El tiempo pasaba demasiado rápido. Hace mas de un año Sooyung había nacido, llegando a la vida de una pareja que no se había conocido en las mejores circunstancias pero que se amaba y apoyaba mutuamente en cada momento.
La familia Jeon-Park habían superado muchos obstáculos. Llorado, reído y celebrado cada mes de su cachorro. Como hace un par de meses, cuando Sooyung había cumplido un año, recibiendo regalos de sus abuelos a montones. Siendo mimado y amado por su pequeña familia.
Aquel pequeño que caminaba con libertar por toda la casa con su enterizo de conejito, teniendo una colita a un lado, mientras el otro lado de su sedoso cabello caía sobre su frente. Poco ante tenia dos colitas que Jimin le puso, pero esta se había caído hace un buen rato en alguna parte de la casa mientras que el niño corría de un lado a otro.
Jungkook y Jimin estuvieron toda la mañana jugando con el cachorro lleno de energía, el cual después del almuerzo cayó dormido.
La pareja aprovechó el momento para tomar una pequeña siesta en el sillón de la sala, pensando que Sooyung dormiría un par de horas.
Sooyung miro a sus dos padres. Admirando la belleza de su padre omega, notando como apenas lograba ver la melena oscura de su padre alfa, quien se hundía en el cuello de Jimin. Ambos adultos dormían de lado abrazados.
El pequeño aprovecho el momento para correr a su habitación, buscando los plumones de colores entre todos sus juguetes. Le gustaba mucho pintar y escuchar los halagos de sus dos papis.
Cuando salían, algunas veces veía a su padre Mimi, como le solía decir, maquillarse, quedando más bonito de lo que era. Esta vez él quería pintar a los dos, aprovechando que estaban dormidos.
Jimin se estiro, abriendo los ojos de a poco, sintiendo el calor y peso de Jungkook detrás de él, viendo como este lo abrazaba de la cintura. Noto que estaba por anochecer.
—Sooyung ya debe estar despierto... —sentándose, escucho como Jungkook se quejaba y se acercaba más a él, amarrándose a su cintura.
—Debe estar jugando en su cuarto...vamos, hay que dormir un poquito más, Minnie.
—Hay que hacer la cena, no me gusta que se salte las comidas. —Dijo el omega, refiriéndose al cachorro.
Jungkook se sentó en el sillón, estirándose hasta soltar una queja. Paso su mano por sobre sus ojos, sin notar la pintura en sus manos. Miro al omega, quien lo miraba fijo. —¿Qué..
—Kookie, tienes pintura en la cara. —Jungkook miro sus manos, notando los diferentes colores en sus nudillos, luego paso su mirada a Jimin, hace poco había creído que seguia dormido al ver a su omega con el rostro pintado como payasito.
—Tú también tienes. —Jimin toco su mejilla. Efectivamente un mancha de colores quedo en su dedo.
—¡Sooyung! —Un fuerte llamado desde la sala hizo que el niño corriera por el pasillo, asomándose con cautela hacia la sala. Su enterizo de conejito ahora estaba acompañado de unas alas de hada rosadas en su espalda, unas que Jungkook tenia igual a las suyas, pero mucho más grandes.
—¡Papi! ¿Te gusto mi pintura? —Jungkook apretó sus labios para no reír. La pintura colorida en Jimin se veía muy graciosa en el rostro serio del omega.
—Te quedo muy bien, pequeño. Papi Mimi se ve como un lindo payasito. — Sooyung asintió feliz, mientras Jungkook recibía una mirada seria de su omega.
En el baño que compartía la pareja, Jimin quitaba los restos de pintura en el rostro de Jungkook.
—Recuérdame no dormirnos otra vez con Picasso cerca. —El alfa rio.
—Está bien. Pero no debías regañarlo, no lo hizo de maldad.
—Lo sé, amor. Pero debe aprender que si quiere pintar lo haga en los libros que le compramos, no en nuestra cara. Por suerte la pintura es aprueba de agua.
—Mi payasito hermoso. —Con un tono burlón y cariñoso, Jungkook tomo a Jimin de la cintura, uniendo sus labios en un corto beso.
—¡Kookie, aun tienes pintura!
El alfa hizo un pequeño sonido con su garganta, volviendo acercar sus bocas en un beso más profundo. —La pintura no es toxica, ya dame un beso.
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💜TAM💜
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Regalo del Cielo [Kookmin] OMEGAVERSE
RomanceTodos le dieron la espalda, no era su culpa haber sido una tonta apuesta en donde quien más salió perdiendo fue él. Pronto le llegaría un regalo, mejor dicho, un alfa del cielo.