio de la puerta diviso a SeokJin al otro lado.

—¡Hyung!

—¡Ángel! —La voz un poco chillona de los dos niños entre las piernas de Jin llamaron su atención. Ambos niños desde que conocieron al omega habían comenzado a llamarlo así, asegurando que Jimin era un ángel.

—No saben cuánto me alegra que vinieran...

El omega mayor entro junto a sus dos hijos, quienes cargaban juegos de mesa y algunas golosinas.

Regalo del Cielo [Kookmin] OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora