Capítulo 20 "La cena"

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Todo había pasado muy rápido, después de que llegamos a casa Eddie volvió a dormir conmigo. Podría acostumbrarme a tener sus brazos rodeando mi cuerpo.

El viernes se centró únicamente en los ensayos y la presentación. Obviamente era la fan número uno de mi novio. Me emocionaba de pobre manera ver la aceptación que estaban teniendo los chicos. Incluso hubo más gente que el viernes anterior, podía reconocer algunas caras de la universidad. Poder ver la felicidad tan inmensa que tenía después de cada presentación me hacía tan feliz. Se que a algunas podría resultarles asqueroso ver a sus novios cubiertos de sudor, pero a decir verdad a mi no me desagradaba en lo absoluto.

Después de que terminaron, guardaron todo y les pagaron, nos fuimos a casa de Eddie, para poder tener una noche mas tranquila y íntima. No me malentiendan, amaba estar con los chicos y mi novio en el club bailando y bebiendo. Pero nada se comparaba a tenerlo solamente para mí. Ya sea viendo una película, haciendo la tarea o jugando, simplemente me llenaba por completo.

Llegamos al mismo tiempo que el señor Wayne, quien se ofreció amablemente a preparar la cena. Pasar el rato los tres juntos era agradable, sabía perfecto que el tío de Eddie llegaba muy cansado, pero no dudaría ni un segundo en pasar tiempo con su muchacho si llegaba temprano a casa. Y al yo poder formar parte de algo tan lindo, me sentía afortunada. A decir verdad, el señor Wayne se preocupaba mas por mi que mi propia madre.

Todo había transcurrido con normalidad, una cena tranquila con algunas bromas y contando novedades. Eddie por fin le había dicho que éramos novios, sino lo había hecho antes es porque esperaba poder decírselo en persona. Pocas veces había visto al señor Munson tan feliz, le advirtió que fuera bueno conmigo y a mi me dijo que fuera paciente, que siguiéramos cuidando uno del otro.

La hora de dormir era muy placentera y lo disfrutaba como nunca. Pese a lo que la mayoría podía creer, que unos jóvenes como nosotros durmiéramos juntos terminaría en sexo. Pero la verdad es que se trataba simplemente de poder estar unidos el uno con el otro, contacto físico, pero sin llegar a nada sexual. Había besos y alguna que otra caricia, pero nada más.

Tener sus playeras como pijama, mientras lo tenía abrazándome y llenándome de besitos y caricias tan suaves que pareciera estar rozándome apenas, jamás pasaba los límites. Me sentía como si estuviera en un sueño, uno sumamente maravilloso, del que jamás quería despertar.



     -No puedo creerlo -tape mi boca con mis manos. –

Había abierto la puerta de mi casa, miraba a mi novio de arriba abajo, sin poder creer que era real lo que veía. Jamás me habría imaginado algo así.

     -No te burles -sonrió de lado con algo de timidez, deposito un cálido beso en mi mejilla y entró a la casa. –

Espere a que se deslizara lo suficiente para cerrar la puerta, estaba de espaldas. Desbloque mi celular y en cuanto miro en mi dirección le tome una foto. Esta persona no era mi novio, estaba vestido de una manera muy inusual para él. Traía una camisa lisa color azul cielo, unos pantalones de vestir color beige, tenis blancos y su cabello lo traía recogido en una coleta un poco desaliñada. No traía ningún accesorio y percibí el olor inusual de una colonia en exceso.

     -Exijo poder tomarte una foto -tomo su celular rápidamente y me tomo una foto. – estás aún mas bella que de costumbre

     -Solo es un vestido amor -tome una de sus manos, tome una respiración profunda y lo mire directo a los ojos. Podía notar su nerviosismo, así me sentía yo también. –

Pero quería tener una actitud positiva pese a todo. Debía transmitirle seguridad, haríamos el mejor esfuerzo pese a todo pronóstico. Si las cosas salían mal, le pintaría un dedo a Fred y me iría con mi novio. Sin importar cual fuera el resultado de la cena no me separaría de él. Así tuviera que escaparme todos los días para verlo.

Dividida (Eddie Munson & Steve Harrington)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora