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Lo hicieron.

____ había besado al menos a tres personas toda su vida, era recelosa con sus muestras de afecto. La joven creía que si no le gustaba alguien, no tenía derecho a ser besado por ella. Se necesitaba de química, una conexión. Puede ser que le atrayera pero eso no bastaba, no, el físico solo era la envoltura a algo más. Y si no podía ofrecer más que una cara bonita, no valía un beso.

Un beso conecta y ayuda a evaluar que tan competente es tu pareja, tu elección. Tu compañero o compañera.

Sus labios se tocaron con cautela y ambas suspiraron. Dieron un ligero toque uniéndose, y se separaron. El beso fue tímido, con cariño. Ambas saborearon un ligero toque de vino en sus labios, era amargo y dulce.

-____ abrió los ojos despacio, y miró a una tímida Katie, mirándola atentamente- Katie...

-¿Me crees? ¿F-Fue muy rápido? preguntó acariciando sus mejillas- Lo siento no respondías y yo...

-____ negó con su cabeza frenéticamente- N-No es eso.

-¿Entonces qué? ¿Estuvo mal?... - Katie comenzó a balbucear- ¿Beso mal? Porque si quieres puedo practicar, si prácticar y no digo que beses mal, no porque si no...

-Katie... -____ la veía con ternura y diversión-

-Porque si no, no querría volver a besarte y claro que quiero besarte de nuevo -Katie comenzó a hablar más rápido-

____ la joven rodó los ojos ante las divagaciones de la ojiverde y la calló con un beso, que arrancó un gemido de sorpresa de la pelinegra. Katie gruñó al sentir una mano acercarla más por su nuca.

____ suspiró, joder...
¡Qué bien besaba!
Que bien se complementaban.

Katie sonrió dejándose ir y la besó con más estusiasmo, el beso se tornó profundo, lleno de emociones diferentes: sorpresa, timidez, goce, cariño, diversión.

____ gruñó al sentir un toque húmedo en sus labios, su cerebro hizo cortocircuito al descubrir que podría ser una curiosa lengua. Viendo que todo se había salido de control, se separó despacio; dando una osada y delicada mordida en el labio inferior de la ojiverde, provocando un jadeo de ambas.

Ambas se separaron lo suficiente para mirarse agitadas y sonrojadas. La tensión era palpable. Sus ojos se atrayeron como imanes: café y verde. Se sonrieron con gracia, reteniendo mutuamente una risa que amplió la sonrisa de ambas.

Para su infortunio, un carraspeo las hizo saltar y dar un gritito ahogado, se giraron y vieron al mesero con sus ojos achinados casi partido de la risa, pero su rostro se encontraba serio.

-Mamade -el hombre habló viendo a Katie- La cena esta servida.

¿Cuando había llegado la comida?
Ambas parpadearon perplejas mirandose.

-Gracias Richard -Katie suspiró recobrando la compostura, se levantó y sentó en su silla-

El hombre colocó una nueva botella de vino blanco, y se retiró con los anteriores platos de ensalada ahora vacíos.

-___ habló, mientras ambas comían un conjunto de comida irlandesa muy peculiar- Esta divino -dijo en doble sentido, mientras se referia a la comida y al beso anterior-

-Ciertamente -Katie respondió mientras la miraba fijamente-

-Si besas bien... -dijo la joven en un susurro avergonzado- Y no estuvo mal, solo no lo esperaba.

-Katie sonrió con orgullo, mientras mordía el tenedor evitando sonreír tanto como quería- Hmm... -masticó y tragó la comida- Tú también.

____ se estremeció al recordar el beso que le dejó las piernas temblando, y el corazón que aún se encontraba acelerado.

Tú y Yo (Katie Mcgrath y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora