Capítulo 22 "Shock"

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Nunca me había sentido tan nerviosa por algo, ni siquiera cuando esperaba la llegada de mi carta para saber si me aceptaron en la universidad. A decir verdad, no quería llegar a casa, como si tuviera un muy mal presentimiento. Pese a que los chicos y Eddie trataron de animarme, todos los intentos fueron en vano. Ni siquiera quise quedarme con Eddie esta noche porque en el fondo la amenaza de Fred me había dejado muy preocupada. No es como si temiera que fuera a matarme o algo, pero fue la maldad que habían en sus ojos lo que me hizo sentir que tiempos obscuros se venían.

     -Ya es algo tarde bebé, ¿segura que quieres quedarte en casa? -se veían preocupado, toda la noche había estado pendiente de mí. –

     -Hoy no tengo ánimos de mucho, de todas maneras, mañana te veo amor -lo bese rápido y suave, baje del auto. –

Abrí la puerta de la casa y me sorprendió ver la casa ligeramente desordenada, pero me sorprendió aún mas la botella de vino vacía y una copa.



     -Pensé que nunca llegarías

Fred estaba en la cocina, en la oscuridad, un hueco en el estómago se me acento, tenía un muy mal presentimiento de esto. Me congele al segundo, su tono de voz me provocaba escalofríos y note claramente que estaba borracho. Se acercó a mí, retrocedí con mucho miedo hasta chocar con la puerta, a decir verdad no se porque no había abierto la puerta para salir corriendo, no pensaba con claridad. Su aliento choco en mi rostro y me tense al instante.

     -Estás asustándome -quería sonar mas tranquila o incluso neutral, pero fue todo lo contrario, mi voz salió entrecortada. –

Sus ojos me recorrían de una manera que me hacía sentir sucia. El miedo se había apoderado por completo de mí, seguí permaneciendo inmóvil.

     -Una jovencita decente no se viste de esa manera -puso mi cabello detrás de mi oreja, no podía pasar lo que estaba pensando. – crees que no se lo que estas haciendo, todas esas faldas y shorts no son mas que provocaciones -la proximidad que había tenido hacía mi cuerpo con cada palabra que salía de su boca me tenía aterrada. Sus manos estaban a los lados de mi cabeza, evitando que escapara. Si tan solo pudiera ser capaz de reunir el coraje de intentarlo. – podría apostar a que solo eres una colegiala que quiere que le quiten la virginidad

Lamio sus labios, podía sentir una de sus manos en mi cuello. Quería apartarlo, gritar, así como se supone que haríamos si nos pasan este tipo de cosas. Pero simplemente estaba congelada, sin la capacidad de poder siquiera hablar. Su mano comenzó a descender, rumbo a mis pechos. Reuní todo el valor que pude y le di un manotazo duro, esperando fuera lo suficiente para hacer que me dejara tranquila.

     -No me toques -hablé lo mas segura que pude, pero en cuanto noté como apretó los puños y sus venas se marcaban en su frente me sentí pequeña y vulnerable de nuevo. –

     -Hoy me hiciste sentir muy incómodo, es hora de devolverte el favor

Beso rápidamente mi cuello, el pánico me inundo. Por un momento parecía incapaz siquiera de hablar, pese a mis empujones no cedió ni un poco. Era mucho mas fuerte que yo y simplemente era mas rudo. Sus manos iban desde mis pechos hasta mis glúteos, el asco estaba recorriéndome por completo, era todo lo contrario a lo que Eddie me hacía sentir.

     -Ni siquiera trates de gritar, puse somníferos en el vino de tu mamá, sería inútil

Aunque no supiera este dato, no podía haber reunido el poder suficiente de hablar, mucho menos gritar. Sus besos siguieron en mi cielo, en un instante sentí su lengua viajar por mi clavícula, era áspera y se sentía realmente repugnante, incluso tenía la sensación de fuego por donde pasaba. Su mano fue hasta mi feminidad, dio un grito ahogado y cerré los ojos. Justo cuando esperaba lo peor, no sentí absolutamente nada. Lentamente abrí los ojos y pude notar a Fred alejado de mí, la maldita sonrisa que se extendía por su rostro quedaría marcada con fuego en mi subconsciente.

Dividida (Eddie Munson & Steve Harrington)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora