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Jimin se encontraba en la cocina, terminando de preparar unos bocadillos para su alfa y él, ambos habían estado desde temprano pintando la habitación que sería para su cachorro, moviéndose de un lado a otro al estar sacando las cosas de las cajas.

Caminando de regreso a la habitación, está ya contaba con sus paredes de un gris azulado bastante bajo y cálido. Buscando a Jungkook lo encontró terminando de poner las pequeñas estrellas plateadas en la pared, las cuales resaltarían al anochecer.

El alfa se volteo, acercándose a él. —¿Ya te había dicho lo bonito que te vez con ese overol? —Corto la distancia, dándole un corto beso en los labios para luego tomar la bandeja en manos.

—Una tres veces, sí.

—Que esta sea la cuarta. Te vez totalmente hermoso. —Jimin solo sonrió ante lo dicho, metiendo en su boca varias de las frutas picadas en la bandeja.

Ambos miraron la habitación, faltaban muchas cosas por arreglar, pero les gustaba como iba quedando.

El juego de colores era agradable de ver. Desde sus paredes grisáceas con un leve tono azul. La cuna blanca junto a la pared llena de estrellas. El mueble donde una considerable cantidad de ropa para bebe se guardaba, desde gorros para el frio hasta tiernos enterizos.

Tal vez lo más llamativo era la mecedora blanca sobre la alfombra amarilla de patito, o las repisas llenas de libros con infinidades de cuentos para dormir.

Para Jimin lo mejor del lugar era la pared que se apreciaba al entrar a la habitación, con varios marcos de fotos colgados. Desde el omega solo, posando con sus manitos sobre el gran vientre, sonriendo hacia la cámara, o la que era aún más tierna, con Jungkook junto a él, donde dos marcos más le seguían, siendo tomas consecutivas en donde abrazaba y besaba a Jimin.

El omega termino de mirar las fotografías, acercándose a la ventana que iluminaba el lugar, visualizando los edificios. Su rostro serio.

Jungkook se acercó, abrazándolo por detrás y hundiéndose en su cuello. —¿Qué sucede, amor?

—Kookie, ¿tú crees que yo pueda ser un buen padre? —Su voz notablemente baja, el alfa podía sentir la preocupación por el lazo.

Se movió, deteniéndose frente al hermoso omega, sus ojos algo triste. Acaricio sus mejillas, dándole una sonrisa sincera. —Serás un gran padre, Mimi, no lo dudes nunca.

—¿Si?

—Por supuesto. Cuando tengas dudas o sientas que no lo haces lo suficientemente bien...recuerda que estoy aquí, somos un equipo, cariño. Estaré siempre para ti y nuestro cachorro.

Dicho eso, se fundieron en un cálido abrazo, Jimin se sintió más seguro y confiado por las palabras del pelinegro.

Aquel almuerzo, donde Jungkook y Jimin habían estado en una video llamada, el alfa no dejaba de ver como el menor abultaba sus labios en desacuerdo desde el momento en que le aviso que llegaría tarde

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Aquel almuerzo, donde Jungkook y Jimin habían estado en una video llamada, el alfa no dejaba de ver como el menor abultaba sus labios en desacuerdo desde el momento en que le aviso que llegaría tarde.

Jimin lo entendía, Jungkook ya le había explicado todo el trabajo por adelantado que estaba haciendo para así poder estar más tiempo en casa el resto de los días.

—Está bien. ¡Pero ni un minuto más tarde!

Jungkook rio en alto. —Entendido, mi amor.

Para las ocho de la noche el alfa entro al departamento, buscando de inmediato al bonito castaño que tanto lo enloquecía.

Sin encontrarlo vaciar la nevera o los estantes se fijó en la habitación de ambos, viendo la cama perfectamente hecha. Pensó en que debía haber ido desde el inicio a la última habitación.

De lo cual el cuarto del cachorro había estado listo Jimin no se alejaba de ahí, leyendo un libro todas las noches o cantándole al pequeño en su interior. Era simplemente dulce verlo.

Jimin dormía en la mecedora, Jungkook podía llegar a oír como suspiraba, viendo sus gruesos labios moverse ante el balbuceo.

Notó que le había estado leyendo al ver el libro de cuentos sobre su gran pancita.

Con cuidado de no despertarlo lo cargo en brazos a estilo nupcial, llevándolo a la habitación recostó su cuerpo con delicadeza, notando como el omega entreabría sus ojos.

—Llegaste...

—Hola, cariño. ¿Qué tal tu día?

Jimin se removió entre las almohadas, cerrando y abriendo los ojos aun con sueño. —Estuvo bien, pero te extrañe mucho. —Jungkook beso su frente, sorprendiéndose cuando un fuerte agarre lo detuvo —. Quiero mi beso en los labios.

Rio bajo, ocultando una divertida sonrisa, haciendo lo pedido se acercó, besando repetidas veces los carnosos labios de Jimin. No se cansaría de ser recibido de esa forma.

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💜TAM💜

Regalo del Cielo [Kookmin] OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora